Odio la Navidad

CAPÍTULO 6

Una semana después, en la cual cada vez que se veían Jenny y Nicolas, ella decía SI y él respondía con un NO, Whitman llega a su consultorio y consigue la caja con las deliciosas galletas que desde hace días su vecina le dejaba, pero esta vez había una invitación, una muy colorida.

Esta simple tarjeta, sin él imaginárselo, lo llevaría a descubrir un mundo lleno de magia y de la calidez humana que él había perdido a raíz de la muerte de su gran amor, la mujer que conoció desde niño en ese jardín de infancia y que perdió dos días antes de dar el sí en esas montañas de Colorado. El destino se la arrebató en esa trágica tarde, cuando ocurrió un inesperado accidente buscando un árbol de navidad. Ese día no sólo la vida de Claire Logan se fue, sino que se llevó consigo la de él.

En sus manos tenía un pedazo de cartulina llena de purpurina y dibujos hechos por pequeños, escrita con una letra infantil acompañada de garabatos. A través de ella lo invitaban a participar de la fiesta de decoración del Orfanato Saint Thomas de Cederwood, de los juegos, la competencia de galletas y decoración de casas de jengibre.

Al principio por su mente pasó desechar la invitación queriéndola arrojar al bote de basura, sin embargo, algo en ese trozo de papel lo hizo pensar en que no podía defraudar la ilusión de esos niños, imaginó sus dulces rostros disfrutando del momento y eso lo hizo conmoverse.

A regañadientes decidió aceptar acompañarlos, pero solo como simple espectador, sin ser partícipe de ninguna de las actividades. Solo faltando un día para el inicio del festival llegó al orfanato. El ambiente festivo y las risas de los niños comenzaron a ablandar su corazón y a mitigar su dolor, haciéndolo a un lado.

Los niños con sus miradas brillantes y su contagiosa sonrisa lo recibieron con cariño, detrás de ellos la Sra. Ferguson, quien era la directora del lugar, lo saludó con cordialidad invitándolo a pasar y disfrutar de cada una de las actividades planificadas. Al entrar de lleno al gran salón donde estaban las estaciones de cada actividad, en medio de este vio a la mujer que no abandonaba su mente y a la que consideraba una pesadilla, mientras otras partes de su cuerpo pensaban todo lo contrario.

Ella vestía un traje de elfo, se veía hermosa y radiante, estaba enseñándole a bailar a un grupo de niños. Ese movimiento de caderas estaba haciendo estragos en su cabeza.

Aceptó ir a jugar futbol con los niños a un área acondicionada para tal fin, y al poco tiempo se sintió como un niño más jugando con ellos. Luego mientras compartían una rica merienda se sentó junto a ellos, escuchando sus historias y riendo a carcajadas.

Ayudó en la decoración del salón, sin embargo, con el árbol sí que no pudo hacerlo, ver sus ramas lo llevaron nuevamente a ese momento tan trágico y doloroso donde la vida de su hermosa pelirroja Claire se le esfumaba de sus manos.

Mientras la Dra. Florecita, como los niños la llamaban, decoraba el árbol, él ayudaba a envolver los regalos, y otro grupo de las encargadas terminaban de preparar la cena. Después de compartir una deliciosa comida, los dirigieron a un costado del salón donde estaba el árbol ya completamente decorado y empezaron a inflar globos, ahí justo en ese momento descubrió la habilidad innata que tenía para hacer figuras con estos globos alargados con las cuales los niños estaban encantados.

Cuando el reloj marcaba con sus agujas las nueve en punto de la noche, todos se despidieron de los invitados. El día fue mágico, y esa estrellada noche guiaba a cada uno en sus autos hacia el complejo donde estaban sus cabañas. Nicolas se preguntaba qué pensaría Claire de su actitud y si su aversión a la navidad realmente valía la pena.

Mientras iba conduciendo y reflexionando de esa experiencia en el orfanato totalmente nueva para él, empezaba a debatirse la importancia de la navidad para muchos y de la gran ayuda que era para conectarse con los demás. Sin embargo, aún sentía dolor, inquietud y miedo de olvidar que, por querer celebrar la navidad junto a un gran árbol, perdió a la mujer que amaba.

Sus pensamientos se vieron interrumpidos por el timbre de su teléfono, atendió la llamada conectando el altavoz y del otro lado se escuchó la voz de su hermano mayor, Mathías Whitman.

-Hermanito, si no te llamo, eres incapaz de llamarnos- le dijo su hermano.

-No seas exagerado, todos los días llamo, no tengo la culpa de que no hayas estado en casa cuando hago las video llamadas- le respondió Nicolas.

Durante su conversación le mencionó que había conocido una hermosa mujer y todas las locuras que ha hecho para convencerlo de que forme parte del festival y personifique al icónico personaje vestido de rojo esa noche de navidad en las actividades del orfanato y del ancianato.

-Pues verás- dijo su hermano al otro lado de la línea -Sé que no es algo que hayas hecho antes- continuó Mathías, -pero creo que esa experiencia increíble hará que salgas de tu zona de confort y descubras nuevas facetas en ti. Aparte ella, esa ninfa de las nieves, tu vecina, podría ser el cable que te traiga a tierra. Ya ha pasado bastante tiempo, a Claire no le hubiese gustado que te enterraras en vida, tampoco que huyeras de unas celebraciones que ella amaba y mucho menos que no vivieras ni disfrutaras de la vida negándote al amor. Ten presente lo que ella te pidió en su lecho de muerte, acuérdate de que yo estaba ahí con ustedes, recuerda que ella no hizo caso a los consejos que le diste y al menor descuido tuyo subió a ese árbol. Sobre todo, no debes olvidar que fue un accidente, tú no fuiste el que partió esa rama, ni mucho menos tienes la culpa de que esa misma rama acabara con su vida-.




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