— MAXIMILIANO —
La escuché hablar.
Y también la vi asentir mientras tenía una sonrisa.
Después de que colgará la llamada, fui enfrente de ella.
Le sonreí y ella a mi.
Le había coloreado un dibujo.
Es una rosa, yo mismo la había dibujado y coloreado.
Saque de detrás mío el dibujo.
Y se lo entregue.
Ángela • es hermoso
Me senté a un costado de ella.
Ángela • te quedó bonito
Me vio y sonrió.
Maximiliano • gracias
Sonreí.
Mi corazón estaba acelerado.
Lo estuvo viendo a la perfección.
Es inevitable no ponerse rojo.
Después de unos minutos en silencio, se escuchó una moto.
Ángela • bueno, yo me voy
Se levantó.
Salimos de la casa y había un hombre arriba de una moto.
Ángela • nos vemos mañana
Asentí.
Ella fue a dónde el hombre y se subió en la moto...
Bueno, tal vez tenía novio.
Me volví a adentrar a la casa.
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¿Tendrá novio?
Desperté con esa duda.
Salí de mi habitación y encontré a mi hermano hablando con Ángela.
Ella sonreí y el la hacía reír.
Los ignoré completamente, y fui a la cocina.
Me serví en un plato un poco de leche y cereal.
Después empecé a comerlos mientras veía la caja de cereal.
Ian • yo te invito a cenar, tu nada más pon tu hermosa presencia
Escuché.
Ángela • si
Los vi.
Maximiliano • ¿Tienes novio?
Me atreví a preguntar.
Ella me vio y sonrió.
Ángela • no, no, si lo dices por el hombre de anoche, no, el es mi amigo, desde la infancia
Asentí ahora con una sonrisa.
Ian • como te decía
Salí de la cocina.
Ahora estoy más tranquilo.
Subí corriendo las escaleras, y llegué a mi habitación, en donde me cambié rápido a un traje.
Puse mis zapatos, y baje de nuevo las escaleras.
Ya no está mi hermano ni mi mamá.
8:47 am. — ¿Podemos ir a desayunar?
Vio el mensaje.
8:48 am. — si, me parece bien
Aproveche que hoy viene con un vestido de flores, y sus tenis blancos.
Se ve muy hermosa.
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Aquí la duda; ¿Me enamoré de ella?
No lo sé.
Poco a poco lo descubriré.
<>
Llegamos al restaurante, ya me conocen aquí, porque es restaurante de mi tío.
Aveces está el cocinando, ya que es chef.
Pero creo que hoy no.
Tampoco nos cobran la comida.
Pero no hay que aprovechar de tanta amabilidad.
Le pedí a ella y para mí.
Mientras ella comía, yo le daba unas miradas y sonreía.
Esa sonrisa por parte de ella,... Me hace volverme loco, pero loco de los nervios.
¡Ahh, me acaba de guiñar un ojo!
Un sonrojo apareció en mis mejillas.
<>
Terminamos de comer.
Y ahora la llevo a una joyería.
Al entrar nos recibieron con amabilidad.
Empezamos a ver los collares.
Me decidí por uno de luna y sol.
Los pague y salimos del local.
<>
Llegamos a mi casa, rápido la lleve conmigo a la habitación.
Hice que se sentará en la cama.
Y saque los collares.
Pero al ver que no podría ponerlo así, se levantó.
Hice su cabello para un costado y puse su collar, el de sol.
Y ahora ella puso el mío de Luna.
Ángela • gracias
Maximiliano • de nada
Quería darle un abrazo.
Así fue, le di un abrazo.
Estuvimos así unos segundos.
Tiene un aroma tan suave, como a galletita.
Me separé y vi sus ojos.
Sus labios son rositas, y me dan ganas de saber su sabor.
Ángela • ¿Pasa algo?
Negué.
Apenado desvíe mi mirada a otro lado.
Pero ella tomo de mi menton he hizo que la viera.
Se acercó a mi y dejo un beso en mi mejilla.
Mis mejillas están ardiendo ahora mismo.
— ÁNGELA —
Lo vi, sus mejillas están rojas.
Sonreí.
Ángela • voy a limpiar
Asintió.
Salí de su habitación y baje las escaleras hasta la sala.
Empecé a barrer.
Aunque no lo crean, el polvo se mete a la casa.
<>
Termine de limpiar los muebles, acomode un libro y con eso termino.
Vi la hora y ya eran las ocho de la noche.
Un poco pasadita la noche.
Mi amigo vendrá de nuevo por mi.
Subí las escaleras, toque la puerta de Maximiliano.
Y el la abrió.
Ángela • ya me tengo que ir
Le dije una vez que lo tenía enfrente mío.
Maximiliano • vale
Me hizo señas con un dedo, de que esperara unos segundos.
Asentí.
Seguido salió con una hoja de papel, y en esta había unas rosas dibujadas, y dos monitos agarrados de la mano.
Una sonrisa se escapó de mi.
Ángela • eres todo un artista
Maximiliano • gracias
Sonrió.
Ángela • lo voy a guardar, nos vemos mañana
Asintió.
<>
Llegué a mi casa y guarde los dos dibujos que me había echo el chico.
Vi entrar a mi amigo.
Zion • y esa carpeta
Me la quito de la mano.
Ángela • Zion
Lo vi.
Saco los dos dibujos.
Zion • ¿Fuiste al kinder?
Negué.
Ángela • los hizo el chico que cuido
Zion • pues cuántos años tiene
Sonrió.
Ángela • veinte
Zion • ¿¡Veinte!?, pero si yo pensé que era un bebé de tres o cuatro años, te hace dibujitos como si fueras su novia en el kinder
Sonreí.
Zion • ¿Te gusta?
Empezó a picar mis costillas.
Ángela • es bonito el joven, pero no, no podría salir con el
Me senté en la cama.
Zion • dame dos razones
Se sentó a mi costado.
Ángela • es millonario, y tiene más chavas detrás de el
Zion • que, pero eso no es impedimento, es más, te ganarías la lotería, tan solo mirá, ese hombre te hace dibujitos, ya tiene veinte años, es fácil descifrar dos cosas - lo vi -, una, le gustas, y dos es un niño en el cuerpo de un hombre