Ojos de caramelo

Ella

Alex.

¿Por qué las personas se empeñan en ser algo que no son? 

¿A qué le tienen tanto miedo? 

Desde pequeño he vivido rodeado de gente que no hace más que mentir. Incluso las ´´mentiras blancas'' constituyen un problema porque son un eufemismo a la hipocresía. 

Mi hermano es un idiota, piensa con la otra cabeza y a duras penas alcanza raspando la barra de los modales, pero es real. Es auténtico, dice lo que piensa sin miramientos y es exactamente el mismo en la casa o en el instituto. Y es mi mejor amigo. 

El hecho de que Logan sea popular con todo el mundo atrae un montón de gente superficial. Demasiadas personas que dicen ser nuestros amigos y al final solo quieren estar en el grupo de los populares; cuando ni siquiera se si existe tal grupo y aún si existiese no entiendo por qué tanto ahínco en pertenecer a él. 

¿Qué tiene de atractivo que todos estén pendientes de lo que haces o dices? ¿Qué tiene de genial ser codiciado por personas que ni siquiera se interesan en saber tus sueños o tus miedos? 

Más que todo, ¿Por qué parece escrito sobre piedra que solo la gente guapa merece ser medianamente conocida? 

Cuando cumplí 15 años estaba seguro de que nunca iba a tener otro amigo aparte de mi hermano. Por eso estoy metido hasta el cuello con June; es la chica más auténtica y genuina del mundo. Es amable y me quiere. Se preocupa verdaderamente por las personas, tiende a decir la verdad aún si considera que no puede ser bien recibida; es una hija maravillosa y una novia de infarto. 

Y es preciosa. 

Es que no puedo aguantar no ponerle las manos encima. Quiero tocarla, todo el tiempo. Me pican los dedos por hundirlos en su cabello, alucino con el tacto de sus labios contra mi cuello, sueño con ella y me despierto sudando. No puedo evitarlo. Aún si lo intento, en un descuido me encuentro mirando como idiota el contonear de sus caderas, o la manera en que sube y baja su pecho cuando respira. 

Me gusta como se viste, amo que deje cosas a la imaginación. Cosas que otros chicos tienen que imaginar porque conmigo se dejaría la piel, adoro esa confianza férrea y ciega que rebosa a borbotones y la impulsa a levantar su camiseta cuando estamos a solas. 

Me vuelve loco y no sé hasta que punto y asusta. Porque para tener 19 años tengo un historial un poco extenso de personas con las que he salido y jamás en la vida me había sentido así. 

Así de inexperto y enamorado. 

Me prometí que iba a atesorarla; que tenía que hacer las cosas despacio y a lo bien. 

Su nuevo traje de baño no me está ayudando mucho. 

Cuando se seca el bloqueador, Abery la convence de venir con nosotros a nadar, así que sin más opción se quita la ropa. Sigo sentado en la arena así que mantengo los ojos en sus piernas cuando desliza fuera sus shorts. Unas muy lindas piernas. Si me preguntan, siempre que estamos sentados uno alado del otro me invaden unas ganas locas de pellizcarla, al principio quizá solo para molestarla.

Nos conocemos hace más de dos años pero llevamos saliendo poco más de dos meses y medio y mire por donde lo mire es poco tiempo. 

Muy poco tiempo comparado al que quiero pasar con ella de aquí en adelante. 

Así que tomo aire y resisto el impulso de morderle las piernas, me estoy volviendo un experto en el autocontrol. 

Es cuando se quita la camiseta, sin embargo, que se me mueve el piso. Me esperaba un traje de una pieza como el anterior, que le sentaba de maravilla porque era conservador pero adecuado, dejando a la vista los lugares justos para tenerme babeando. 

Pero ahora. 

Ahora

Cielo Santo. 

A ver, que no es que lleve uno de esos que usan las otras chicas que parecen estar fabricados de hilo dental y dos triángulos de tela a mala pena. Ni siquiera era un bikini normal como el de Abery, era de dos piezas, sí, pero la parte de arriba consistía en un top de tirantes cruzados color amarillo y naranja, con diseños blancos de dibujos de frutas. La parte de abajo era una faldita a juego de esas que tienen vuelos y se verían adorables en cualquier niña pequeña. 

Cierro la boca como puedo y me pongo de pie mientras ella guarda la ropa en su bolso. En mi altura normal, intento como puedo de que mis ojos nos caigan directo al rebaje del top pero me resulta imposible. 

— ¿Por qué me haces esto? — trato de que suene burlón pero el gemido lastimero que me sale es todo menos eso. 

Me aclaro la garganta. 

— ¿Cómo dices? 

— ¿Por qué vas toda linda con tu nuevo traje de baño y no me lo habías dicho antes para preparar mi corazón? 

Me sonríe. Radiante. Mierda. ¿Cómo puede ser tan linda? 

— ¿Te gusta? Fue una elección de Abery. 

— Recuérdame comprarle chocolates a Abery después. 

Ella suelta esa risita juguetona que me encanta y peina un poco su cabello con sus dedos. Ya lo tiene a la altura de la cintura. Nunca la había visto con el cabello corto pero seguro que se le vería bien. Personalmente no tengo preferencias, pero me gusta su cabello. 



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En el texto hay: comedia, complejo, romance

Editado: 28.08.2021

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