Ojos Elementales

Capitulo 4

 

La noche termino siendo perfecta, no me había divertido y hablado con tantas personas en mi vida, las personas se fueron de allí sin pensar que yo era un fenómeno, así que ese chisme ahora estaba muerto, lo único que espero es que papá me deje salir de una vez por todas.

También fue un logro que mis ojos no cambiaran de color y todo un reto también, aún sigo sin saber por qué esto me pasa a mí, aunque debo confesar que cuando mis emociones son muy intensas, noto cosas extrañas, como cuando estoy muy enojada, empiezo a sentir calor en mi habitación o noto fuego a lo lejos, aunque claro, esto deben ser solo coincidencias, no creo que tenga nada de especial en mí.

Bajo hacia el comedor, y es toda una sorpresa encontrarme a mis padres desayunando, ya que generalmente a esta hora estarían en sus oficinas, la fiesta los debió dejar igual de agotados como a mí.

— Querida, ¿cómo te encuentras, pudiste descansar? – dice mi madre al sentir mi presencia sin levantar la vista de su agenda.

— Bien, madre – digo sentándome.

— Adara, quiero felicitarte por tu comportamiento anoche, ya los rumores donde decían que eras un fenómeno están extintos y nuestra reputación intacta. — me dice mi padre mostrándome el periódico, donde, efectivamente, hay una foto mía en la portada y un gran titular que dice “fenómeno no, pero hermosa, sí que lo es, la pequeña hija del rey Peter” debía admitir que me veía bien y era un alivio no tener que seguir ocultándome y que la gente dejara de pensar que soy un fenómeno, aunque yo si lo hiciera. 

— ¿Eso significa que ya no tendré que esconderme y podre ir a la escuela? – pregunte con la alegría alcanzándome, al fin iba a ser una chica normal – mi padre levanto la vista y frunció el ceño, eso no eran buenas noticias

— Creo que no, teniendo en cuenta que aún no controlas esos ojos tuyos, mírate están empezando a ponerse verdes, controla tus emociones, Adara. — esto último lo dijo con un tono bastante fuerte y no pude evitar enojarme, no puede ser que después de tanto tiempo aún deba seguir con mi vida oculta de todo, no es justo, no es nada justo.

— Adara, cariño, tienes tus ojos rojos, cálmate, sabes que solo queremos lo mejor para ti.

— ¿Lo mejor para mí? He estado oculta toda mi vida, no puedo decir que es tener un amigo, o al menos sentir mis pies en la yerba, ver un lugar que no sea a través de mi ventana, tener que vivir con que la gente diga que soy un fenómeno y ustedes también lo piensen – estaba casi gritando, no me había dado de cuenta, pero había terminado parada y con los puños apretados, solo sentía como iba hirviendo mi rabia cada vez más.

— Cuida como nos hablas, jovencita, estás hablando con tu rey, así que cuidado con lo que dices. — Claro, se me olvidaba, el gran rey Peteer, perdóneme, señor, se me olvidaba que no actuabas nunca como un padre. —podría decir que vi venir la cachetada que me dio, pero mentiría, nunca me había pegado, pero tal vez era porque nunca le había hablado así, siempre me había comportado como la niña mansa que seguía todas sur órdenes, pero ya no, no podía permitir que mi vida siguiera igual. Ahora de solo pensarlo me daba un miedo horrible, no quería que mi vida pasara por mis ojos solo estando en una jaula enorme.

— Sobra decir que estás castigada, entra a tu habitación, no saldrás de ahí en mucho tiempo.

— Es irónico que lo digas, ya que toda mi vida he vivido ahí – De un momento a otro el fuego surgió, primero empezando por el florero que había en el extremo de la habitación en una mesilla, luego empezó a esparcirse por el suelo hasta empezar a llegar por las paredes, miré a mis padres, mi madre se veía asustada, pero mi padre, mi padre me miraba sabiendo que lo había hecho yo, y lo único que pude hacer fue correr.

Llegue agitada hasta mi habitación, cerrando la puerta tras de mí, no pude cree lo que había dicho, mucho menos lo que paso, solo sé que comencé a sentir demasiada rabia, una rabia que iba creciendo conforme mi padre hablaba, sinceramente creo que me salí de mis cables.

Tal vez había llegado a mí, límite, no podía volver a sentarme y ver el mundo a través de mi ventana, que solo las personas con las que pudiera hablar las contara con los dedos de una mano, simplemente no podía, no después de anoche, de ver tantas personas e interactuar con ellas, no podían darme a probar de esa felicidad y luego arrebatármela nuevamente y esperar que todo volviera a ser como antes, simplemente no.

Comencé a escuchar gritos y gente corriendo, seguro todos se enterarían ya del incendio, el incendio que yo provoque no puede ser, vendría por mí, si antes mi escasa libertar era poca, ahora sería nula, debía irme de aquí lo antes posible.

No lo pensé más y decidí empacar mis cosas, cogí algunas velas y algunos panes que quedaron de ayer y aún no habían recogido, gracias a Dios, tres vestidos que eran los más sueltos y ligeros y podía correr con ellos junto con algunas capas para abrigarme, jamás pensé que debería seleccionar unos vestidos para huir, las cosas cambiaron de un momento a otro, pero no puedo pensar, debo irme, no tardaran en buscarme.

Salí de mi habitación y doble en la esquina, descolgué el cuadro enorme de las montañas que había ahí hasta encontrar el interruptor que habría el pasaje secreto, entre rápidamente justo cuando escuche que decían “la princesa Adara no está, señor”

 

***

Hasta que por fin esto se pone interesante, que pasará con nuestra pequeña Adara, ¿lograra escapar?

Me alegraría mucho que comenten y voten por esta historia. Me gustaría saber que opinan de Adara y de sus padres. ¿Qué harían ustedes si nunca pudieran salir de un castillo ni interactuar con nadie aparte de tus padres, su herman@ y su nana? Los leo ✨👁️

 




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