Olimpo

Capítulo 3: Visitas y profecías.

Al regresar ví a Gisselle esperándome mientras que los demás seguían entrenando.

-Hola, ¿y Lina? ¿Todo está bien?- preguntó curiosa.

-Ah, sí. Se acercó alguien a hablar con ella. Se veía preocupado.

-Mmm, bueno, de ser algo importante, ya nos lo dirá. Pero mientras, cuéntame, ¿para qué te quería Lina? Ella nunca se ha ido de un entrenamiento.

-Recibí un par de brazaletes como los que tiene Lina, Hefesto me los regaló, así que me enseñó a usarlos.

-No fue grosera ni nada de eso contigo, ¿cierto? Si te dijo algo, yo puedo hablar con ella.

-No, tranquila. Fue bastante agradable, de hecho.

Gisselle estaba a punto de contestarme cuando Carlos interrumpió.

-¿Qué tal? ¿Cómo te fue?- preguntó.

-Afortunadamente todo salió bien. Gracias por preguntar- sonreí.

-¿Y si subimos un rato a esperar a Lina?- se acercó Damián-. Ya estoy harto, necesito un descanso.

Sin esperar respuesta, Damián ya estaba subiendo las escaleras. No nos quedó otra opción que seguirle, era evidente que los demás también querían descansar un poco.

Pasaron 15 minutos desde que había llegado cuando Lina entró a la cabaña. Venía acompañada del chico que la llamó, y con ellos iba alguien más, alguien a quien nunca había visto en el refugio, y mucho menos en mis viajes al Olimpo.

-Tenemos que hablar con ustedes- Lina se veía bastante desconcertada-. Primero que nada, Ximena, él es Marco, hermano de Claudia e hijo de Atenea.

-Mucho gusto- Marco extendió la mano y le devolví el saludo.

-Lo mismo digo- le sonreí.

Recuerdo que Gisselle y Damián lo mencionaron. Miré a Damián y lo noté disgustado. En cuanto a Marco, apenas alzaba la mirada. Se podía sentir una leve tensión entre ellos.

-Y él, es Alarik. Hijo de Freyja. Es nórdico- continuó Lina con una mueca de desagrado.

-Tampoco me da gusto estar acá, pero esto es importante- le contestó Alarik copiando su expresión-. Iré directo al grano; uno de ustedes está entrando a nuestro territorio. Hemos notado que alguien nos robó una espada importante. No me interesa si el responsable es uno de ustedes, si es uno de sus dioses, o es cualquier otro miembro de su campamento. Cualquier información que puedan tener, háganselo saber a Lina.

Y así sin más, Alarik salió de la cabaña; sin esperar respuesta de nadie. Mantenía la misma seriedad que Lina, compartían el mismo porte y la misma expresión. Parecía que un requisito para estar al mando era ser arrogante y grosero.

-Lina, y todo lo que está pasando con los nórdicos, ¿Qué tiene que ver con nosotros? ¿Y por qué asume que lo que buscan está con nosotros?- preguntó Claudia.

-Tiene mucho que ver con nosotros- Lina se notaba preocupada-. Habían rumores corriendo por el Inframundo; decían que alguien de aquí estaba negociando con uno de los nórdicos para adquirir esas armas. El problema real es que, aparentemente alguien quiere abrir el Tártaro. Alguien quiere que los Titanes regresen. Hades escuchó de estos rumores y mandó a Hermes a visitar el oráculo, y como era de esperarse, surgió una profecía.

Estaba asombrada con lo que estaba escuchando, parecía imposible que alguien de aquí quisiera hacer daño al refugio. No podía encontrar una razón para siquiera pensar en ello.

Lina continuó hablando.

-La profecía indica que un rostro amable se verá cegado por un venganza impropia, y que solo dos almas opuestas podrán detenerlo mientras se complementan.

-¿Puedes ser más específica? Por favor- dijo Damián con una expresión de confusión.

-Hay un traidor- contestó Marco-. Y lo más probable es que sea uno de ustedes.

-¿Y por qué sería precisamente uno de nosotros?- Damián estaba a la defensiva.

-Porque es mi profecía- contestó Lina con esa expresión seria que la caracteriza-. Cuando Hades escuchó los rumores quería asegurarse de que no tuviera nada que ver conmigo, entonces mandó a Hermes a revisar las profecías. La que más se acercaba a la situación era ésta, la mía; así que tiene que ver con todos nosotros.

-Pero un rostro amable podría ser cualquiera, ¿no es así?- preguntó Damián.

-Un rostro amable no se refiere a alguien que te sonría. Hace alusión a un amigo, incluso a un compañero. Se refiere a ustedes- respondió Lina mirándonos a todos-. Es todo por hoy, pueden retirarse. Marco, te quedas conmigo.

Nadie dijo nada, todos salimos de la habitación. Era una situación delicada y no podía pensar en nada más. No tenía sentido que alguien esté jugando el papel de traidor. Todos han estado tanto tiempo juntos como para querer traicionarse así.

-¿Estás ocupada ahora?- se acercó Gisselle.

-Ah, no, no creo. ¿Necesitas algo?

-No precisamente, pero ya que estamos libres, queríamos saber si quieres ir a nuestra cabaña un rato- contestó Damián posando su brazo sobre mis hombros.

-Claro. Creo que no hemos tenido la oportunidad de hablar como me gustaría.

-Perfecto. Síguenos- Gisselle estaba entusiasmada.

Recorrimos todo el refugió hasta llegar al otro extremo. Ahí se encontraba el lago con un pequeño muelle, en el cuál había una cabaña al final. Se veía pequeña, pero era bastante bonita, daba la impresión de estar flotando sobre el agua y estaba pintada de un azul cielo. Estaba hecha completamente de madera como cualquier otra, pero aún así, lograba verse diferente.

-Adelante, pasen primero- Damián abrió la puerta y nos dió espacio para entrar.

-Que amable- solté una pequeña risa.

-Que no te engañe, a mi siempre me empuja para no dejarme entrar- dijo Gisselle fastidiada.

-Es una visita, Gisselle. Sé considerada, por favor- se burló Damián.

-¿Solo ustedes dos viven aquí?- pregunté observando a todos lados.

-Así es- contestó Damián-. No nos llevamos bien con nuestros hermanos, así que preferimos estar aquí arriba.

-¿Arriba?

-Si, nuestros hermanos suelen vivir en el lago. Bajo el agua. Sé que es raro, pero Poseidón adaptó un pequeño campamento para que sus hijos mitad humanos puedan estar sin problema.



#4046 en Fantasía

En el texto hay: traicion, rivalidad, mitologiagriega

Editado: 12.07.2024

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