Omega

Capitulo 1 |Contrato|

La manada de Nieve, era conocida por los ojos plateados de aquellos que llevaban el linaje de Alpha y ocasionalmente las Lunas mostraban ese color de ojos cuando estaban convertidas en loba.
El Alpha Leonard no tenía esa cualidad, tampoco nuestra Luna Beth ni el heredero, Derek.
Hacía dos generaciones atrás que el color de los ojos en los altos mandos de nuestra manada, se habían perdido.
Los sabios decían que el color no había aparecido desde que empezaron a nacer los Omegas. Gente de nuestra manada que no podía transformarse, decían que eran signo de debilidad entre nosotros.
Cerré de un portazo mi coche mientras acomodaba mi bolso en mi hombro y buscaba las llaves de mi casa, estaba demasiado cansada, así que tan solo entrar me tumbé en un sillón.
A decir verdad, desde el encuentro con Luke, mi cabeza no podía sacarlo. Cada que cerraba los ojos, ahí estaba él.
Sus ojos aparecían en mis pensamientos, recordaba su tacto y me estremecía, mi loba incluso estaba inquieta desde entonces, la sentía, sentía como si diera vueltas en círculos, desesperada, buscando algo.
Mi estómago chilló indicando que era hora de cenar y con pesar, me levanté del sillón para buscar algo en la cocina.
Tenía un poco de pasta con albóndigas y no dudé en agarrarlas para calentarlas.
Un escandaloso "Din Dong" resonó en la casa y yo salí de la cocina para atender la puerta. Eran las 8 de la noche. ¿Quién podría ser a esta hora?
Pero ni siquiera fue necesario abrir la puerta, mi corazón brincó y latió con fuerza.

—Es él—Dijo con emoción mi loba y yo solo la aparté de mis pensamientos.

Aquel par de ojos que habían estado atormentado mis pensamientos desde él día en que lo conocí, aparecieron en el umbral de la puerta, y tal cual una adolescente enamorada, mi cuerpo se llenó de nervios.

—Mio—Habló de nuevo mi loba cuando lo vi pero volví a ignorarla.

—Buenas noches, doctora.

El llevaba el mismo traje negro con el que lo conocí. Pero esta vez, su saco descansaba con delicadeza en su antebrazo izquierdo.

—Buenas noches, Luke—Dije tranquila, ocultando con habilidad mi nerviosismo—¿A qué debo tu visita?

Me miró unos minutos que para mi fueron nada y se aclaró la garganta.

—Bueno, el Alpha quiere que te lleve a la mansión—Dijo haciendo un pequeño gesto que le indicó de inmediato que no sabía lo que pasaba ni por que el Alpha me quería ver.

—¿Así que vienes por mi?

Sus ojos se oscurecieron, sentí que me temblaban las piernas de repente.

—Bueno, si no le molesta, me ofrecí personalmente a escoltarla.
Mi corazón dió un brinquito.

Luke se asomó con cuidado detrás de mi hombro e hizo una mueca.

—Algo se quema—Dijo y yo corrí a la cocina cuando recordé que había dejado la comida en el fuego.

Salía un poco de humo, abrí las ventanas y retiré todo de la estufa. Me molesté al instante porque esa era mi cena y de verdad tenía hambre.
Luke apareció en mi cocina y miró con diversión la escena mientras yo intentaba sacar el humo con un trapo. Él no dijo nada, pero dobló hasta los codos su pulcra camisa blanca, tiró a la basura lo que se había quemado y se puso a limpiar el pequeño desastre que había.
El silencio fue incómodo de repente, tenerlo así de cerca era un martirio. Mi cuerpo y mente gritaban, mi loba se descontroló más, temía que ella tomara el control en cualquier momento, eso jamás me había pasado; de verdad tenía muchas ganas de tocarlo siquiera... Pero no sabía como iba a reaccionar él, esa más, todo esto, no lo entendía del todo. ¿Es así como reacciona tu cuerpo y mente cuando encuentras a tu Mate?
Cuando Luke terminó de limpiar, aflojó un poco su corbata, le dió la espalda al lavavajillas y apoyó sus manos a cada lado de este. Sus músculos resaltaban, con esa vista me hacía dudar seriamente de que él era un Omega. Se veía casi igual de musculoso que el Alpha.

—Se ve jodidamente sexy—Dijo mi loba en mi interior y yo solo cerré los ojos aguantando la risa.

—Esa era mi cena—Hablé dando un suspiro de frustración, y tratando de romper el silencio.—Pero, supongo que es hora de ir con el Alpha, no me gustaría hacerlo enojar.

—Compraré algo para usted en el camino—Dijo Luke sin despegar la vista de mi.

—Dime Nor—Supliqué—Me siento demasiado grande cuando me tutean. Tengo 26 años.
Sonrió y yo casi me derrito.

—Bien, señorita Nor, es hora de irnos, el Alpha no es una persona paciente.

Le sonreí de vuelta, tomé mis llaves junto a mi abrigo y mi bolsa y salimos ambos de ahí.
Luke me abrió la puerta trasera y acerqué un poco mi cuerpo a él a propósito cuando detenía la puerta, haciéndolo parecer un accidente, tenía que mantener a mi loba tranquila, era mejor así, si finjía solamente.
El camino fue otra de las cosas más incómodas de mi día. No se si la tensión la provocaba solo yo con mi loba intranquila tratando de mantenerla bajo control o si en realidad el asunto del Alpha llamándome en la noche me preocupaba.
Cuando llegamos, la mansión se veía oscura a pesar de que tenía muchas luces prendidas. Ese lugar parecía un palacio, lo había visto pocqs veces en los bailes que ocasionalmente celebra la manada, pero me seguía pareciendo hermosa.
Luke me abrió la puerta del carro.

—Mi trabajo termina aquí—Dijo—Mis colegas la guiarán con el Alpha. Mucho gusto servirle, señorita.

Me mordí el interior de la mejilla.

—Muchas gracias por ayudarme y traerme.
Me giré dándole la espalda, aunque quería buscar una excusa para estar con él, el ambiente ya era suficientemente incómodo y yo quería terminar con esto rápido para regresar a casa y dormir.
Sentí que mi loba se removía inquieta de nuevo mientras los guardias me guiaban al interior de la mansión y poco a poco, el cuerpo de Luka quedó atrás.

—Regresa con él—Suplicó mi loba—Él es nuestro.
—¿Podrías calmarte un momento? Esto es importante y ya me has molestado lo suficiente hoy—La regañé




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