Once upon a time in a cafe (libro #1))

Capítulo 21:Reemplazos

¿Alguna vez sintieron como que caminaban sobre una nube de algodón? ¿Tan tan espesa que no podían ver lo que había debajo de sus pies y no tenían miedo de que esta se desmoronara porque debajo de ustedes habría un campo mullido de flores que serviría como colchón para poder amortiguar la caída? 


Bueno así me sentía yo desde esa noche en el balcón de mi departamento. 


Las cosas habían cambiado entre los dos. Sería iluso de mi parte decir que no, era como si estuviésemos en una página completamente distinta, por empezar a escribir un nuevo capítulo,

 
Solo esperaba que este me trajera más alegrías que dolor de cabeza. Que se tratara de una novela de Danielle Steele o Nora Roberts y no de una de esas escalofriantes obras de Stephen King. 


Los mensajes entre nosotros habían cambiado también. Ya no eran una vez cada dos días. Ahora pasábamos el día entero hablando. Y no solo eso. Las fotos nunca estaban de más. 


Y algunas eran más que sugerentes. 


En cualquier otra situación me habría negado a esto, pero con él me sentía segura, confiada, deseada y sexy. 


— ¿Quién diría que la señorita Olivia se uniría a esta nueva moda del sexting?—dijo Jill apareciendo de la nada misma provocando que casi tire mi celular a la otra punta. 


—No te enseñaron que es mala educación revisar los teléfonos de los demás, ¿metiche? 
—Oye, solo lo vi sin querer. 


—Bien que te detuviste a analizarlo. 


—Imposible no hacerlo. ¿Acaso? 


—Aún no. Pero casi. 
—Ya tendrán tiempo linda, no te preocupes. Lo bueno tarda en llegar. Y por lo visto tú la pasarás a lo grande—agregó haciendo énfasis en la palabra grande. 


—No cambias más. 


—No planeo hacerlo. 


—Oye, ¿podrás cubrirme en el turno qué sigue? Es el ensayo de la boda en media hora. 


—Claro. Ve a cambiarte. ¿Vendrá el galán a buscarte? 


—Me esperará allí. 


—Pásala bien. Nos vemos mañana. Y Oli… 


— ¿Si?—me devolví de camino al baño.

 
—No hagas nada que yo no haría. 


Le guiñe un ojo y salí corriendo. Tenía 10 minutos para arreglarme y tan solo 20 para llegar al salón donde sería la cena. Por suerte para mí solo estaba a un par de calles de aquí y podría ir caminando. 


Cuando terminé de colocarme el labial, tomé mi celular para mandarle un mensaje a Will. 


-En camino.


—Te espero aquí. Apúrate. Hay problemas. 


Bien mi plan de ir caminando para ahorrar el dinero del taxi se fue como a la basura. Mi disgusto debió de haberse reflejado profundamente en mi cara porque cuando Ben pasó por mi lado no pudo evitar detenerse. 


— ¿Qué sucede, Oli? 


—Cambios de último minuto, pensé que tenía más tiempo para llegar a un lugar pero no es así y no quiero gastar dinero en un taxi. 


—Yo te llevo—se ofreció amablemente. 


— ¿Puedes? 
—Claro. ¿Dónde vas? 


—A Bowery. 


—A Bowery entonces. 


—Muchas gracias, pequeño Benjamin. 


Sus orejas se tornaron de un leve tono rosáceo. Era adorable cuando la timidez lo atacaba.  


Al llegar al salón Will ya estaba esperándome fuera. Y no podía creer lo bien que se veía. Me hacía sentir culpable por el poco tiempo que le había dedicado a mi conjunto. 


—Aquí está bien—dije bajándome del auto—Gracias Ben. 


—Nos vemos, Oli, pasala bien.

 
Lo saludé con la mano y me giré hacia William,que tenía una expresión entre angustiada y confundida en su rostro. 


— ¿Quién es ese? Otra de tus conquistas. 


Mi cara se desencajó a un punto en el que estaba segura de que mi barbilla tocaba el piso. 


— ¿Me estás haciendo una escena de celos? 


—No. 


—No parece eso. 


Entré y él me siguió los pasos. 


—No tengo tiempo de esto. Debo encontrar a mi mejor amiga que debe estar en crisis en este momento según tu mensaje debido al problema. 


—Demasiado tarde. Yo te puedo poner al tanto. 


—Bien—me paré frente a él—Habla. Y rápido. 


—La madrina y el padrino se fugaron para casarse en Las Vegas esta misma noche por lo tanto todo es un completo desastre y tal parece que te han delegado su tarea. Ahora está en ti, elegir a tu acompañante—hizo una pausa— ¿Quién será? ¿Irás conmigo o tienes a alguien más en el radar? 


No podía creer lo que escuchaba. 


—William—tomé su brazo—Mi querido William, ¿me harías el honor de acompañarme en tal ardua tarea? 


—Encantado de servirle, mi lady. 


—Vamos a encontrarnos con el resto de la comitiva antes de que el lugar explote. 
En el salón todo estaba perfectamente ordenado, decorado y listo para entrar en acción. 
Nosotros por nuestra parte nos dirigimos a la parte destinada a las damas de honor y padrinos. Estaban Parker, Louis y James y de las chicas Kristal y Bethany y una chica que no había visto en mi vida. 


—Madison—articuló por lo bajo Will. 


—Vaya, que tenemos aquí—examinó de una manera que no me gustó para nada a mi pareja—El mismísimo William Braxton en persona— ¿Cómo estás? ¿Qué haces aquí? 
—Seré el acompañante de esta bella dama quien mañana será la madrina en la boda. 


—Un gusto—extendí mi mano para saludarla. 


Lamentablemente mi gesto no fue correspondido. 
—Vaya golpe bajo. No solo Madeleine me reemplaza por ella, sino que tú también. Que bajo caen algunos. 

No dejaría que lo que esa arpía dijo arruinara la noche.

La noche que no se trataba sobre mí, por empezar.

Pero todo esto me recordaba que en este mundo, había gente demasiado mala. Gente que buscaba hacerles la vida imposible a los demás.



#34351 en Novela romántica
#5633 en Chick lit
#8722 en Joven Adulto

En el texto hay: diversion, romance, amor

Editado: 23.05.2020

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.