A la mañana siguiente esa maldita pregunta aún no dejaba mi cabeza.
Me atormentaba.
Como un maldito pitido irritante que no paraba de sonar hasta hacernos doler mis oídos, un bebé que lloraba hasta que parecía que su garganta se iba a desgarrar por el esfuerzo que hacía por llamar la atención de su madre o como un pájaro carpintero que picaba mi cabeza sin cesar.
Lo cierto es que no tenía idea de como controlar mis emociones pero debía hacerlo , lo más rápido posible.
Caminaba por mi habitación de arriba abajo. La boda sería en una hora y se suponía que era la novia la que debía estar en este estado.
No la madrina.
Pero resulta que la madrina había metido la pata en grande. Y ahora no sabía como solucionar las cosas.
A veces me preguntaba para que tenía 25 años. Por qué me costaba tanto comportarme como una adulta?. Mi respuesta inicial era el miedo, pero ya no podía seguir escudándome detrás de este.
Debía tomar las riendas de la situación. Podría perder demasiado si no me controlaba y me arrepentiría toda mi vida.
Abrí mi clóset para poder sacar las cosas y empezar a prepararme. Me tomé un momento para admirar el vestido que tenía frente a mí.
Era de un beige tan delicado que le robaría un suspiro a cualquiera y estaba diseñado perfectamente para que pudiera resaltar cada curva que tenía. Aunque tuve que batallar con el cierre por un buen rato,coloqué las cosas en su lugar antes de lo pensado.
Miré el teléfono para comprobar si tenía algún mensaje, de Maddie o de Will, pero no había nada. Por lo tanto, la primera seguía molesta conmigo y el segundo seguía herido. No sabía cuál de las dos cosas me hacía sentir peor.
Suspiré y meneé la cabeza para enfocarme en algo más. Encendí mi computadora y me metí en mi cuenta de Pinterest para poder imitar alguno de los peinados que había guardado en mi galería.
Si debía pedir disculpas por haber sido una completa estúpida , debía verme bien, muy bien.
Agarré el spray y la bucleadora, para poder llenar mi pelo de pequeños bucles y ponerlos en alto. El paso siguiente sería elegir que accesorios llevar.
Tenía una hermosa gargantilla de strass que combinaría perfecto con el vestido.
Para las 8:30 de la noche ya estaba camino al hotel. Mi corazón latía fuerte en mi pecho, mis manos sudaban y si seguía en ese estado podría decir que el maquillaje terminaría completamente arruinado.
-Estacione en el Hotel Plaza, por favor-dije.
-Son 20 dólares,señorita.
-Aquí tiene.
-Que una buena noche.
-Eso espero.
Y de verdad lo esperaba, necesitaba que la suerte, una vez en mi vida estuviese de mi lado.
Entré en el Plaza, ese mítico hotel que tantas veces habíamos visto juntas en las películas. Era increíble que hubiese conseguido fecha aquí, porque sabía lo que deseaba esto. Y se lo merecía.
Una mujer de unos 50 años se acercó a mí con una gran Tablet en su mano.
-Viene de parte de la novia o del novio?
-De ambos.Soy la madrina.
-Tú eres Olivia?
-La misma-jugué con mi vestido.
-Te esperan en la suite de la novia. Pero me temo que no tienes mucho tiempo, la ceremonia comienza en unos 20 minutos. La novia quiso acelerar las cosas.
Típico de Madeleine, me dije para mi adentros.
-Genial y donde se encuentra la famosa suite?
-En el primer piso, doblas a la derecha, luego a la izquierda,luego a la derecha de nuevo y al final del pasillo encontrarás su suite.
-Muchas gracias.
Tomé mi vestido para evitar tropezar mientras subía corriendo la escalera, y seguí las indicaciones que me habían dando. Con tantas vueltas no sabía como no me había perdido.
Toqué a la puerta mientras acomodaba mi vestido.
-Pase.
La puerta se abrió sigilosamente y me costó creer lo que estaba viendo . Maddie parecía una de esas Barbies con las que jugábamos cuando éramos más pequeñas.
-No tengo palabras-dije.
Nuestras miradas se encontraron en el espejo y ella giró para ponerse frente a mí.
-Llegó el día – la emoción desbordaba su voz.
-Aquí estamos, quien lo diría?
-Nadie-rió-Estoy tan ansiosa . Nerviosa.Tengo una mezcla de emociones dentro mío.
-Todas buenas?-pregunté dudosa.
-Tú que crees?Claro que si.
-Yo solo comprobaba.
-Hablaste con Will?
Negué con mi cabeza.
-Deja de escaparle al asunto. Ve a hablarle debe estar en el pasillo ahora. Tienes 5 minutos.
-Deséame suerte.
-No la necesitarás.Tengo el presentimiento de que él te perdonará más rápido de lo que crees.
-Hasta enseguida.
-Hasta enseguida-me tiró un beso volador que atrapé en el aire y coloqué sobre mi pecho.
Bajé las escaleras con el corazón literalmente en la mano mientras formulaba la disculpa más sincera que podía generar en mi mente. No podía decir solamente lo siento, la fastidie. Debía dar una generosa disculpa luego de mi vergonzoso comportamiento.
Cuando doble en la esquina, ahí estaba, de espaldas a mí. Con un smocking negro entallado que dejaba pocas cosas a la imaginación y que estaba alterando algo más que mis neuronas y mis nervios.
Estaba haciendo estragos con mi hormonas. Demonios, que tenían las bodas que ponían así a las personas?
Respiré y conté hasta tres. Yo sabía que podía hacer esto.Podía con esto.
Me acerqué despació y toqué su hombro.
Cuando giró no supe distinguir en su rostro las emociones que lo invadían. Eran demasiadas para descifrarlas una por una .
Había confusión, admiración pero sobre todo decepción.
-Po…podemos hablar?
-Claro,por qué no?-tomó mi brazo y me alejó del resto de las personas-Estás muy hermosa.
-Tú tampoco estás nada mal.
-Nos veremos bastante bien caminando por el pasillo.
-Todo el mundo nos envidiará,quédate tranquilo ,sobre todo esa perra de Maddison o como se llame.