Capítulo 41: Problemas en el paraíso

Vieron esas películas de amor que nos muestran escenas de chicas destrozadas debido a una abrupta ruptura.

Que se la pasan encerradas en sus casas, la mayoría del tiempo en la cama con un gran pote de helado.Y miles de pañuelos alrededor?

Bueno ese era mi estado , ya llevaba así una semana.Y seguía sin entender.

No entendía como William había podido decir y hacer eso.Hubiese preferido que lo guardara para él, supongo que la poca consciencia que le quedaba lo llevo a realizar tan noble acto.

Acto que me rompió el corazón y me hizo volver al punto en el que estaba antes de todo esto.

No volvería a confiar en los hombres de nuevo.Jamás lo haría.

Sin embargo, y para hacer todo esto peor había elegido un momento muy malo para hacer esto, porque estaba en cama , llorando como una niña chiquita y llenando mi estómago de azúcar en el día de mi cumpleaños.

Como si no fuese suficiente que Maddie no pudiera venir para consolarme y Jill estuviera de vacaciones en Kansas, estaba sola en casa , sola en mi cumpleaños y llorando por un imbécil que se aprovechó de mí.

Tan solo si las cosas hubiesen sido distintas , si tan solo hubiese ido a otro prestamista, si no me hubiese fijado en él, o en el peor de los casos si me hubiese contado la verdad desde un principio las cosas serían totalmente distintas.

Pero prefirió guardárselo para él , hasta que salió sin querer .

Ahora estaba en casa, llorando, comiendo litros y litros de helado, afrontando los problemas en el paraíso sola.Mientras rechazaba cada una de las llamadas de William en mi celular.

Claro que mis amigas por más que estuvieran lejos se habían enterado de todo esto, y Kenton había jurado que cuando volvieran lo haría polvo por haberme hecho esto.

Cualquier hombre en su sano juicio le tendría miedo a esa amenaza.Kent medí mas de 1.90 y los músculos que tenían estaban lejos de ser chicos.

Alguien golpeó a la puerta y rogaba que no fueran mis padres.Cosa que dudaba porque no habían conseguido boletos para venir a visitarme,si algo habría podido hacer este cumpleaños incluso peor, era esta noticia.

Sequé mis lágrimas y traté de estar decente para la persona que estuviera del otro lado. Sabía que él no sería porque ya me había enviado mis cosas y no tendría motivo de volver por aquí.

Un chico de no más de 18 años estaba parado del otro lado con un ramo de rosas blancas en sus manos.

-Esto es para usted necesito que firme aquí-señalo en una hoja de papel.

Hice lo que me pidió y antes de irse gritó.

-Feliz cumpleaños.

Cuando vi la tarjeta la desilusión golpeo de lleno en mi pecho. Eran de él. Tiré las flores al costado.Posiblemente las dejaría morir como él dejo morir esto. Sería injusto para ellas pero también lo era todo esto para mi. Nada era justo en la vida, y tal vez nosotros no  nos recuperaríamos nunca de esto. Tal vez no estábamos destinados a estar juntos.

Aceptarlo sería la peor parte.

Lo tenía bastante claro.

Dudaba mucho que existiera un libro que nos enseñara a como llevar las rupturas amorosas.

Y si lo hubiera sería en lo último que gastaría el dinero que ganaba.

Que no era demasiado.

Ahora lo único que me quedaban eran mis amigas, mi trabajo, Parker y mi sueño.

Irónicamente no podía desvincular a William de las dos últimas dos cosas, por simples razones

Sin mi sueño no habría ido nunca a aquella agencia prestamista y por lo tanto no habría sido Will el que me habría atendido.

Ahora sería otra la idiota que estaba llorando por su culpa.

Y Parker, que sabía que no tenía la culpa de nada de esto, era la mascota que tanto había querido. Mi otro sueño.

Increiblemente Will me había cumplido dos sueños para convertirse luego él en una auténtica pesadilla.

La peor que había vivido hasta ahora.

La canción que decía "All myself " se reproducía en mi cabeza una y otra vez y no había manera de frenarla.Era el castigo que debería enfrentar a partir de ahora-