Faltaba tan solo un día para la gran inauguración . Y yo simplemente no podía creer como era posible que estoy me estuviese sucediendo a mí.
Llevaba fácilmente unos 10 años de mi vida soñando con este momento, desde que puse un pie en ese café y pude ver la magia que allí ocurría, simplemente lo supe.Yo también quería vivir y tener algo así.
Algunas personas lo experimentan con el amor, otras lo experimentan con cosas más profundas, yo con 15 años había descubierto mi verdadera vocación, tal vez sin saberlo.
Y ahora una década después, estaba en mi propio café arreglando los últimos detalles , para que a esta misma hora mañana, todo comenzara a funcionar. Las invitaciones ya habían sido enviadas, el stock de café y comida estaba completo y mi nível de emoción y satisfacción estaba por las nubes.
Mientras estaba chequeando la lista de invitados la puerta se abrió y una ráfaga de viento me golpeó como una cachetada.
-Solo espero que para mañana el clima esté mejor-dijo Maddie sacándose su abrigo y dejando asomar una pequeña pancita.
-Puedo?-estiré mi mano para tocarla.
-Claro que puedes-se acercó a mí para estar más cómoda.
-Ya sabes que será?
-La pregunta del millón es si tu quieres saber que será.
-Y esa pregunta a que se debe?
-A qué tu serás su madrina y serás la encargada de organizar el baby shower y comprar toda su ropa a estrenar de ahora en más.
-Por supuesto que quiero saber.Igual algo me dice que ya sé que es y tu estás solo estirando esto a propósito para hacerme sufrir.
-Puede que sí, puede que no-tomó un muffin que había en el aparador-Sabías que vendría verdad?
-Lo supuse.Bien , ahora habla.
-Bien, prepárate.Olivia Marie. Serás la orgullosa madrina de una pequeña.
-Ya dijiste pequeña-la interrumpí emocionada dando saltos en mi silla.
-Primero deja de hacer eso porque te caerás y no podrás ser madrina de nadie si te rompes la cabeza. Segundo podría haber dicho una pequeña criatura y no sabrías asi si hablaba de un niño o una niña.O de mellizos o de gemelos.
-Madeleine tendrás gemelos?
Sus ojos se llenaron de lágrimas y una gran sonrisa asomó en su rostro.Salté de donde estaba para aterrizar en sus brazos y oprimirla en un gran abrazo.
-Las niñas , cariño las aplastaras.
-Son niñas?-dije casi sin voz.
Asintió.
-Cómo se lo tomo Kent?
-Creo que aún está digiriendo la noticia, pero está feliz. Tanto él como yo solo queríamos que fuera un bebé sano. Fue el bebé el que nos sorprendió trayendo compañía.
-Y ya han pensado en nombres?-pregunté emocionada.
-Ava Rose y Leila Margaret.
-Son tan preciosos como lo serán ellas, es por eso que voy a ser la mejor madrina del mundo y les cumpliré todos sus caprichos.
-De eso no me cabe duda alguna.Pero por ahora quería llevarte a celebrar, una despedida de la chica Starbucks para recibir a la importante empresaria.
-Si me das un momento , arreglo mi maquillaje y estoy lista para salir. Después de todo no había visto la hora que era-miré el reloj que tenía en mi muñeca con más añorancia de la que me hubiese gustado.
-Te lo regalo Will?
-Si, fue durante nuestro viaje a Aspen.Tal vez deberías sacármelo.
-Yo creo que no, déjalo. Es un lindo recuerdo.
-De alguien que me rompió el corazón.
-Pero un recuerdo en fin-respondió seca sin oportunidad a que siguiera quejándome- No has sabido nada de él?
-Absolutamente nada.
-Tal vez sea para mejor. O no?
-Es para mejor. Créeme.
-Mejor no sigamos hablando de él-meneó su cabeza- Esta es tu noche y la disfrutaremos.
-No tanto recuerda que tu estás embarazada y yo mañana tengo que abrir este lugar.
-Lo sé.Anda , tenemos 15 minutos para llegar ahí.Ya le avisé a Jill.
El destino final de nuestra aventura fue el bar Boogie’s , un bar que estuve de moda durante un tiempo pero luego fue perdiendo su magia y solo iban chicas que querían pasar un buen momento con sus amigas para olvidar sus mal de amores y mujeriegos. Una combinación letal en muchos sentidos.
Mientras iba por mi cuarto daiquiri y estaba rompiendo mi promesa de no beber hasta desmayarme, Maddie se acercó a mí del brazo de un chico.Alto, guapo, y nada parecido a lo que estaba acostumbrada.
-Él es Josh y me estaba contando que quería invitarte un trago.
-Y sacarte a bailar-rascó su nuca-Si me lo permites.
-Claro , vamos. Hagamos nuestra a la pista.
La música de J Balvin llenó el lugar y nuestros cuerpos se movían al ritmo. Las luces, los tragos , el ambiente me hacían sentir una mujer distinta, una mujer a la que nunca le habían roto el corazón. Una mujer quien era ella la que rompía los corazones.
Josh me tomó de la cintura para acercarme hacia él.
-Eres muy divertida-dijo pegándo su frente a la mía.
Podía sentir su aliento en mis labios y un escalofrío recorrió mi cuerpo anticipando lo que iba a pasar.
-No tanto como tu-bajé la mirada.
Josh tomó mi mentón para que pudiera mirarlo a los ojos y con cuidado pasó directo a la acción. Sus labios eran dulces y sus movimientos cuidadosos. Parecía ser el beso perfecto , pero algo ahí estaba mal.
-Lo siento-me alejé de él-Debo irme.
-Cuando te veré de nuevo.
-Cuando el destino lo decida-dije alejándome y dándole a entender que posiblemente ese momento no llegaría nunca.
Cuando salí fuera del bar tomé mi teléfono y marqué torpemente el único número que me conocía de memoria.
-Te extraño-susurré antes de cortar-Por favor, vuelve.