Ópera: Rosas De Invierno

CAPITULO 3: Esperando al que no llega

Mensaje del autor:

 

Hola a todos, estuve alguna temporada lejos del proyecto debido a muchas cosas que tenia resolver pero por fin me puedo dedicar nuevamente a continuar escribiendo esta hermosa historia. Muchas gracias por esperarme. Les traigo un capitulo increible que haya valido la pena esperar.

 

—Heder, no es gracioso. Sal por favor — Samuel  busca por todos lados. La tarde está por finalizar, pero aún no hay ni una señal de Heder —¿Dónde te metiste? — 

—Pronto cerraremos el parque. Es necesario que salga— Dijo el guardia de seguridad que se acercó a Samuel. 

—Perdone, es que no encuentro a mi amiga, creo que se perdió— 

—¿Cómo? ¿Aquí? — 

—Si. Creí que era una broma...de hecho aún dudo que no lo sea, pero estoy preocupado. No responde a su teléfono y está oscureciendo. ¿Podría ayudarme? — 

—Claro que si ¿Tiene alguna foto de la joven? —  

Samuel le mostró algunas fotografías del perfil de Heder en Instagram. Fuera broma o no, Samuel no se iría sin ella. 

A veces pasan cosas que desconocemos y debido a que no son creíbles para el ser humano no las consideramos. Samuel no tenía idea de que Heder estaba en otra época y Heder tampoco sabía que Samuel la estaba buscando.  

El atardecer en Rosas de invierno estaba por finalizar y los últimos rayos de sol acariciaban el rostro de Alexandra mientras escuchaba su playlist de música relajante con los ojos cerrados. Habían sido días llenos de estrés después de su corto viaje. Quería volver a encontrar la paz que su padre le había arrebatado aquella noche y lo estaba logrando; quedó profundamente dormida. 

—Heder, Heder— repetía el nombre de su hermana—Heder... no te acerques, si lo haces...no podré protegerte — 

El cálido atardecer se convirtió en una oscura y fría noche frente al lago del bosque oscuro. Heder estaba caminando hacia el lago con deseos de entrar como si algo la llamara y aunque Alexandra trataba de hablarle para evitarlo...Heder la ignoraba por completo. 

—¡No lo hagas! no hay nada ahí— 

—Te equivocas, si hay algo ¡Ven! Me está diciendo que vaya— respondió Heder sin siquiera mirarla. 

—¡No! lo que te está atrayendo no es bueno Heder, sal de ahí — Alexandra siente como las rosas negras del bosque empiezan a enrollarse en ella inmovilizando sus brazos y piernas. No permiten que se acerquen a su hermana quien ya se encuentra con los pies dentro del lago—Heder ¡No! — 

La joven dentro del lago miró a su hermana, pero esta vez su mirada no es normal...transmite demasiado dolor y tristeza. Mientras sonríe con melancolía, lagrimas comienzan a recorrer sus mejillas. 

—Debiste decírmelo — pronunció Heder, después ingresó al agua hasta quedar completamente dentro. La corriente del lago es demasiado fuerte, es imposible sostenerse o mantenerse en pie así que, la corriente se llevaría a Heder en pocos segundos. 

—¡Heder!¡idiota! — las extremidades de Alexandra están bastante adoloridas por los tironeos. Las espinas se encajan en su piel. No le permiten acercarse a su hermana —¡Nunca me haces caso! ¿Por qué? — 

Una fuerte tormenta comenzó a caer sobre el bosque, era tan densa que era imposible ver hacia lo lejos. Esto hizo que las rosas fueran más pesadas y tuvieran más fuerza en las heridas de Alexandra. Derrotada y odiándose así misma por no poder hacer más, decidió retroceder para que la soltaran. 

—¿Qué hago ahora? — 

De pronto una silueta masculina salió del lago cargando en los brazos a Heder completamente dormida, su atuendo estaba mojado al igual que el de ella. El cabello le cubría por completo el rostro a este ser desconocido y solo hacia una cosa, mirar el rostro de la joven dormida mientras avanzaba hacia la salida del lago. 

—¿Quién eres? ¡Suéltala! Oye ¡Suéltala! — La silueta se hizo más conocida al acercarse, no era la primera vez que Alexandra la veía—¿Tu? ¿Tu otra vez? ¡Te dije que la dejaras en paz! — 

El celular de Alexandra comenzó a sonar, provocando que se despertara, nuevamente está en su casa...ya es de noche. Todo fue un sueño. 

Tomó el celular para responder. Era una llamada de su madre la cual lloraba desesperada. 

— Mamá, ¿Qué tienes? — 

—Tu hermana desapareció. No...no sabemos nada de ella. No contesta su celular — 

—¿Qué? ¿Cómo que desapareció? ¿Dónde estaba? — 

—Estaba con un amigo de excursión — 

—¿En dónde? — 

—En el bosque oscuro. Las autoridades ya la están buscando. Tu padre fue hacia allá y yo me quedé aquí por si regresaba, pero estoy aterrada y ¿si le paso algo? — 

Alexandra dejó caer el celular al suelo, su sueño y que ahora pase esto, es demasiado para ella.  

—No, no...entonces eso quiere decir que...Ya llegó, Ese maldito se la llevó —ha golpeado la pared. Nuevamente había tenido esa premonición, esa.... que la ha atormentado por años. 

Samuel seguía buscando a Heder por todos lados con ayuda de las autoridades, quienes ya habían llegado. Trataba de recordar para encontrar respuestas ¿Cómo desaparecía alguien en tan solo unos segundos? 

—Ella tenía miedo de estar aquí y no es tan rápida como para esconderse. ¿Por qué huiría? Además, no había nadie y si sí...lo hubiera notado. ¿Dónde te metiste? — Alrededor de él solo había oscuridad, un solitario bosque y varios guardias de seguridad buscando por todos lados. 

Samuel decidió acercarse a uno de los policías cuando de pronto vio a una mujer mayor llorando mientras un hombre la abrazaba y a un costado de ellas, una chica que se parecía un poco a Heder. Ella apoyaba sus manos sobre los hombros de la mujer que lloraba ¿Será la familia de Heder? 

—Buenas noches ¿Ustedes son la familia Haydn? —preguntó Samuel mientras se acercaba, no podía retirar la mirada de la otra chica. Por poco la confunde con Heder...pero el color de su cabello le hizo aclarar todo. No era ella. 




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.