7 de Julio de 2017, París, Texas.
En el rancho Graham se podía ver a un joven castaño cabalgar a toda prisa hacia el establo, donde se hacían oír los diversos animales que este contenía.
Will bajo de su caballo con algo de prisa, y se lo cedió a su fiel amigo Tony quién rápidamente lo guardó en su pesebrera correspondiente.
-¿Como haces para todavía no estar listo?. Debemos salir en 20 minutos.
Will se quitó el sombrero, y removió sin cuidado su cabello.
La ropa de Tony estaba sucia con aceite por arreglar el tractor, y lodo por perseguir a las gallinas, en un torpe intento de alimentarlas.
-¡Descuida!. Princesa valiente. Estaré listo.
Tony se burló por la apariencia agraciada de Will. El perfecto William Graham.
Ambos se dirigieron a la gran casa de madera hecha de cedro, de un maravilloso marrón oscuro. Sus extraños detalles en el exterior hechos a mano, por los antepasados Graham, enorgullecian a quienes vinieron después de ellos, apesar de su rareza.
Al entrar a la casa los chicos fueron inundados con el delicioso aroma de huevos revueltos con tomate, cebolla y chile.
-¡Cielos, señora Rey!. Eso huele delicioso.
Will saludo a la señora Rey, quién lo recibió con un fuerte abrazo. Rápidamente se sentó a devorar su desayuno.
-Gracias Willy.
Tony abrazo a su madre, ella le pellizco las mejillas se sintió un tanto avergonzado. Will oculto su risa con una falsa tos, cuando la señora Rey lo retó con la mirada.
El tiempo era limitado, aún así la Sra. Rey se aseguró de que ambos chicos desayunaran. Mientras limpiaba el rostro de Tony, ordenaba el cabello de Will, esté último resistió los leves tirones de cabello.
Will hacia muecas de dolor, pero era demasiado considerado como para quejarse de aquel acto de cortesía de la Sra. Rey.
Se oyeron unas risas burlescas, no eran de Tony, él era discreto y solo se burlaba cuando su madre no lo veía. Eran el Sr. Graham y el Sr. Rey.
María volteó a verlos con ragaño. Francisco tomó un pan, y lo inspeccionó con detenimiento, como si fuese un nuevo descubrimiento. Grant, por otro lado miró a Tony en busca de ayuda, esté susurró por lo bajo un" Lo siento señor Graham" y se encogió de hombros, terminando su desayuno.
-Hola papá. ¿Pleneas unirte al ejército o es solo un hobby?
Preguntó con la boca llena, señalando los pies de su padre llenos de lodo. Casi al instante un golpe en su nuca lo hizo escupir su galletita.
-No molestes a tu padre.
La Sra. Rey lo regañó como a un cachorro. Fue un desfortunio para Tony quien observaba con tristeza su galleta, pero a Will le salvó su melena.
Los padres de Tony se besaban como si su vida dependiese de eso. El asco en los rostros de los jóvenes e incluido el mayor Graham, reflejaba que los besos ya habían sido arruinados para ellos.
Para escapar de la incómoda escena el Sr. Graham les hizo una seña a ambos chicos los cuales se apresuraron a tomar sus cosas.
Tras discutir quien iría en el asiento del acompañante, y quien en la parte trasera de la vieja camioneta, separados para evitar pleitos. Will podía sentir el intenso sol de Texas en su rostro, cabeza y el resto de su cuerpo apesar de llevar su camisa azul a cuadros, no le sirvió de mucho.
Tony por otra parte charlaba animadamente con el Sr. Graham del próximo mundial, Rusia 2018. El pobre hombre no tenía interés, pero era Tony, él podía hacer que cualquier cosa fuese interesante.
Unos golpes en la ventana llamaban su atención.
-Tengo sed. Hace calor aquí afuera. ¿Puedo entrar?.
Will pateó con desespero la ventana. Sin embargo, eso no perturbó la paz de los internos.
-No hay lugar. No hace tanto calor. No seas dramático.
Tony subió sus pies al espacio restante(el cual era mucho). Sintió el aire acondicionado en su rostro, y casi tuvo frío. Encendió la radio donde como casi todos los días reportaron que las temperaturas rondaban los 33°C.
Will agradeció internamente cuando sintió la camioneta detenerse. No sabe en qué momento, quizá se desmayó por el calor, pero cuando abrió los ojos habían llegado a la secundaria. Clara y Sophie se acercaron para ayudar a Will a bajar de la camioneta.
-¡¡Oh por favor, ni siquiera esta tan mal!!.- Gritó Tony
El Sr. Graham se alejaba en la camioneta conteniendo la risa. Sabía que su hijo estaba bien, porque de otro modo Tony sería el más preocupado.