Camino junto con mi hermano a casa y puedo ver como ya se ha calmado de tanto llorar. Aveces puede ser insoportable, pero a la vez es muy sensible.
No dejo de pensar en la curiosidad que me causa el simple hecho de yo no conocer a esa persona, ni siquiera sé su nombre, no se me hace familiar su rostro. Nada. No conozco nada de él.
Cuando llegamos a casa pude ver que mi mamá estaba afuera esperandonos con expresión seria.
— Si se iban a demorar lo ideal era llamarme para saber — Mi hermano y yo nos quedamos mirando. Parece que no sabe lo que pasó — ¿Me van a decir que fue lo que pasó?.
Puedo ver la molestia de ella, normalmente cuando sabíamos que nos íbamos a demorar lo que hacía era llamarla y decirle el porque de tal cosa, pero esta vez no fue posible, esta vez hubo un inconveniente inesperado de por medio que fue de impedimento.
— Pasa mamá, que no nos demoramos porque quisimos, nos demoramos porque hubieron disparos al salir del colegio y me dio un desmayo por el susto. Camilo vio que me llevaron cargada para la enfermería del colegio y no quiso llamar a nadie hasta saber de mi. Por eso nos demoramos.
Mi mamá quedó sorprendida, era obvio que no esperaba esa respuesta de mi parte.
— Ay mis hijos... Disculpenme, no sabía nada de lo que pasó — Nos abrazó fuerte e hicimos lo mismo de vuelta — ¿Están bien?. ¿No les hicieron daño?.
— Gracias a Dios no hubo nadie perjudicado de la escuela, pero escuché que estaban buscando a alguien que le debía cuentas a esa gente de la mafia — Cambio mi expresión a una con más seriedad y nerviosismo — Mami... ¿Te puedo decir algo? — Ella no comprende nada de mi actitud, pero asintió igualmente — Pelee con Valeria, la que siempre se mete conmigo. En el receso tuvimos un intercambio de palabras, nada fuerte. Cuando el descanso terminó ella se me acercó diciéndome que no se iba a quedar quieta y como me estaba agarrando del cabello lo que hice yo fue defenderme.
Mi mamá me miró sorprendida y es entendible, yo nunca había estado en una situación de estas, pero tampoco me iba a dejar molestar por ella, y ya había aguantado demasiado como para que está vez fuera igual.
— ¿Por qué pelearon exactamente? — Me pregunta con interés.
Después de que mi mamá nos hizo pasar nos sentamos en el sofá de la sala y empecé a contarle los echos de la pelea que tuve. A quién sea le puedo ocultar lo que sea, pero a ella... A ella no podía ocultarle nada. Era mi madre, la persona en la que yo podía confiar incluyendo el estar a ciegas. Cuando terminé de relatar todo pude ver como procesaba lentamente lo que había acabado de oír.
— ¿Te suspendieron? — Oh, oh... Había olvidado ese pequeño detalle.
— Si — Respondí derrotada a lo que ella se levantó de donde estaba sentada y fue hacia lo cocina a servir el almuerzo.
Yo sólo la vi irse y dejarme ahí sin decirme nada de nada por lo que tomé mi bolso y me fui a mi cuarto sin preguntarle nada, estaba más claro que el agua de que se encontraba molesta.
Entré a mi cuarto y me quite el uniforme para darme un baño y aliviar la tensión que tenía en mi cuerpo. Una vez que cerré mis ojos lo primero que se me vino a la mente fue el momento en que esos brazos me rodearon, el momento en que él se me acercó así de repente. Decido dejar de darle tantas vueltas a asunto y al salir del baño me pongo algo cómodo para dormir. Quiero descansar.
*****
— Carolina, hija... Despierta — Me remueve mi mamá para que me levante.
— No quiero, tengo mucho sueño — Y me doy la vuelta para envolver mi cuerpo en la sabana.
— Deja de ser perezosa y despierta — Me dice entre risas mientras me quita la sabana — Tengo que hablar contigo.
Eso es suficiente para despertarme a regañadientes.
— Está bien — Respondo resignada y con mi cabello echo un nido de aves — De verdad que yo no fui la que empecé.
— Sé que no la empezaste, pero si la que la terminó y de eso no te quería hablar exactamente — La miro confundida.
— Entonces... — Le digo alargando la S — ¿De que quieres hablar?.
— Esto me lo dijo mi mamá cuando estaba cumpliendo quince y ahora yo te lo digo a ti para que lo tengas presente — Asiento y ella respira profundo — Hija... Cumplir esta edad es más que un año adicional, es pasar de niña a mujer en el sentido de que vas a querer depender de ti misma, no vas a querer que andemos pendiente de ti o se verán conflictos entre nosotros porque así como es una etapa hermosa, también es una edad difícil. No podemos prohibir todo lo negativo en tu camino porque aunque querramos hacerlo, la última palabra es tuya y tú eres quién decide lo que quieres para tu vida. Van a haber personas que te verán como un pasatiempo y otras te verán como lo más valioso que hay, pero la vida misma se encargará de dejarte a las personas que realmente merecen estar a tu lado. Hay muchos que sólo ven una cara bonita en ti, pero ven más de lo superficial. Te amo demasiado y no quiero verte mal mi niña.
— Hay mamá, ven aquí — La abrazo fuerte mientras lloramos juntas.
— Ah, y por cierto, no se me ha olvidado lo de la citación y esto la sabrá tu padre cuando llegue del trabajo — Asiento no muy convencida.
Ella se levanta de mi cama dejando un beso en la cima de mi cabeza, la veo salir de mi cuarto y se me ocurre una idea... Plasmar una frase en grande, pero ahora la pregunta es: ¿En dónde?.
Te volviste loca.
No estoy loca conciencia, de algo me tiene que servir lo que me dijo mamá y se me ocurre que podría pintarlo en la pared despejada de mi cuarto para verlo todos los días y me sea de motivación siempre (Dije para mis adentros).
Dejo de hablar sola con mi conciencia y me dispongo a accionar, es decir, a pintar en mi pared, pero antes tengo que ver como lo voy a hacer. Primero; elegir el tipo de letra, luego; hacerlo con lápiz para ver como queda, y por último; pintar.
Editado: 25.08.2025