Esta historia de amor comenzó de una forma inusual, no es como las historias contadas en los cuentos de hadas, donde hay un príncipe, una princesa, un castillo, y que tienen magia y chispas desde el instante con amor a primera vista, quizás si hubo, o quizás no, lo que si hay de común de los cuentos de hadas en esta historia, es que, tanto Aymee y Percy buscaban ser rescatados, pero, ¿de qué? A veces de la rutina, de la sociedad, del día a día, de la soledad, de lo que estuvieran pensando en sus mentes y lo que sintieran en sus corazones. Todo era tan distante para ambos, pero no era notorio a la vista de cualquiera, solo ambos lo sabían y cuando se conocieron, es ahí donde empezó, ¿la magia?, ¿el capricho?, ¿la obsesión?, ¿la terquedad?, un poco de todo y de nada a la vez. Pero me dejaré de rodeos y empezaré a narrar como es que todo empezó.
Aymee, era una adolescente, tenía apenas 16 años y estaba por terminar la educación secundaria. Ella querría ser Administradora de Empresas, su mayor sueño dorado era ser empresaria y jefa de su propio negocio y poner en alto el apellido: Gómez que tenía y enorgullecer a su familia. No hicieron fiesta de promoción en su escuela, lo cual la decepcionó algo, aunque no mucho porque no tenía grandes amistades en su aula. Digo, ella era la clase de chica con la que podías hablar, le caía bien a la mayoría de las personas que conocía. Pero de conocer a ser amiga de verdad de todas, no lo era. Sería una gran mentira decirlo. Era estudiosa, se empeñaba mucho en sus estudios. Tenía un grupo de amigas: Nancy, quien era su mejor amiga desde la infancia, estudiaron en el mismo Kinder, pero estaban en diferentes aulas, en la primaria se conocieron y se matricularon en la misma escuela para la secundaria, así que, prácticamente era su amiga de toda la vida. Camila, su mejor amiga también, a ella la conoció desde primer año de secundaria, desde verano de ese año en realidad, estaba tan nerviosa por la escuela que tomó un verano en vacaciones para estar preparada, se hicieron amigas desde que se dictó recreo del segundo día de clases. Esther, era otra de sus amigas, ella también se dedicaba mucho en sus estudios, ambas repasaban y hacían las tareas. María, por último, y no menos importante, también era otra de sus amigas, se llevaban bastante bien, se conocieron en segundo año de secundaria, al sentarse al lado, ya que, ella era nueva, pero pudieron hablarse y hacerse muy buenas amigas al instante. Nancy, Camila, Esther, María y Aymee, eran grandes amigas, no todas se conocieron a la vez, algunas se conocieron antes o después, pero cuando todas se juntaban era de locura!.
Es momento de describir a Aymee, ella era estudiosa, se empeñaba mucho en sus estudios, porque tenía claro el camino que querría. Su meta era ser una gran empresaria, y con mucha dedicación y suerte podría conseguir una beca con sus buenas calificaciones. Era brigadier ambiental de toda su escuela y la representaba en diferentes concursos ante diferentes instituciones educativas. Su familia le había enseñado bajo mucha presión que debía de lograr todas las metas que se proponga pero siempre manteniéndose al margen de los estudios. Para sus hermanas así como sus papás, no era bueno se distraiga con amistades, eran estrictos con ella. Principalmente porque ya sabían como era. Hasta ahora conocemos que era una persona muy aplicada, pero no siempre fue así. De pequeña no le gustaban los estudios y prácticamente su casa era la de sus amigas, era un tanto indisciplinada y para nada centrada. Con el paso de los años fue corrigiendo su actitud, aparte que siempre querría estar bien con su familia, era lo más importante para ella. Era engreída, caprichosa, y siempre fue la niña de papá. Se le engreía y consentía en cada que solicitase. Su mamá equilibraba el favoritismo de su papá, ante las decisiones y momento de castigar a alguna. Casi nunca salía y no era muy cercana a sus amigas, en la escuela eran cercanas, pero fuera de ella no. Al pasar los años es que afianzaron mucho mas la amistad, en realidad.
Mientras estaba en la educación secundaria, su vida social era nula, se la pasaba en las redes sociales y preparándose para ingresar a la universidad. Siempre hubo un chico que le gustaba, se llamaba Marco, Vivian en el mismo barrio. Estudian inicial y casi toda la primaria juntos. Pero, se distanciaron luego de terminar la primaria. A Aymee, le gustó este amigo, y no quiso arruinar la amistad y decidió alejarse un poco, pero quizás se le paso la mano o a Marco no le cayó muy bien la idea de la lejanía porque así nada más se terminó la amistad. El era un buen chico, se llevaban bien, pero era la clase de persona que quieres como amigo y con la que no quieres combinar sentimientos porque sientes que quizás no funcionara o temes dañarlo o que te dañe y arruine ese lazo. Lo irónico es que igual se arruinó, de igual forma Marco siempre estaba pendiente de Aymee, saber lo que hacía, para variar era el mejor amigo del primo de Aymee, vivía en el mismo barrio también, era por ello que eran amigos. Habían tiempos en los que salía con sus amigas también, pero no eran grandes momentos, cortos pero felices. La ayudaba a escapar un poco de la soledad y presión que sentía siempre en casa.
Todas las chicas en la secundaria pensaban en maquillaje, chicos, el primer enamorado, el saliente, el agarre, un poco de todo, lo importante era que siempre tenían a alguien cerca o en mente. Eran perversas, les gustaba maquinear con sus salientes, manipular a alguno para que hiciera lo que quisiera y obtener un provecho. Pero, a Aymee, no le gustaban esas cosas, su mundo era estudiar y ser empresaria. Tenia todo claro y estaba ansiosa por conseguirlo.
Al terminar la secundaria, empezó a dedicarse más a sus estudios, a ver mas por su futuro y a aspirar a más. Era muy parecida a Esther, que también era muy dedicada en sus estudios. Pero, la diferencia era que, Esther siempre competía, le gustaba ser mejor que Aymee todo el tiempo, era muy competitiva. A Aymee, le importaban los estudios, pero le agradaba la amistad que tenía con Esther, la competencia lo dejaba de lado, no buscaba rivalidad, solo se dedicaba a sus estudios de forma personal y se enfocaba en aquello, así como en sus amistades, aunque se le había enseñado prácticamente en casa que era malo tener amistades, ella las valoraba y le agradaba pasar tiempo con ellas.