Oscuridad, Tiempo, Luz, Destiempo

CAPITULO 9

—Pero abuelo, debo contarles lo que realmente ha estado sucediendo con Ferdinand. Expresa Spancraf.

—Sé lo que ha sucedido, sé quien estuvo detrás de todo esto. Atribuye El Rey.

—Tío Oliver, de verdad lo siento tanto, esto en realidad iba a suceder tarde o temprano, sé que tú entenderás. Le dice Spancraf a Oliver quien se retira sin decir nada.

El acontecimiento que había sucedido había afectado a Oliver, quien amaba a Ferdinand, pero no sabía que su corazón estaba perdido, no pudo salvarla y no pudo curar su corazón. Ferdinand no solo era la que anunciaba los decretos reales, sino era una persona tan cálida, nadie la conocía más que Oliver, que a su vez ni el mismo la conocía ese último tiempo.

—¿Su amor hacía mi era real? ¿Nat tenía razón sobre ella? ¿Fue toda una mentira? ¿Por qué mi hermano no me lo dijo? Él puede leer las mentes de todos. ¡No! Imni no tiene culpa de nada, él es tan buena persona que no se mete en la mente de nadie. Piensa Oliver muy triste por la pérdida de la persona que amaba.

De pronto Nat lo sigue por el pasillo, viéndolo llorar, sintiéndose culpable por las cosas que pensaba sobre ella. Nat no solo sospechaba de Ferdinand, sino que, le tenía desagrado por estar cerca de su madre, lo cual también fue algo que fue en vano ya que su madre no era quien decía ser.

—Hermano, ven aquí por favor. Expresa Nat tomándole la mano a su hermano.

—He perdido a una persona especial, al fin y al cabo, tú tenías razón sobre ella, no sé porque estoy sintiendo dolor. Sollozando comenta Oliver.

—Oliver, tú sientes dolor porque la amabas, la amabas tanto que el destiempo no te dio tiempo a concretar todo lo que te proponías junto a ella, tú sientes dolor porque somos como los humanos, la sensibilidad es una cualidad nuestra, tienes que llorar y dejarla ir.

—Tú tenías razón Nat, ella nunca me amó, sólo estuvo conmigo para generar disturbios en el reino, era parte de la oscuridad. Dice Oliver.

—Una parte de ella pertenecía a la oscuridad, pero su corazón siempre fue tuyo, así como el tuyo fue y será de ella aún entre el cosmos. Su amor permanecerá. Le dice su hermana mostrándole un recuerdo en donde se veía a Nat en el jardín del reino, dándole vida a sus flores, protegiendo el reino y la tierra con el poder de la naturaleza.

—Princesa Natanielisse, podría hablar con usted. Expresa Ferdinand.

—No tienes nada que hablar conmigo, por lo tanto, puedes retirarte. Exclama la Princesa Natanielisse.

—Es sobre tu hermano Oliver, necesito poder hablar con alguien. Sé que me odias, pero por favor escúchame, tu hermano es todo para mí por lo que imploro poder hablar contigo. Nunca quise hacer nada para hacerte daño, tu madre hizo que yo me acercara a ella porque extrañaba tenerte cerca, tú cuidando de Martín en la tierra hizo la gran diferencia en el reino, sin ti tu madre no era la misma, eres su hija y te extrañaba demasiado. Expresa Ferdinand.

—Continúa... comenta Natanielisse.

—Por una parte, es eso, por eso venía a pedirte perdón, no quiero que seamos amigas, pero quiero tu respeto, así como tú tienes el mío, admiro mucho lo que hiciste por Imni, de veras. Pero no he venido a hablar de eso, vine a hablar de tu hermano Oliver, vine a decirte que mis intereses para con él son solamente de amor, amo con todas mis fuerzas a Oliver, nos conocemos desde hace mucho, cuanto tú te fuiste yo fui quien consolaba a tu madre, fue donde empecé a dar los mensajes reales. Ahí conocí a mi querido Oliver, fue donde algo me llamó de él, pronto comenzamos a hablar y fue donde le abrí mi corazón. Yo soy la única descendiente de mis padres, quedé muy sola y fue tu hermano quien me salvó Nat, fue Oliver quién me hizo más fuerte, y eso es lo que más amo de él. Lo amo, y lo más importante que quería decirte, más bien pedirte, es tu bendición, quiero pedirle matrimonio a Oliver. Es por eso que quiero tener la bendición de todos, es muy importante para mí. Termina Fernindad revelando su gran secreto.

-Oh Ferdinand, agradezco que compartas todo esto conmigo, sé que quizás fui cruel contigo, y a todo esto te debo una disculpa, así como acepto las tuyas. Gracias por cuidar de mi madre en mi ausencia, sé que no habrá sido fácil, pero fue así. Gracias por estar, gracias por venir a hablar conmigo a pesar de lo dura que puedo llegar a ser. Y por supuesto que te otorgo mi bendición, la felicidad de mi hermano también es la mía, espero que sean muy felices. Lo único que te voy a decir es que, si le haces daño, yo misma te mataré. Expresa Nat con gracia.

Volviendo a la realidad, Nat abraza a Oliver quien lloraba al ver por última vez a Ferdinand quien en realidad lo amaba como el a ella.

—No te preguntes más si ella te amaba, solo amala cada día de tu vida. Expresa Nat y continúa. Yo tuve la oportunidad de disculparme con ella, y saber lo que sucedía, y lamento no poder ayudar, pero sé que puedo ayudarte en este momento. Pero ahora, vamos a dar un paseo por la tierra, vamos a ese lugar que tanto nos gusta, ¿Como se llamaba? ¿El camino?

—Se llama Caminito, en Buenos Aires. Comenta Oliver con gracia.

—Ese mismo lugar, dejemos que la energía fluya y la magia suceda, vámonos. Expresa Nat desapareciendo junto a su hermano convirtiéndose en energía.

En la sala donde de honores, donde sucedió la muerte de Ferdinand, se encontraban El rey Agnarassi junto a su nieto y su hijo Geheimnisse.

—¿Cómo arreglaremos esto? El pueblo va a estar con muchas peticiones con respecto a lo que sucedió. —Papá, no fue mi intención, pero tú sabes que esto iba a ser así, al principio no quería, pero ella iba a lastimar a alguien, ella quería acercarse a ti. Expresa Spancraf. Ella era la persona que cometía traición como así lo hizo Sicherheit.

—Debemos arreglar esto, debemos impedir que Ferdinand sea corrompida. Debemos volver al momento donde ella es encontrada por la oscuridad. Expresa Imni.




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