Al día siguiente, muy temprano en la dimensión celestial, la cual brillaba como todas las mañanas, su cielo lleno de energía, un color más potente que el cielo de la tierra, un cielo perfecto. Ese mismo día, la reunión se llevaría a cabo, ya ha pasado tiempo de que el heredero Liebeehass regresó en cuerpo y mente. Los Liebeehass tenían a su líder.
En una de las habitaciones se encontraban Oliver y Ferdinand, mientras ella dormía, Oliver observaba.
—¿Qué es lo que estás mirando? Susurra Ferdinand entre ojos.
—A ti mi amor. Contesta Oliver con un beso en la frente.
—¿Es muy temprano? Pregunta Ferdinand.
—Si, lo necesario para desayunar algo antes de reunirnos con la familia y el circulo. Contesta Oli.
—Bien, iré a ducharme y vuelvo. Expresa Ferdinand camino al baño.
—Está bien amor, te espero para bajar a desayunar junto con los demás. Le dice Oliver.
Mientras Ferdinand se miraba al espejo, lo que sucedió la noche anterior no la dejaba en paz. ¿Qué fue esa luz? se preguntó en su mente. ¿Por qué me querían matar? volvió a pensar. Al estar en la ducha, las ganas de vomitar se manifestaron. Era evidente, ya que los Liebeehass suelen tener algunas sensaciones igual que los mortales.
—Amor, ¿estás lista? Preguntó Oliver desde la habitación donde se estaba cambiando, su camiseta verde, con borcegos color mostaza, y jeans.
—En un segundo... Contesta Ferdinand mientras se terminaba de secar y eliminar rastros de vómitos. Vistiéndose con unos pantalones negros, zapatillas y una camiseta roja.
Sale del baño y ambos se dirigen a la sala Lagumar, donde la familia suele desayunar, almorzar y cenar.
Bajando las escaleras doradas, donde se observa que cada cuadro contenía la imagen de cada integrante de la familia y de cada guardián del circulo protector. Asomándose a las barandas de las escaleras se podía observar cómo Geheimnisse hace el desayuno junto a su amiga Angela, quien en la tierra es una profesional de la gastronomía donde se especializa en todo tipo de postres.
—¿Cómo es que eres el Rey de una gran raza de superhumanos y te haces el desayuno tú mismo? Pregunta con mucha curiosidad Angela mientras sacaba del molde los volcanes de chocolate para desayunar con la familia.
—Lo que pasa es que aquí no toleramos que nadie sirva a nadie, muchos nos dicen "majestades" por costumbre de mi madre, quien no era quien yo creía. Nosotros somos otro tipo de realeza, sin los demás Liebeehass no somos nadie. Puede que digan que soy el más poderoso y demás, pero la realidad es que sin mi familia y mi raza no soy nadie, aquí cada uno tiene una tarea especial, y juntas sostienen esta dimensión. Responde Geheimnisse con orgullo al mencionarlo.
—Me parece muy bien lo que me cuentas, amigo. Expresa con una palma en el hombro de Imni.
—¿Cómo estás, amiga?, sé que es difícil lo de Gabriel, lo es para mí también. Que no haya existido nunca, que fue una completa mentira, me consumió. Pregunta y comenta Imni.
—¿Te molesta si no hablamos sobre ello? no me siento lista para afrontar nada de esto. Responde Angela ya con los volcanes listos cuando de pronto llegan Ferdinand y Oliver.
—¡Buenos días a todos y todas! Gritó Oliver bajando los últimos escalones.
—Alguien parece estar feliz. Hola hermanito. Expresa Imni con un gran saludo hacía Oliver.
—Tú sabes como soy, siempre feliz, siempre positivo, siempre arriba. Le dice con gracia.
—Buenos días, Ferdinand, ¿cómo te encuentras? Pregunta Imni.
—Buenos días Majestad, estoy mucho mejor, pero con muchas preguntas.
—¡Ay! Pero por favor, deja ya de decir majestad, no somos la gran cosa. Le dice Oliver riendo a su futura esposa.
—Oliver tiene razón, ya eres de la familia. Expresa Imni y continua. ¡Todos a la mesa! Mientras se iban acercando Agnarassi, Nataniellisse y Paula, quien no paraba de observar a Nataniellise.
Ya todos sentados, Angela comienza a servir uno de sus postres preferidos para todos los presentes
—Espero que a todos les agrade lo que he preparado, está hecho con mucho cariño. Es un agradecimiento por recibirme y protegerme. Expresa Angela con gratitud.
—¡Ummmm, esto no puede estar tan rico! Expresa Oliver aplaudiendo a la invitada mortal.
Todos coinciden con él y comienzan a aplaudir, mientras Oliver lanza de sus manos chispas de energía para agradecer a Angela su presencia y su exquisitez.
—Muchas gracias a todos, de verdad. Asiente Angela.
—Angela, debes saber que puedes quedarte el tiempo que desees aquí, nosotros nos encargaremos de que tus padres no noten tu ausencia. Le dice Agnarassi mientras da un bocado de el exquisito volcán de chocolate.
El último en llegar fue Spancraf, quien entró muy serio ante todos.
—Buenos días a todos, no quiero adelantarme, pero quiero contar algo y tratar de ser lo más breve posible. Expresa Spancraf y prosigue a contar su historia.
—Bien, todos o algunos saben que he vivido en muchos tiempos, debido a que mi abuela tenía la idea de matarme. Gracias a mi padre, quien me ha escondido para que ella misma no me encuentre, es que estoy frente a ustedes. En esos tiempos escondido he pasado por muchos tiempos, he viajado y he conocido mucho, entre esas cosas que he conocido se encuentra mi misión. Una misión muy importante que la luz me ha dado. Esa misión consta en proteger a una persona, una persona que en la guerra nos ayudará mucho, quien aún no existe en este tiempo pero que estará presente cuando la guerra comience. Esa persona es un Liebeehass muy importante, quien en estos momentos se encuentra en gestación. Explica Spancraf y vuelca la mirada hacía Oliver y Ferdinand.
—¿Por qué nos miras a nosotros? Pregunta Oliver sorprendido.
—Creo que es obvio, quiero felicitarlos porque ese individuo que vendrá del futuro para ayudarnos en la guerra está en gestación en el vientre de Ferdinand, no es nada más ni nada menos que su futuro hijo. Explica Spancraf cuando ve que Ferdinand escupe la infusión que se encontraba tomando.
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Editado: 22.09.2020