Sheri
Jacob se había quedado dormido en el transcurso de la noche, por lo que aprovecho para ir a la cocina y servirme algo. En el camino, mi mente va sacando muchas cosas que en su momento no le di importancia y ahora si la tienen.
Me viene a la mente las tantas discusiones que mamá solía tener con papá sobre la casa.
— Por el amor de Dios, Matt ¡Deja ese lugar! – Decía mama en la llamada.
Por la cara que hacía pude saber que mi papá se negaba hacerlo ¿Qué esconde realmente? ¿Qué hay en esa casa? ¿Por qué me quiere a mí? Me sirvo un vaso de agua para luego darme cuenta que Travis está detrás mío, provoca que me sobre salte por el susto que me lleve. No esperaba verlo en la cocina.
— La vi. – Dice él.
— ¿Qué cosa? – Le pregunto mientras llevo el vaso a mis labios.
— A Adelaide. – Responde él.
Casi me ahogo con la gota de agua que va bajando por mi garganta, dejo el vaso a un lado y tomo aire para poder hablar bien.
— ¿Cómo? ¿Acaso eso es posible? – Cuestiono.
— Es amiga Rosa, parece que si lo es. – Responde.
Huele a un triángulo amoroso.
— Oh... Debes hablar con Rosa. – Le digo.
— Lo sé, la fui a dejar a la casa de Adelaide y me sentí mal por lo que le he estado haciendo. Y al ver a la chica que será mi compañera fue peor. – Dice mientras toma asiento en la silla.
— No la vas a secuestrar ¿no? Porque técnicamente tu hermana hizo eso conmigo. – Pregunto.
Vacila una risa.
— Va a ver una fiesta de bienvenida, ella vendrá aquí así que la vas a conocer. – Responde.
— Aún no respondes mi pregunta, pero lo poco que conozco es un sí. – Le digo.
El silencio se apodera de la sala.
— ¿Y? ¿Cómo es? – Le pregunto.
— Es hermosa, sus ojos son verdes, su cabello es castaño, su piel...- Dice como si estuviera soñando.
— Y luego decías que no querías escenas cursis entre tu hermano y yo. – Le digo mientras trato de no reírme.
— Jacob y tu son un caso diferente. Pero sé que voy a parecer un tortolo al lado de ella. – Comenta.
Si así actúa con apenas saber de ella, no me quiero imaginar cuando la vea en esta casa.
— Bueno. Cuando ella este, te daré un empujón ¿Te parece? – Le digo.
— Esta bien, solo hazme saber cuándo me veo muy tonto. – Dice.
— Hecho.
Travis es lindo y tierno, espero que su compañera sepa entenderlo porque es como tener un chiquito y debes cuidarlo.
— ¿Qué haces despierta? – Pregunta él.
— Tu hermano se quedó dormido y me dio hambre. – Respondo.
— ¿Terminamos de ver la película que no pudimos ver por ese maldito niño? – Pregunta.
— Claro. – Respondo con una sonrisa.
Nos preparamos algo de comer para después ir a la sala y poner la película. Esta se reproduce, pero solo está llena de quejas de Travis, lo que hace quitarle el sentido y la magia a la película.
Mis parpados empiezan a pesar cada vez más hasta que los cierro y me quedo dormida, lo único que siento es un agarre alrededor de mí.
☾.
Son las ocho de la madrugada. Despierto en la cama de Jacob quien me tiene abrazada, quito lentamente su brazo para poder levantarme sin necesidad de despertarlo. Cuando lo consigo salgo de su habitación, pero empieza a llamarme la atención una canción muy familiar, camino por el pasillo para escucharla con claridad y se trata de Everybody de los Backstreet Boys, se trata de la habitación de Delancy quien la tiene a todo volumen. Así que abro la puerta y la veo maquillándose, al verme me da una sonrisa.
— ¿Backstreet Boys? – Pregunto.
— Por supuesto. Un clásico. – Responde con una sonrisa.
— Vaya, pensé que eras las típicas chicas que no escuchabas esas canciones. Sino lo que hay ahora. – Le digo.
— Tengo seiscientos años, Sheri. Ante todo, me enseñaron los buenos clásicos, pero parece que también los conoces y no soy la única. – Dice ella.
Eso me hace recordar una de las tantas veces que asistía a las escuelas en Vancouver, Canadá y las niñas no sabían de lo que hablaba. Me hacían sentir vieja por escuchar estos increíbles clásicos.
— Mi mamá me los inculco desde pequeña pero nunca tuve con quien hablar sobre ello, solo me lo reservaba. – Comento.
Delancy se acerca a mi para tomar mis manos y darme una sonrisa.
— Ya tienes con quien hablar de clásicos, créeme aquí es lo que menos falta. – Dice ella.
— ¿Cómo durmió la bella durmiente? - Pregunta Travis detrás de mí.
— Bien ¿Cómo llegue a la cama de tu hermano cuando estábamos en la sala viendo la película? – Respondo para preguntarle.
Su hermana alza una ceja.
— Te fui a dejar cuando te quedaste dormida, después apagué todo y me fui a dormir. – Responde él a mi pregunta.
En eso la canción cambia y pone Baby One More Time de Britney Spears, Delancy nos hace sacados de su habitación.
— Es su número favorito, pon esa canción y ella la estará cantando. – Susurra Travis.
Por supuesto se escucha su hermana cantando, después bajamos para ir a la cocina, pero en eso me topo con Victoria, su madre y mi suegra. Es raro llamarla así.
— Debemos hablar, en mi oficina. – Me dice para luego observar a su hijo – Travis ¿Puedes traernos el desayuno? – Pregunta
Este asiente y se va a la cocina
Por mi parte la señora Miller me lleva a su oficina, abre la puerta y me deja entrar para tomar asiento. Ella se coloca frente mío y me enseña sus papeles.
— Tu casa es la que está 108 Ocean Avenue ¿no? – Pregunta ella.
— Si, así es. – Respondo.
— Bien, no me sorprende que el niño haya intentado atacarte. – Comenta ella.
— ¿Cómo? No entiendo. – Le digo.
— La antigua dirección de tu casa era 112 Ocean Avenue donde sus antiguos propietarios eran David y Caroline D'Antonio. En esa casa paso una masacre, ahí vivían antes la familia DeFeo que fueron asesinados por su hijo mayor, Ronald DeFeo, en la casa, mientras todos dormían plácidamente en sus camas. – Dice ella.