Otra oportunidad...

Capítulo 4.

Miranda nos acercó hasta que estuve enfrente de una de las personas que pensé que no volvería a ver, ninguno salía de sus pensamientos hasta que miranda, incomoda tosió queriendo llamar nuestra atención.

- ¿Se conocen? – pregunto confundida.

- Se podría decir que sí. – conteste yo un poco nerviosa.

Miranda solo pasaba la mirada entre los dos, no sé qué diablos pasaba por su mente en esos momentos, justo en ese momento se escuchó como anunciaban que dentro de cinco minutos iniciaría la pelea, por lo que ángel nos guio a nuestros asientos.

Cada quien estaba en sus pensamientos, hasta que se escuchó como anunciaban a Alexander, justo en ese momento recordé todas las veces en las que venía verlo, demonios justo como la primera vez que lo vi. Todo se estaba malditamente repitiendo o yo debo dejar de lado por algunos días mis libros.

Y después de tanto tiempo, lo volví a ver, volví a ver a esos ojos que me enamoraron, volví a ver a ese chico que se robó mi corazón y nunca me lo devolvió. Al parecer ninguno de los dos nos dimos cuenta de que estábamos viéndonos fijamente hasta que nos hablaron a los dos, por mi parte fue miranda y a él fue su entrenador. Así como anunciaron a su contrincante empezó la pelea, joder si antes pensaba que estaba musculoso, ahora lo era el doble o quizás es por que deje de verlo un largo tiempo. Como siempre me pasaba en sus peleas odie ver cómo le pegaban, me preocupe cuando empezó a salir sangre por parte de él. Justo cuando acabo se lo llevaron a yo supongo su camerino, estaba justo por largarme de ese lugar cuando miranda me agarro del brazo, muy fuerte a mi parecer, vi sus ojos y supe que no me iba a librar de responder demasiadas preguntas.

Estaba demasiado nerviosa, no podía creer que estaba en camino de reencontrarme con Alexander, demonios no estaba lista, no aun, por suerte la campana me salvo o bueno mi celular empezó a sonar justo en ese momento. Me aparte un poco para poder contestar.

- ¿Qué pasa?

- Emma, tu madre. – era Meredith.

- ¿Qué pasa con mi madre Meredith? – me empecé a preocupar.

- Tuvo una recaída, estamos en el hospital de siempre. Tienes que venir, el doctor no me ha dicho nada hasta ahorita.

- Voy en camino.

Con eso ultimo colgué y me puse en marcha, al parecer se dieron cuenta de mi estado, ya que se acercaron rápidamente.

- Me tengo que ir, miranda. Es mi madre. – con eso entendió todo.

- Está bien, te acompaño. – se volteo a ver a ángel. – amor, me voy con ella me despides de Alexander.

- No, voy con ustedes.

- ¿Pero y Alexander? – pregunte yo.

- Le mando mensaje.

Con eso último, nos dirigimos en donde se encontraba su coche, al parecer si se decidió por uno nuevo ángel, cuando nos adentramos en el coche le indique a donde debemos de ir. En todo el camino ninguno dijo nada, yo trataba de localizar a mi hermana pequeña, lo mejor es que vaya por ella mañana y no que regrese hasta el lunes en la tarde, cuando al fin consigo contactarla, le digo que pasare por ella mañana en la tarde, si no es que antes. Empezaba a desesperarme ya que no llegábamos rápido al hospital, se me hacía eterno el camino, pero por suerte, llegamos al hospital, no espero un segundo más cuando se estaciona y prácticamente corriendo voy a donde se encuentra mi madre.

Llegué lo más rápido que pude y me encontré a Meredith, en la sala de espera.

- ¿Qué es lo que paso?

- Lo de siempre pequeña, en un momento estaba bien y al otro me encuentro llamándole a la ambulancia.

- ¿Y qué te ha dicho el medico?

- Aun no me ha dicho nada, de echo aun no sale de revisar a tu madre. – realmente se le veía preocupada.

- Está bien, ve a tu casa y descansa. Yo me quedo, cualquier cosa te llamo.

- No pequeña, no quiero dejarte sola.

Justo en ese momento se acerca el medico a nosotras.

- Emma?

- Dígame, ¿Cómo esta?

- Esta estable, pero le tengo que hacer más exámenes.

- Los que sean necesarios, doctor.

- Está bien. Puedes pasar a verla, pero solo unos minutos. ¿Si?

- Claro. En la misma, ¿verdad? – tan solo me dio un asentimiento de cabeza.

Con eso último, se alejó y yo me encamine a la habitación que ocupaba mi madre. Me destrozaba verla de esta forma, llena de cables y con máquinas que me pueden dar malas noticias en cualquier momento, no dije mucho sabía que no iba a despertar ahorita, siempre le daban medicamentes muy fuertes y no despertaba hasta mucho tiempo después. Le di un beso en la frente en modo de despedida, ya que tenía que regresar a la sala de espera, no me dejaban estar mucho tiempo con ella en le habitación.

Antes de llegar a la sala de espera, me fui directo a los baños del hospital, cunado me aseguré completamente que estaba vacío. Lo solté, llore como he hecho este último tiempo, sola y muy bajo para que nadie se diera cuenta. Para cuando estuve lista y me asegure completamente de que no se me notaba que había llorado, me encamine a la sala de espera en donde todavía se encontraban ellos. Rápidamente fui con Meredith.




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