Bueno por lo menos no soy la única que se siente como una adolecente hormonal en esta habitación, y eso es relativamente bueno ¿cierto?
Por otro lado, esta ese punto sensible de Luther el cual es Alex, al quien aún no le encuentro una solución.
Es verdad que Luther me hace sentir demasiadas cosas y que me siento sumamente atraída por él, pero también esta Alex, mi amigo y al que le he cogido un aprecio de tamaño astronómico.
Pero al parecer el a al interpretado las cosas, solo espero que cuando aclare todo con Luther y tenga la valentía de hacer lo mismo con él, no lo vaya a tomar de la peor forma y rompa esta amistad tan linda e importante que tenemos es lo que menos quiero.
Pero también puede ser, que sea lo que esté pasando con Luther, no sobreviva después de esta conversación y yo aquí matándome la cabeza en vano.
Y si más bien mi príncipe azul es Alex y Luther solo sea un sapo en nuestro camino y yo este arruinando todo lo que mi destino tiene escrito para mi cuento de hadas, dándole tanta importancia a Luther.
.—Mira yo sé que Alex no es santo de tu devoción y creo que tú tampoco de él, es más ni lo creo estoy segura de eso, independientemente de lo que pase después de esta charla, tú tienes que meterte algo en la cabeza, y eso es que Alex es alguien a quien aprecio demasiado y que además es muy importante para mí, lo que significa que tú no tienes la menor potestad ahí, porque, querido sapo primero fue el 1 que el 2,y mi querido Luther eres el 2.—Primer punto aclarado, ahora a prepararme mentalmente para no sepultar mi poca dignidad y comportarme como la adulta que soy el resto de la conversación.
—¡Perdón ¡¿Sapo?, entonces Alex que vendría siendo ¿Tu príncipe? —UPS.
—Solo fue una expresión, lo siento a veces soy medio taruguita para hablar, solo te pido que si vamos a hablar intentemos hacerlo como los adultos que se supone somos y no como un par de adolescentes.
—Definitivamente eres única. —Y sin más se acercó a mí y me beso.
Si solo me beso, así como así, ¿Pero ¿quién se cree? ¡AHH ¡
Aunque no puedo negar que sus labios sobre los míos se sienten tan bien.
Me demoré un poco en responderle por la sorpresa del repentino acercamiento, pero cuando lo hice ¡OHHH OH MEIN GOT ¡
Es como estar en el cielo y la misma vez en el infierno, la experticia con que invade mi bica hace que cada terminación de mi cuerpo vibre y un calor me recorra de punta a punta.
Justo cuando pensé que no podía ser mejor invade mi bosa con lengua recorriendo cada parte de mi boca, jugando con mi lengua de una manera tan única y explosiva, que sacude mi mundo tan violentamente que cuando se separa de i en busca de aire no lo pienso dos vece para agarrarlo por el cuello y volver a unirnos en un beso para nada sutil es un beso lleno de todo eso que no, nos hemos podido decir y de toda esa necesidad que sentimos el uno por el otro.
No quería que se alejara y que este momento acabara.
QUERIA UN RATICO DE ETERNIDAD, justo así con él.
Pero como eso, solo un deseo de mi desabocado corazón, unos toques en la puerta nos hicieron alejarnos más de lo que yo en verdad quería.
—Lo siento, solo venía a revisarte y avisarte que te dieron de alta. —Una muy apenada Luciana apareció por la puerta y por el sonrojo en sus mejillas se dio cuenta de lo inoportuna de su visita.
Y como no darse cuenta si Luther tenía los ojos brillosos y los labios hinchado al igual que yo, además de esa mirada lobuna que me dedicaba, era imposible que no lo notara.
Mientras me revisaba regule mi respiración para no parecer tan afectada, a pesar de que lo estuviera de maneras estrafalarias.
—Listo Vik, tan pronto el medico termine de firmar tus documentos vendré por ti para que te puedas ir.
—Gracias Luci. —No me contuve y la abracé y ella con gusto me recibió. —Debes darme tu numero para que podamos reunirnos. —Le pedí, no quería que esta amistad que estábamos formando.
Contando que no he olvidado mi misión de cupido.
—Natürlich musst du mir alles erzählen. —Me guiño un ojo y salió corriendo como alma que lleva el diablo.
—Debo aprender a hablar alemán para saber qué es lo que tanto hablan ustedes dos, no creas que no las he pillado ehh. —Me señala con el dedo divertido.
Ya dije que me encanta cuando sonríe, porque si no es así de una vez le digo que me fascina,
—Bueno creo que estábamos en una conve…--No lo dejo terminar, para estampar mis labios en los suyos.
Definitivamente sus besos son totalmente adictivos y ya me vi como toda una adicta a ellos.
Cuando me dieron de alta Luther se ofreció a llevarme a mi apartamento, y por supuesto no iba a perder la oportunidad de compartir más tiempo a su lado y quien quite de uno que otro beso.
Cuando estábamos saliendo del hospital su teléfono empezó a sonar, se disculpó y contesto su llamada, eso sí, no antes de abrirme la puerta del copiloto para que que estuviera cómoda, es todo un galán.