Prologo:

Pasado, 7 años antes, en la guerra de Cuscan… 

Habían 100 mil soldados de la realeza del rey Lek que estaba en una guerra contra el otro mundos que buscaba la exterminación de su rival para conseguir todos sus recursos valiosos que conservaba en sus grandes tierras. Se enfrentaban a 500 mil barbaros con todo el arsenal para acabar de un tiro todos lo soldados que estaban indefenso en la delantera, y justo donde se estaba formando un gran masacre en la ciudad que estaban atacando en estos momentos, y desde la vista de un Cerro se veía la gran llama que lo tapaba, se encontraba un soldado con una cruz dibujada en el pecho con una armadura vieja pero hasta ahora duradero y cubierto de sangre, estaba vendando completamente y su casco lo cubría por completo su rostro para que nadie supiera de su identidad, mucho menos la misma muerte en persona. Tenía una guadaña de doble filo que con ella, destripaba a sus victimas que venían tras él, uno a uno los mataba sin piedad, dejando varias partes de sus cuerpo en el suelo y su sangre esparcida por todo el lugar.  

Se encontraba dentro del batallón que había sido completamente aniquilado después de que le apuntaran con los grandes cañones que sólo respiraban el olor de azufre y escupían la perdición de todos los que había matado hasta ahora, había recibido una de ellas pero aún seguía con vida, aunque el disparo fue directo, sobrevivió pero con unas heridas que para un soldado normal ya estuviera muerto, mataba y mataba con una rabia que nunca se le había visto en la cara que le gastaba aun mas de su humanidad ante todos. Su ira era un fuego muy profundo que llegaba hasta el alma, causando que sus sentimientos no se interfieran ante su cruenta matanza ante la gente que la arrebató todo lo si había sacrificado sangre y lágrimas, y también lo que lo hacia mas aún ser humano. 

La sangre se le metía en la armadura, bañándolo completamente, saboreando su venganza de una forma que lo hacia aún más imparable ante sus victimas, pero no estaba sólo en ese entonces. Junto con este salvaje, había una mujer que era igual que el, con una agilidad de matar bastante desarrollada y de una manera que supera un poco a los otros soldados, incluso hasta ese nefasto asesino que lo estaba acompañando. Era diferente que él, no se dejaba controlar por la enorme furia que estaba siendo controlado hasta ahora, aunque había estado en el mismo lugar que lo mandaron, sabía lo que estaba pasando, y no lo juzgaba sobre ello… 

Seguía matando a muchos de ellos y sin poder calmar sus ansias de asesinar a más personas, ya llevaba más de 1200 bárbaros que probaron su guadaña en el transcurso de esta guerra sin terminar, aun quería mas y un aura de pura maldad lo estaba consumiendo justo en estos momentos, un aura que sobrepasaba a cualquiera, una que sólo estaba lleno de oscuridad y odio. Y cuando llego otro grupo de 50 bárbaros con espadas y hachas, rápidamente le causo un gran temor hacia ellos que se quedaron paralizados cuando sintieron un gran calor proveniente de él, pero no se iba quedar ahí parado mientras que ellos huían, de inmediato fue tras ellos y en unos segundos los hizo pedazos con su guadaña de una forma que acabo con ellos rápido y derramando mas sangre por todo las ruinas que estaban a su alrededor. Destripando a sangre fría y sin que nadie lo detuviera jamás, hasta que esa personas se arriesgó al intentarlo, esa misma persona era quien portaba la misma guadaña pero de otro estilo y de otra forma que tenia él, lo detuvo en esos últimos momentos que por accidente iba a matar a unos que no eran exactamente enemigos, si no refugiados. 

¿?: ya debes detener, no son enemigos. 

¿?2: … apártate de mi camino… 

¿?: Oxluz, escúchame bien. No es posible que te cubiertas en monstruo por piso rencor ante estas personas, ya has matado a mucha gente que no tenia que ver con lo si paso. 

Oxluz: ¿tu que vas a saber de ellos…? 

¿?: sabes que igual era mi ser querido, la quería igual. Pero… ahogarse en sólo en sangre y matar sin sentido a estos idiotas, no te la devolverá, deja de ser un imbécil desquiciado. 

Oxluz: tu nunca la conociste… ¿si quieres que pare con esto?... ¡vete de mi vista! 

¿?: Oxluz, por favor. Ella nunca había… ¡No! 

Sin prestarle atención, mató de inmediato a esas personas con la guadaña y sin tener piedad ante ninguna de ellas, era un familia y el no le importo en lo absoluto, y más le crecía esa aura malévola… 

¿?: ¿Qué has hecho? Acaso perdiste la conciencia. 

Oxluz: no me detengan… voy a acabar con esta guerra, y mataré a todos los que me den la gana, empezando contigo tal vez… 

¿?: ¿Qué fue lo te paso?... bien, entonces hasta nunca… 

Oxluz: (…) 

¿?: Alma… ella te quería mucho para ser verdad, ya no sabe que hacer ahora… 

Entonces se fue de esta guerra hacia otra parte, lejos de esta matanza sin sentido y poder despedirse del ser que lo consideraba a un hermano. Mientras se iba a otro lugar mejor, Oxluz solo a fue caminando con la guadaña toda ensangrentada hacia todos esos bárbaros y soldados que lo estaban esperando en la cima, pero algo mas le ocurría mientras llegaba a esas escaleras, su cuerpo se estremeció de una forma que empezó a calentar la temperatura de una forma violenta y salvaje, y sus ojos se volvieron rojos como llama del mismo infierno, causando que se convirtiera en un monstruo sin ningún control total de sus emociones e alma, en lo que fue técnicamente creado. 

Al llegar hasta la cima de aquel edificio con todos los ejércitos luchando entre si. Todos miraron un gran fuego que yacía en este edificio en ruinas, un guerrero completamente lleno de fuego y una gran sensación de sangre que salía de el por sus victimas que mató, dando así el nombre que todos había conocido y del que a nadie quisiera que existiera.  

Nadie sobrevivió de lo que vino después…