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Narrador omnisciente

—Yo tambien los amo...—expresa Camila mirando la cuna donde los ha acostado a ambos juntitos.

—Lo sé de eso no me cabe la menor duda—le respondió mirando los pequeños.

—Son tan inocentes, tiernos y encantadores que simplemente no sé cómo alguien puede rechazarlos o no amarlos es incomprensible para mi—expuso sería.

—yo tampoco, pero en fin vamos a cenar tu y yo y me cuentas un poco sobre tu infancia y tu madre —Camila asiente, no es de las personas que reniega de los muertos.

—Sabe usted me recuerda en ciertas cosas a ella—dice haciendo que la abogada sonría.

Llegaron al comedor donde la cocinera sirve la cena para ambas Chris llega minutos después y come en silencio mientras las mujeres hablan.

—Hijo tienes hasta el fin de semana para decidir nombres para tus hijos.—Abril sentencio esas palabras con firmeza y el asintió mirando la joven chica que actuaba como madre para sus mellizos.

—No me gusta ninguno pero pensare en alguno—comento, sin dejar de mirar su plato.

Siguieron comiendo y hablando de mil cosas, el esposa de la mayor se unió poco después y luego de terminar Chris junto a sus padres decidió ir a balcón a tomar un poco de aire.

—Yo me retiro buenas noches—Camila fue a su habitacion, tomo una ducha y se dispuso a leer un libro.

Por otro lado estaban Chris y sus padres discutiendo sobre su indiferencia con sus hijos, sabia que aun era muy pronto pero el debía asimilar su realidad y sobre todo aceptarla.

—Les prometo hacer un mayor esfuerzo, he pensado algunos nombres pero no me convencen—comento dudoso.

—Coméntalos con Camila ella...

—No haré eso ella es la simple niñera de mis...

—No te atrevas a decir hijos porque ella ha sido más madre que tu, en fin ya me enojaste me voy, por cierto el almuerzo familiar nos toca a nosotros te espero allí con Camila y los niños—su madre se fue luego de besar su mejilla, su padre le palmeo la espalda y siguió a su mujer.

—¡Dios! Qué mal estoy pagando—exclamo a la nada antes de ir a su habitacion, miro su amigo el cual ya ni se levantaba.

Tenia casi un mes sin sexo el récord más grande desde que tenia 18 años, le sorprendía que su cuerpo no reaccionará aunque sí lo habia hecho cuando veía  Camila por las noches con pijamas para nada sexis pero sí cortos.

Luego de una ducha y reflexionar un poco estaba por entrar a la cama cuando el llanto de sus hijos lo alerto fue hasta su habitacion y vio a Camila preparando su leche, tomo al niño en brazos y luego la pequeña.

—¿Qué opinas de Dylan y Danielle?—Camila lo miro confusa, el señaló los bebes y ella sonrió ambos nombre eran bonitos.

—Si me gustan les podemos decir Dy y Dani—Chris rio a carcajadas ya que ella aunque se comportara muy madura en ocasiones no dejaba de ser una adolescente, miro sus piernas largas y tonificadas, recordó los besos que le dio y no pudo evitar preguntar.

—¿Sigo yo siendo el unico que te ha besado?—se arrepintió en cuanto habían salido las palabras de su boca, pero no pudo hacer más que disimular.

—Si y planeo que siga asi, ahora solo me importa mi libertad, ahorrar dinero, cuidar los mellizos y quizas más adelante estudiar algo cuando ya ellos no me necesiten y pueda irme—expreso ya dándoles su mamila, ella al niño y gel a la nena.

—Nosotros siempre te necesitaremos...