Querido invisible,
A menudo nos enfocamos en lo que se puede ver y tocar, pero vos, invisible, sos igual de importante. Sos el aire que respiramos, la energía que nos mueve, el amor que nos une, la fe que nos mantiene fuertes, la esperanza que nos da valentía, y el sueño que nos impulsa a seguir adelante.
Sos el pensamiento detrás de las palabras, el sentimiento detrás de los gestos, el significado detrás de las acciones. Sos lo que no se ve pero se siente, lo que no se oye pero se escucha, lo que no se toca pero se siente. La verdad detrás de las mentiras, la bondad detrás de la maldad, la belleza detrás de la fealdad.
Sos lo que nos hace seres humanos, lo que nos hace especiales, lo que nos hace únicos, el alma de nuestra existencia, el espíritu de nuestra vida, el corazón de nuestra humanidad.
Te agradecemos por tu presencia constante en nuestras vidas, por guiarnos hacia la luz, por darnos esperanza en los momentos más oscuros. Te agradecemos por ser lo invisible pero siempre presente.
Sinceramente,
Cecilia.