El tiempo es un río que fluye sin cesar, que avanza constante y sin piedad. Pero aunque parezca que nunca va a parar, no debes temer, solo tienes que esperar.
La paciencia es la llave que abre la cerradura, que te ayuda a disfrutar de la vida con ternura. A veces es difícil, lo sé muy bien, pero no te desanimes, sigue adelante también.
No pierdas el tiempo lamentándote, ni tampoco te apresures por llegar a un sitio. Lo importante es disfrutar del camino, y saborear cada momento sin afán ni destino.
Así que recuerda, el tiempo es oro, y la paciencia, la llave de la gloria. No te rindas, no dejes de soñar, y verás que el tiempo siempre te llevará.