En una mansión de luces tenues, con múltiples salas en penumbras, un espectro se ocultaba entre las sombras, con su presencia llena de inquietudes.
Quería sembrar miedo con sus terrores, y mi camino oscurecer con su presencia, pero en un instante cambió su figura, y me habló con tono de aliento y dulzura.
Me dijo que no temiera, que estaba allí, para protegerme y brindarme su amparo, enviado por mi padre desde lo más allá, con su amor para guiarme.
Sentí una paz inusual y sorprendente, al saber que alguien me velaba con fervor, y ese sentimiento me dio la valentía, para superar mi temor y crecer con honor.
Así es la vida, llena de misterios y enigmas, pero también repleta de amor y esperanza, y aunque a veces la oscuridad nos persiga, siempre hay alguien que nos ilumina con su confianza.