Paciente 314

Capítulo 1

"Mientras el corazón late, mientras el cuerpo y el alma siguen juntos, no puedo admitir que cualquiera criatura dotada de voluntad tiene necesidad de perder la esperanza en la vida"

-Julio Verne (Viaje al centro de la tierra)

Cora Castillo

No esperaba ver tanta necesidades en un país tan lleno de recursos, un país que tiene la habilidad de ser una potencia mundial, pero no... la corrupción, el egoísmo, la avaricia, y el descaro de los gobiernos han vuelto a un país tan bello y lleno de personas humildes y trabajadoras en el segundo país más peligroso de todo el mundo, si como lo leen Honduras es el país más peligroso y el más pobre de Centroamérica. Cuando era una niña mis padres eran muy trabajadores, mi padre albañil y mi madre vendía tortillas. Pero con el gobierno del presidente Callejas mis padres tuvieron que huir de Honduras, emigraron al Distrito Federal, México.

Mi madre tenía cinco meses de embarazo, ella estaba embarazada de mi hermano mayor, Cameron. Mi padre con el tiempo hizo su empresa de construcción, y mi madre se convirtió en costurera, son muy queridos en México, mi hermano siendo el primogénito debía continuar el legado de mi padre pero él jamás quiso, mi padre le dio todo lo que él y mi madre no pudieron tener, cuando mi hermano estaba en su último año de secundaria, mi madre quedó embarazada de mí, fui un milagro, mi madre siempre tuvo problemas de fertilidad, todos estaban felices de mi nacimiento pero había un problema, el dinero era escaso, pero con sacrificios y todo mi hermano y yo pudimos estudiar lo que quisimos, mi hermano un ingeniero civil y yo medicina. Mi hermano se graduó primero y él era el que costaba mis estudios, siempre estaré agradecida con mis padres y mi hermano. Gracias a ellos puedo ser médico, y poder costar cualquier deseo que ellos tengan.

Pero siempre he tenido esa espinita de ir a Honduras para conocer mis raíces y ayudar al pueblo hondureño.

—Cora ven a desayunar cariño—dijo mi madre desde la cocina.

—Ya voy mamá—dije acomodándome mi uniforme.
Hoy comenzaba mi primer día de trabajo, estaba muy nerviosa, pero por fin ya tengo ese doctora en mi nombre.

Dra. Cora Castillo, que bien se escucha.

Bajo las gradas y el olor a frijoles y huevo con chorizo inundan mis fosas nasales.

Amo los desayunos típicos hondureños

Le doy un beso en la mejía a mi madre, abrazo a mi hermano dándole un beso en la coronilla y a mi padre un beso en la frente.

—Nerviosa por tu primer día hija—dijo mi padre desviando la vista de su periódico.

—Cómo vas a creer papá, ella es Cora Castillo, y los Castillo nunca tenemos miedo. ¿Verdad hermanita?—dijo agarrando una de mis tortillas.
Pero antes de que pudiera agarrarla mi madre se la quita de un manotazo.

—Mamá deja que se lo coma, él es más grande que yo, cométela Cameron. Inmediatamente se la metió de un solo y dijo un pequeño gracias tirándome un beso.

—Respondiendo tú pregunta, pues estoy un poco nerviosa, pero estoy más ansiosa. Qué emoción por fin voy a tener mi propio consultorio.

—Te lo mereces hija, tantos años de estudio, dieron sus frutos. —dijo mi madre tomando asiento en la mesa.

—¿Estas lista?, Yo te llevaré a tu primer día de trabajo, pucha todavía me acuerdo cuando te lleve a tu primer día de escuela, como pasa el tiempo.—dijo mi hermano un tanto melancólico.

—Si, sólo déjame cepillarme los dientes y nos vamos. Gracias por el desayuno mamá, estaba delicioso. —dije levantándome de la mesa y dándole un beso en la coronilla.

Me cepillo los dientes, tomó mi bolso y agarro mi chaqueta con mi nombre bordado, créditos a mi querida madre.

Me despido de mis padres y me subo al carro de mi hermano, un bello Land Cruiser del 98. Me pongo el cinturón y él hace lo mismo. Y tomamos camino al hospital general del DF.

—¿Ya decidiste si irte o no con la brigada médica?—dice Cameron sin apartar la vista de la carretera.

—Si lo he pensado sabes, y creo que si tomaré la oportunidad. ¿Sabías que Paula también se unirá a la brigada?—digo observándolo y noto que traga y apretó la mandíbula.

Todavía no les he contado la situación entre Cameron y Paula, ellos se conocieron gracias a mí, ella era mi compañera y mejor amiga de la carrera. A mi hermano le pareció muy linda y comenzaron a salir pero sucedió algo entre ellos que hizo que se repudiaran entre ellos, no sé qué fue lo que ocurrió pero ha de ser serio por la gran tensión que se tienen.

—De verdad, pues no, no sabía que ella se había unido a la brigada, que bien por ella, ella ama viajar.

—El primer destino de la brigada es a Honduras. Me uniré también a la brigada, imagínate cuando te pregunten, y tu hermana en donde trabaja, pues ella trabaja con Médicos Sin Fronteras. Que genial suena verdad —digo dando pequeños brinquitos en el asiento, esto causa que Cameron comience a reír.

— Tienes visión y eso es bueno, hermana estoy muy orgulloso de vos. Ya llegamos.

Nos bajamos del auto y entramos al hospital. Y nos dirigimos a mi consultorio. Me emociono al ver mi nombre en una placa.

—Es lindo tu consultorio.—dice Cameron sentándose en la silla giratoria.

—Es linda pero le falta algo—saco cuatro retrateras y las coloco en mi escrito. —Ahora si es linda.

Cameron observa las retrateras y sonríe de lado. Una foto de mis padres y yo en un parque, una con Cameron con unos disfraces horrendos, una con Paula en la playa y una donde estamos los cuatro en la celebración de aniversario de nuestros padres. Pero Cameron se queda ido viendo la de Paula y yo. Sé que la extraña.

—¿Porque no le hablas Cameron?, sé que ella espera tu llamada hace años.

—Es complicado Cora, nos hicimos tanto daño entre los dos que necesito curarme las heridas antes de volver hablarle, no quiero reclamarle nada sabes.




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