Pain || 3#

CHAPTER 1

~ NICOLÁS ~

 

No hace mucho habíamos regresado a una vida normal. Tres años pasaron desde que estoy como el presidente de la empresa, mi hermano trabajaba conmigo y el último año él había hecho todo, sin embargo, yo estaba en los papeles como el dueño de la empresa. Ya estaba harto, llevaba la misma rutina desde que Santino se había casado. Por momento sentía envidia de su vida perfecta, me sentía vacío y siempre me sentía mejor cuando estaba de viaje. Yo nunca me había sentido lo suficientemente ambicioso como para ser el jefe, pero mi hermano le había cagado tantas veces que nos había llevado a tomar un mejor enfoque para que todo saliéramos de donde estábamos. Después de un año muerto, regresamos con todas y ahora podíamos decir que volvíamos a ser lo que éramos antes.

 

—¿Seguro que te quieres ir? —Me preguntó Santino, luego de estos años se seguía viendo igual el condenado, lo odiaba. Yo me veía cansado, agotado de todo, sentía que había comenzado a envejecerme gracias al trabajo. Por eso había comprado el primer vuelo que encontrara a cualquier destino de Europa. Suspiré y dejé de hacer mi maleta. Ladeé la cabeza, luego de lo que vivimos todo el mundo, muchos teníamos miedo de regresar a nuestras vidas normales, pero ahora que todo se había acabado, por fin, no podíamos seguir viviendo con el mismo miedo de antes.

 

Santino había sentido miedo, su familia era lo más importante para él y luego de pasar este tiempo con ellos, regresar al trabajo de lleno, sería complicado. Entendía mucho a mi hermano, pero nadie me entendió cuando estuvieron de acuerdo que yo debía tomar la presidencia, cuando apenas había estado de jefe un par de años en México, no tenía la misma experiencia que mi hermano.

 

—Sé que quieres disfrutar del bebé, pero podrán hacerlo, tú y Sofía con un gran equipo que lograrán hacer las cosas bien... —Ellos habían tenido otro hijo hace poco y entendía que no quería dejar a su esposa así. Me hacía feliz que mi hermano por fin sea feliz con una mujer tan buena como Sofía, pero seguir ahí con ellos, me hacía recordar todos los días lo cobarde que había sido por tanto tiempo. Yo habría podido estar con la mujer si me habría animado a invitarla cuando trabajaba para mí. Aunque Sofía me había movido más que un par de fibras del corazón, prefería la felicidad de mi hermano antes de meterme en una guerra con él por una mujer, ya bastante tenía.

 

—No se trata de eso, sino que me da miedo regresar como presidente de la empresa después de todo lo que hice —Continuó bajando la cabeza algo triste, sabía que eran demasiadas cosas, apenas el hombre había conseguido ser lo que era antes. Si era cierto que Santino había sido un excelente jefe por años, pero nos vimos en una situación crítica por meses y la pandemia no ayudó en nada. Así que no podía echarse toda la culpa sobre sus hombros.

 

—Lo harás bien, además que puedes molestarme siempre que lo necesites —Le dije mientras colocaba una de mis manos sobre su hombro, aunque se lo había dicho con una sonrisa, la borré para volver a abrir mi boca—, por favor no vayas a molestarme a cada rato —Bromeé, pero con mi semblante más serio.

 

—Cuídate hermano, por favor —Repitió Santino abrazándome. Era la segunda vez que me decía aquello. Luego de estos tres años sabía que las cosas serían diferentes, quería tener mi libertad luego de tanto tiempo, aún había estragos por la pandemia, pero ahora estábamos un poco más relajados. Mucho antes de irme a México para trabajar, había tenido una etapa de mochilero donde había conocido muchos lugares del mundo, pero se había acabado gracias a mi padre, pero ahora que él no estaba y que todo estaba encaminado, me podía tomar un par de meses para mí mismo. ¿Quién me lo podía impedir?

Ahora me parecía un poco extraño que mi hermano estuviera comportándose de esa forma, pero podía entender un poco que tuviera miedo de volver a tomar el mando legalmente, aunque sabía que solo era cuestión de tiempo para que todo volviera a la normalidad. Así que antes de tener que regresar a México para mi vida en ese lugar, aunque no me encontraba del entusiasmado con el hecho de regresar a ese lugar, sabía que era mi destino.

 

Aunque me gustaba la idea de tener otro espacio y mantener mi cabeza en otras cosas siempre me ayudaba a no pensar en las cosas que había vivido hasta ese momento. Ya había dejado atrás todo lo que pasó con Sofía, aunque me había gustado desde el primer momento que la vi y mis sentimientos crecieron poco a poco, yo me había hecho ilusiones yo sola, ella siempre fue de Santino. Yo pensé que podría llegar a tener alguna remota oportunidad con la mujer.

 

Mi perspectiva había cambiado, obvio que ahora respetaba la relación de mi hermano con la joven, pero de haber tenido una mínima atención de Sofía, habría estado con ella, sin importarme una mierda. Solo que ahora agradecía no haberla tenido, seguramente ahora no tendría la relación que tengo con mis hermanos y mi familia seguiría igual de destruida que hace un par de años.

 

—Dime que estás de regreso para el cumpleaños de Bruno —Santino aún seguía conmigo ayudándome con mi mochila, al final decidí que no llevaría maletas, yo solo quería ser uno con la tierra y me llevaría lo más esencial para eso.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.