Día cinco.

Volví a eso de las diez de la noche, estaba más calmada, entre nuevamente a nuestra casa y la busque por todas partes y no estaba por la planta baja, así que subí de inmediato al segundo piso, estaba en nuestra habitación acostada sin hacer nada, no estaba leyendo, ni viendo televisión, solo estaba ahí acostada, me acerque a ella colocándome de rodillas.

Mis intenciones era pedirle perdón por lo idiota que fui el día anterior, por haber armado un drama solo por una fotografía, por ser tan insegura sobre nuestra relación y por alzarle la voz como si fuera una cualquiera.

-Camz, perdóname - comencé mientras la miraba, ella solo escuchaba, como iba haciendo desde hace unos días-. Sé que fui una idiota, no te merezco pero aun así estas aquí, a mi lado y agradezco eso. - Dije mientras sonreía pero de inmediato la borre al ver su cara neutral, la que siempre ponía cuando trataba de controlar su ira -. Asume que te amo por encima de todo, aunque a veces lo dudes. Te amo Camila nunca lo olvides.

Intente acercar mi mano a la suya para acariciarla pero ella solo se giró del lado contrario dejándome literalmente con la mano extendida, y lo comprendo, entiendo que este enojada conmigo, y lo merezco porque la culpa ha sido mía.

Me pregunto si es verdad que podrás perdonarme un día.