Palabras Mudas (camren)

Día diez (último)

Estaba dando un último paseo por nuestra cuadra, recordando los muchos recuerdos felices que teníamos, los paseos a media noche, las veces que jugábamos en el parque infantil, las muchas veces que estuvimos acostadas viendo el cielo como si el tiempo no existiese para nosotras, los besos bajo el árbol donde grabe nuestros nombres. Todo en aquella cuadra me recordaba a ella, todos los recuerdos estaban impregnados en este lugar.

Decidí soltar a Camila de una vez por todas, sé que ella puede encontrar a alguien mejor que yo, que sepa valorarla como se debe y que sepa quererla tanto como se lo merece, son cosas que yo no le puedo ofrecer, lo único que le di en todo el tiempo que estuvimos juntas fue dolor, la herí y nunca me lo perdonare, sé que ella tampoco lo hará. Por eso estoy volviendo por última vez a nuestra casa, para por fin terminar con nuestra inexistente relación, dejaría libre y aunque me joda prefiero que se vaya con otro, solo espero que la cuide y la proteja.
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Cuando por fin me sentí lista fui a la casa, entre sin ningún problema pero al ver que Camila no estaba en ninguna parte de la sala supuse que estaba en la habitación, subí con cuidado las escalera para que mi presencia no fuera detectada, me dirigí directamente a la habitación entrando con delicadeza. Vi como Camila tomaba una taza de té, se veía afligida, triste, con los ojos rojos e hinchados, con solo pensar que es por mi culpa hace que haga esto más fácil y doloroso. Iba a hablar pero en un momento a Camila se le deslizo la taza y esta cayó al piso haciéndose pedazos apenas hizo contacto, me arrodille para recoger los pedazo, no quería que ella se cortara o algo por el estilo, note como ella se arrodillaba conmigo, sonreí un poco al ver que su torpeza seguía con ella pero cuando dirigí la mirada nuevamente al frente algo no estaba bien, ella tenía la mirada al frente justo donde yo estaba y aun así ella parecía no verme, pase mi mano en frente de sus ojos pero era como si no existiera.

Cuando mire mis manos estaban cubiertas de sangre, voltee a ver el espejo que había en la habitación y mi cuerpo tembló al ver mi reflejo, todo mi cuerpo estaba cubierto de sangre, hasta mi cara estaba llenas de heridas. Ahora lo comprendía todo. Ahora lo recordaba todo.

***Flashback***

— ¡¿PUEDES POR UNA MALDITA VEZ ESCUCHARME?! — Pregunto alterada Camila pero yo me negaba a escuchar, lo había visto con mis propios ojos y mi verdad era absoluta—. ¡ÉL Y YO YA NO TENEMOS NADA!

— ¡JODER CAMILA, YO SÉ LO QUE  TE VI A TI Y AL IDIOTA DE TU EX EN LA PLAZA!— grite yo devuelta con más furia al recordar los acontecimientos—. ¡VI COMO LO ABRAZABAS, COMO LO MIRABAS!

— ¡¿EN SERIO PIENSAS QUE VOY A VOLVER CON EL?! — Pregunto nuevamente haciendo que yo me levantara del lugar, no quería escuchar más aquello.

— ¡NO LO SÉ, PERO TAMPOCO ME INTERESA! ¡ME VOY DE AQUÍ! — dije mientras recogía las llaves del auto.

— ¡PUES VETE DE MI PUTA VISTA! ¡AHORA! — Grito mientras comenzaba a llorar, yo sin pensarlo me fui de ahí sin ningún arrepentimiento, azotando la puerta con fuerza.

Caminé con furia hasta llegar al auto desbloqueándolo con el control, subí cerrando la puerta con fuerza, golpee el volante con ira maldiciendo una y otra vez en voz alta, encendí el auto y arranque a gran velocidad sin importarme nada, salí hacia la carretera más cercana a toda velocidad, sabía que a esa hora no había nadie rondando así que me confié y aceleré todo lo que pude.

Cuando me quise dar cuenta una cuenta había una luz brillante en frente de mí, intente tocar la bocina para que se apartara pero al parecer no escucho y aunque intente frenar no lo hice a tiempo. Lo último que vi fue la oscuridad que vino de repente a mí.

***Fin del Flashback***

Camila en estos diez días nunca me vio, nunca me oyó, jamás tuvimos contacto porque yo no estoy en este mundo, morí en ese accidente, nunca absolutamente nunca tuve contacto con ella, ahora comprendo su indiferencia y las veces que me ignoraba. Veía su sufrimiento, sus lágrimas y su tormento, era por mí, por mi partida tan abrupta.

Estoy condenada a estar con ella, aunque no puede ser mía.



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Editado: 02.03.2018

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