Siempre haz dicho que me deseabas y que me amas con cada parte de tu corazón, siempre quisiste a una niña, una princesa. Pero nunca pensaste que aquella princesa se convertiría en su propia guerrera. Me hubiera encantado seguir siendo tu princesa, para que fuéramos tan iguales y tan alegres. Para que tú fueras mi caballero y yo tu princesita. Pero ahora solo ves a una versión distinta de mí. A la niña qué ya no soy.