Eres aquel que llegó después del desafortunado. Aquel al cual creí que ocuparías su lugar.
Tienes su nombre como el segundo del tuyo. Y trató de quererte, pero me eres tan inalcanzable, tan imposible.
Eres alguien que sufre en silencio y no confías en mí, no sigues mis consejos y me ves como poca cosa. No como una hermana, como una cosa.
La rebeldía ha llenado tu corazón y tu ser, y quiero encajar en él, pero te me haces imposible y por más que intente conectar contigo, eres imposible.
Eso, imposible.
Veo como a tu edad, eres un don juan con las señoritas. Un caballero, ¿por que no puedes serlo conmigo?
¿Es por que te lastimé en el pasado? ¿Es por mi forma de actuar? ¿Es por ser quien soy? ¿Es por haberte enseñado cosas que no debí?
Es mi culpa. No fui una buena hermana mayor. Trató de ser mejor. Viajaría al pasado si pudiera, pero sería tonto. La antigua yo no sabría que hago allí y no sabría que sus acciones son erróneas.
Espero que algún día, me permitas ser la hermana mayor de la cual respetes y sigas algún día. Algún día. Algún día. Algún día.
Esa palabra se hace repetitiva y el proceso se hace eterno.
Tan cerca por la sangre, pero tan lejano y frío de tu querer.