Pandemia. Bienvenidos Al Nuevo Orden Mundial.

Protocolo Madagascar


 

Capitulo 12



   Marco soltó el móvil sobre la tabla de la cocina. Chasqueó la lengua. Enfadado.  Debía pensar en alguna manera de llegar hasta Mónica.   Y se  vería forzado a pedir ayuda. O al menos guía.

  No era la primera vez que su hermana le hacía ir de cabeza. Pero esta encabezaría el top ten de sus  quebraderos de cabeza 
  Tras constatar ese hecho,  dió  un puñetazo en la mesa, provocando que el móvil cayera al suelo.
  Los caprichos y desvaríos de Mónica hacía tiempo que le habían agotado. Pero era su hermana. Y sentía aún como suya la responsabilidad de traerla de vuelta.

  Estaba claro que habría de buscar rutas alternativas  para llegar a Mora D'Ebre. 
  Y también estaba claro que habría de contar con la  ayuda de Roberto.
  El valenciano  conocía bien las provincias de Castellón y Tarragona.  Como la palma de su mano, como solía decir con acierto él mismo. Años de experiencia  de  escapadas entre sus valles y montañas llevaba a sus espaldas como aval.
  Sería el guía ideal, de no ser por su tumultuosa relación con Mónica.   Algo que no le motivaría especialmente a tener que recorrer un buen montón de kilómetros jugándose el tipo con la que estaba cayendo.
  Aunque conocía a Roberto. Imaginaba que una vez conociera sus intenciones, se apuntaría sin dudarlo. Seguramente, en virtud de la amistad que  les unía. Y en virtud de lo que sospechaba  que aún sentía por su hermana.
   Independientemente del aparente poco entusiasmo que había mostrado durante los últimos tres meses por volver con ella.
  Conociendo como conocía a su hermana, él hubiera hecho lo mismo.

   Lo primero que había de hacer era localizarlo .
   Mientras  andaba discurriendo,  ecuchó cómo alguien intentaba abrir la cerradura de la puerta principal, con no demasiada fortuna.
  El arreglo de la cerradura estaba en la lista de asuntos pendientes de atender, junto con el del  aparato de aire, que Marco llevaba en su dispersa agenda mental.
  Era Roberto, según informaba la imagen  de la cámara de vigilancia, quien se afanaba en la puerta, con resultados poco prometedores.

  -¿Y esta mierda para cuando? - Preguntó, como todo saludo al ser recibido por el extremeño, visiblemente molesto por el nulo éxito  de sus esfuerzos.
  -Ahora hay otros asuntos más importantes.
 -Eso es verdad - Dijo, asintiendo, consciente de la situación, y de la transcendencia de la información que le había llevado hasta La Casona.

  -¿Todo bien? ¿Todos estáis bien? - Marco preguntó por el pequeño núcleo familiar de su ex cuñado, mientras lo guiaba hasta la cocina.
 -Todo está muy revuelto- Respondió, ambiguo. -La cosa está peor de lo que crees. -Matizó

   Marco ya intuía que lo visto en la televisión y  la  prensa sería sólo una parte de lo que en realidad estaría pasando en el país.
   Roberto sacó dos tercios de cerveza negra del frigorífico. 
  Sostuvo la suya, dando un generoso trago tras abrirla con uno de los imanes que colgaban de la puerta de la nevera, souvenir de una visita a la plaza del Duomo. En Milán.

  - Anoche al llegar a casa vi dos llamadas perdidas en el movil. Eran de Pedro, El Local. -Roberto, acomodado ya en un butacón junto a la mesa, se dispuso a exponer su discurso.  Visiblemente tenso.
  Pedro, El Local, como le llamaba Roberto, era un sargento de la policía local del pueblo. Y uno de los vecinos del barrio donde vivía su padre. 
 Roberto llevaba algo más de un año trabajando como oficial de primera de  albañil para el ayuntamiento, por lo que solía coincidir bastante con éste en las dependencias comunes, hecho que condujo que a lo largo del año ambos hubieran forjado una buena relación, quizás no de amistad, pero sí de confianza. Debido a lo cual, Pedro se dispuso a contarle detalles de la situación real que nadie, aparte del gobierno y las fuerzas de seguridad conocían.
  O eso al menos eso le contó.
  
  -Le llamé.  Justificó las dos llamadas diciendo que tenía algo importante  que contar. Y que era urgente. Que quedáramos hoy sin falta. -El valenciano hablaba despacio, ordenando mentalmente cada detalle.  - Le dije que si tan urgente era, podíamos quedar en ese momento. Me dijo que no. Que lo que me   iba a contar  era mejor que lo escuchara despejado y descansado . Con la mente más clara. - Explicó. Dibujando una sonrisa invertida a la par que alzaba las cejas. -Me  costó lo que no esta escrito dormirme. Al final no habré dormido más de cuatro,  o cinco horas.
  Marco le escuchaba atentamente, sospechando que cuanto más avanzara el relato, menos le iba a gustar.

  - A las siete estaba llamando ya  a la puerta. Tomamos café. Y comenzó a contarme. -Dijo. Pausando un instante para rematar el tercio. -Me hizo prometer que no contara a nadie lo que iba a escuchar . Que esa información era exclusivamente para que la usara de la manera que creyera más oportuna con mi familia. Que en cierto modo se la estaba jugando al contarme lo que iba a contar.  -Roberto siempre había sido muy discreto. Pero Marco era su familia, independientemente de que la sangre que corriera por sus venas no fuera la misma.
  -Soy todo oídos. -Marco estaba ya impaciente.
  -Como creo que ya sabes, las tres ciudades más importantes de España están colapsadas. - Arqueó las cejas con una mueca de desdén. Mostrando así su opinión en cuanto a la gestión de la crisis. - Por un tipo de enfermedad que lleva erradicada en Europa varios siglos.  Es verdad que existen focos en África, incluso en algunos puntos de la antigua Unión Soviética ocasionalmente hay algún brote del virus este. Pero desde hace años no se ha registrado ningún caso en ningún país de la Unión Europea. Al menos de forma oficial, claro.

   Marco asintió, cayendo en la cuenta de lo que encerraban esas palabras.
  Roberto continúo.
  - Así, de repente,  aparece de nuevo esa enfermedad, y precisamente en  las tres ciudades más importantes de España. 
  - Los medios hablaban de atentados terroristas. 
  -Sí. Sí. Eso dicen los medios. -Dijo. Pero eso no es todo, ¡ ni mucho menos!  Los medios no dicen lo que piensa el gobierno. Y sobretodo la policía. Según Pedro podría tratarse del comienzo de un golpe de estado.
  -¿Un golpe de Estado? No tiene sentido. No así.
  -Eso parece. Que no tiene sentido. Pero parece también que según El Local lo peor aún está por llegar. 
  -¿Peor? ¿Aún peor? 
  -La gente de los atentados, los que manejan el tema realmente, quieren cambiar  el Sistema
  -¿El Sistema?
  -Eso dijo. Aunque  no entendí demasiado bien esto. Y Pedro no quiso explicarme más. Incluso pareció ponerse nervioso al yo insistir. -Explicó.  -Se  excusó diciendo que aún no había evidencias claras de ello. Que sólo eran conclusiones que había sacado tomando la poca información que hasta él había llegado. 
  -Según la versión oficial, claro. Está claro que sabe más de lo que dice saber. Si eso poco que dice es cierto, la policía ha de tener conocimiento de todo. Esa información haría que se decantase por uno u otro bando.
  -Se excusó diciendo que como sargento no tenía acceso a toda la información. -Dijo Roberto. Alzando los hombros en una mueca de conformidad. 
  - Entonces  no sabemos quien es el culpable. O los culpables.
  - Parece demasiado elaborado y sutil para pensar en los de siempre. - Roberto intentó evitar hablar de los culpables  del atentado que hizo volar por los aires el Bernabéu hacía poco más un año.  -Pedro indicó cómo funciona el protocolo en este tipo de casos. En cuanto al tema de una epidemia, digo. Como responden  las autoridades según el caso, según la evolución. -Hizo otra  breve pausa. Tomando la cerveza que Marco parecía haber rechazado. Disponiéndose  a darle salida.
  - Todos los hospitales nacionales llevan un registro de las incidencias  que atienden a diario. Si todo está dentro de la normalidad, ese registro permanece en el hospital. Pero si la persona que es atendida presenta algún rasgo fuera de lo común, el hospital está obligado a dar parte a las autoridades pertinentes. Por ejemplo, personas que presenten heridas de bala, o muestras de agresión.



#11320 en Otros
#1761 en Acción
#1728 en Detective
#479 en Novela policíaca

En el texto hay: crimen, mafia, conspiracion

Editado: 13.11.2021

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.