Capitulo V

Una semana.

En una semana tengo que viajar con Esteban, no lo he visto desde el día de la fiesta, la semana pasada vino nada más el día que… ese día y ya, no vino más.

No entiendo como es que tiene un promedio tan alto, si, ya averigüé cual es su promedio y no mentía al decir que tiene buen promedio.

Tengo que dejar de pensar en él, pero esa mirada que me dio en la fiesta me tiene desconcertada.

Cada día lo entiendo menos.

—Marian – una mano toca mi hombro sacándome de mis pensamientos.

—Dime Vero – ella está sentada a mi lado, señala la puerta y ahí está él.

Al fin se dignó  a venir a clases.

Entra y se sienta en el asiento que está detrás del mío, Vero se me queda mirando y yo solo me encojo de hombros.

—Buenos días… – dice la Profesora Batista

La clase pasa sin ningún contratiempo.

—Como saben ya este semestre está apunto de terminar, así que el trabajo final lo harán en parejas – no ha terminado de decir parejas cuando ya Vero y yo nos miramos – las parejas las escogeré yo — Empezó a nombrar las parejas, al final solo quedamos 4 estudiantes incluyéndome – Martínez y Rivero serán pareja, la última pareja son Cantillo y Smith.

Volteo a mirar a Vero y a los chicos que están en shock igual que yo, de todos los estudiantes me tiene que tocar él,  con el que tengo que hablar para saber la razón por la que se fue ese día y tomar una decisión, aparte me da vergüenza con él, ya que nuestro primer encuentro fue un poco, para no decir bastante raro.

Guardo todo en mi mochila lo más rápido que puedo,  quiero salir rápido para no hablar ahorita con Esteban,  cuando estoy terminando de guardar mis cosas, siento su presencia a mi lado.

—¿Podemos hablar?

—Si, claro.

—¿Como haremos para hacer el trabajo? ¿Nos reunimos en tu casa, en la mía o nos turnamos?

— ¿Nos reunimos ahora en mi casa?

—Si, está bien, a las 7:30 paso por tu casa, chao Marian.

Se va y no me da tiempo de decirle nada.

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Hoy no me pude concentrar, más de una vez mi amigos me tuvieron que llamar para que prestara atención, no he dejado de pensar en Esteban.

¿Cómo alguien que apenas conozco no sale de mi mente?

El timbre me saca de mis pensamientos veo la hora y son las 7:30, por lo menos es puntual.

Mi miro en el espejo y bajo.

—Hola – lo saludo apenas abro la puerta.

—Hola Marian. ¿Puedo pasar? – asiento y abro espacio para que entre, cierro la puerta y lo guío a la sala.

—¿Quieres algo de tomar?

—Un vaso de agua estará bien — dice mientras saca un cuaderno de su bolso.

Voy a la cocina y le sirvo un vaso de agua, llego y lo encuentro sacando varios libros.

—Bueno empecemos – digo y pasamos las próximas dos horas trabajando en el proyecto.

Me asombra Esteban,  cualquier persona lo ve y no creería que es un excelente estudiante.

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—Adelantamos la mitad y el trabajo es para dentro de dos semanas, hacemos un gran equipo – dice Esteban terminando de guardar sus cosas.

—Si, adelantamos bastante. ¿Cuándo nos volvemos a reunir para terminarlo?

—¿Te parece después del viaje? Solo nos falta lo más fácil.

—Si, me parece perfecto. – le digo mientras abro la puerta.

—Hasta mañana preciosa. – me da un beso en la mejilla y se va.

¿Será que Esteban es bipolar?

Con esa incógnita entro a mi casa a preparar la cena ya que mis padres no tardan en llegar.

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—Hola – saludo a los chicos que están frente a la camioneta de Andrés.

—Hola – responden los 3 al mismo tiempo.

—Se nota que pasan tiempo juntos – digo y no puedo evitar soltar una carcajada.

—Ja ja ja, que graciosa – dice Andrés

—¿Vero y Valen llegaron? – les pregunto y ellos niegan. – Que raro.

—¿Cómo te fue con Esteban? – pregunta Gabriel.

—Bien, fue amable y adelantamos la mitad del trabajo.

—Me alegra, si te llega a intentar  hacer me dices y con gusto le presento a Lily – dice Andrés refiriéndose a Lily es su bate de béisbol

—Relajate Andrés – le dice Eduardo.

Iba a responder pero el sonido de una moto se gana mi atención. Me pongo al lado de los chicos y veo a Esteban estacionar su moto al lado de la camioneta, se baja y recuesta en la moto y no puedo evitar repasarlo, pareciera que siempre lleva la misma ropa pero así se ponga lo mismo siempre se verá bien.

—Una foto de dura más. – dice hosco viéndome.

—Yo no te estaba mirando– me extraña su forma de hablarme.

—Si claro y yo no tengo una moto, la próxima si pídeme una fotos y si tienes suerte te doy una de toda mi anatomía. – dice y se va.

¿Este es el mismo Esteban que estuvo en mi casa hace 2 días?

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Uy, pero que mosquito le habrá picado a Esteban.

Nos leemos mañana.

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