Cuando los párpados del cielo se cierran, corre en mi un escalofrío potente que a hurtadillas dice - Cuando las luces protectoras se apague tu voz comenzará a flaquear.
El mundo cree que soy débil
Y estoy a un paso de creer que es verdad
¿Tu crees que soy un dilema personificado?
¿Ves en mi al inconformismo vivo?
Pues diré que lo último es cierto,
Ya no albergo ni la más mísera esperanza.
Trato la manera de avanzar y por más que lo intento mis paso se pierden.
Trato la manera de salvarme pero es por más, no hay salvador de pasos.
¡No me vendas falsas esperanzas!
No creeré y me rehusare a tus fallas.
Se me es demasiado tarde, por más que finja soy cristal y no cometere el riesgo a quebrarme.
Estoy metida en cuatro paredes que amenazan acercarse y aplastarme poco a poco hasta acabarme.
Es desconcertante, la respiración comienza a faltarme.
Cuando evito el roce de mis miedos, los espíritus me hacen despertar.
-No te muevas - dicen - si lo intentas, no hay duda, fallaras.
¿Piensas que soy indiferente?
Abré la puerta a las tres de la mañana y encontrarás la verdad.
Mi ecepticsimo no vino solo, lo invito una botella divagando al sol del mar con tres metafísicas preguntas que nadie a podido contestar.
De apoco estoy cayendo y aunque grito nadie parece escuchar.
Rasgo el suelo y me sumerjo en el limbo matador del silencio.
La oscuridad reluce abrigadora y me dice que si muero las voces callaran.
Soy un alma perdida que el cielo no reclamara.
Y así ire vagando, escribiendo cada vez que muero.
Soy una lagrima cayendo.
Escribiendo más, hablando menos.
Lo que siento es lo unico que tengo al momento.