Jamás te asustes mi Alter Ego solo te estoy cuidando
Papá Murió cuando tenía once años desde entonces solo éramos mamá y yo, ella siempre me cuido cómo nadie en el mundo y tengo toda una vida en deuda con ella, cuando cumplí dieciocho me fui a España por mis estudios me dolió separarme de ella, la última vez que vía a mamá en persona fue hace cinco años cuando viajo a España y aunque hablamos frecuentemente no era lo mismo.
Me encontraba sentada en el pequeño sillón de la habitación cuando la escuché despertar, no sabía si acercarme a ella o no tenía miedo de su reacción
-Amelie?- la escuché dirigirse a mi con una sonrisa- no puedo creer que estés aquí mi pequeña!!
- hola mamá- me acerque a ella y nos regalamos un fuerte abrazo- como estas?
-bien pequeña no te preocupes- una lágrima se escapó de su rostro- te irás pronto? – la preocupación la invadió en ese momento
- no mamá pienso quedarme una larga temporada- ambas reímos y ella solo se aferró a mi como si tuviera miedo de que me fuera- no iré a ninguna parte- me respondió con su hermosa sonrisa típica de ella luego de un rato Emanuel interrumpió en la habitación
- señora Clarke me alegra verla tan feliz el día de hoy
- tengo motivos- respondió alegre
- tenemos… tenemos motivos señora Clarke- ambos se dieron una mirada cómplice
- hay algo que no me están contando?- pregunté sacándolos de su trance
-no cariño- respondió mamá
- bueno Amelie tu mamá necesita descansar- ella puso una mirada triste
- Emanuel tiene razón- me levanté de la cama- vendré mañana temprano
Me despedí de mamá y salí hasta la puerta principal
-te parece si salimos a cenar?- preguntó un poco indeciso
-claro!- hice una pequeña pausa- pero tendrá que ser otro día la verdad es que estoy cansada y el tema del uso horario me tiene un poco desorientada
- no te preocupes – abrió la puerta del hospital- entonces será un desayuno mañana?
- claro no hay problema- me por un momento quedé hipnotizada en esos hermosos ojos grises- viniste en auto?
- no hoy no tenía ganas de manejar- confesó
- bueno en ese caso te llevo- el solo asintió
Emanuel Biasizo el chico que robó mi corazón cuando tenía quince años. El mismo que parecía ser esculpido por los mismos dioses, su perfecto cabello castaño con toques dorados. Y su mirada sus ojos grises profundos solo lo hacían perfecto, aunque ambos sabíamos que sentíamos cosas el uno por el otro ninguno se atrevió a confesar sus sentimientos , solo nos conformamos con los cruces de miradas y la pequeñas sonrisas que esbozábamos al vernos
Parece mentira como apresar del tiempo son pocas las cosas que están distintas aún conozco este lugar como la palma de mi mano, luego de llevar a Emanuel a su casa me dirige a la mía al llegar tomé una ducha y me llevo poco tiempo quedarme dormida
Al amanecer me desperté temprano para correr como siempre el día estaba un poco frío así que coloque me coloque una sudadera y salí
Luego de observar todo el lugar mientras hacia mi rutina de ejercicio me encontré con aquella vieja cafetería donde tengo recuerdos agradables entre por un café y me encontré con aquella pelirroja cómplice de muchas aventuras
-buenos días- saludé
- buenos días igual para usted, en que puedo servirle- contestó sin apartar la vista de la pantalla del computador
- si me podría dar una Raquel para llevar?
Ella alzo su vista inmediatamente- ¡oh por Dios! ¡Seguramente estoy soñando! – yo solo reí- Amelie aquí?
-ya era hora de regresar no crees?
-Por Dios! Amelie tienes mucho que contar!
- y tú también- añado divertida
-te quedas a desayunar?- preguntó ansiosa
- lo siento ya tengo un compromiso- ella arqueo una ceja- Emanuel me invitó a desayunar- su rostro paso a una expresión divertida
- así que Emanuel he?
- si y ya me tengo que ir! – Mire mi reloj- voy tarde
- te veo más tarde y está vez no te me escapas- negué con la cabeza ella no cambia
llegué a la casa y justo cuando estaba por abrir me encuentro un pequeño sobre en la puerta- para mí Alter Ego?- preguntó para mí misma abro el sobre y está dirigido a mí
-Querida Amelie...- es todo?- volteo una y otra vez el sobre y está en blanco- Que raro?- seguro uno de mis viejos conocidos se enteró que estoy aquí y me está jugando una broma- niego con la cabeza- sí, seguro es eso!- entre a arréglame, unos minutos después escuché el timbre
Ya voy!- baje las escaleras y abrí la puerta encontrándome con el chico de los ojos grises- Hola- saludo El responde dándome un beso en la mejilla
Lista?- pregunta yo siento mientas tomo las llaves y cierro la puerta
-vamos- respondo, el hace una seña y abre la puerta del copiloto, luego de unos minutos llegamos a un establecimiento elegante, este lugar es nuevo, recuerdo que antes aquí había una cancha de fútbol el interior se veía que era un área distinguida
-Dr. Biasizo – saludó el hombre en la puerta- acompáñeme su mesa es por aquí- añadió
- no crees que es mucho para un desayuno?- pregunté
-claro que no princesa tú lo mereces todo- me límite a sonreír
Luego de un rato charlando el por fin se atreve a preguntar
-y te esperan en España?
-no… no eh tenido nada con nadie, solo me eh enfocado en el trabajo- respondo- y tú?
- yo bueno tampoco- hace una pausa y da un fuerte suspiro- solo te eh esperado a ti
- no crees que ya a pasado demasiado tiempo?- preguntó- el solo niega , mira su reloj
- bueno creo que ya es hora de irnos- se levanta y me da la mano para ayudarme a levantarme- mi turno está a punto de empezar- yo me limitó a asentir el paga la cuenta y salimos del restaurante
- quieres ir al hospital?
- si quiero ver a mamá-
- ok vamos
Llegamos al hospital y una enfermera se acerca
-Tuvimos un problema con la paciente Clarke
-Que?- pregunté preocupada
-dame un momento- dice Emanuel a la enfermera Ella asiente y se aleja – ven conmigo
Lo sigo hasta la habitación de mamá y entonces la veo parecía otra persona gritaba y golpeaba a todo el que se acercaba entro de golpe eh intento llamar su atención
-mama!!-ella me mira por un momento yo solo intento acercarme pero ella no me deja y grita- mamá que tienes?- estaba al borde de la desesperación
- no soy tu mamá deja de llamarme así!!- esas palabras jamás pensé escucharlas me partieron el alma Emanuel se dio cuenta y me saco de la habitación me dio una mirada de consuelo y me abrazo, yo solo rompí en llanto
-que tiene?
- no lo sabemos- hace una pausa- hay días en los que amanece bien y otros que solo se comporte de esta manera- explicó
-por que!- digo con la poca voz qué queda el se encoge de hombros y niega
- aún no lo se- me mira a los ojos- te prometo que haré todo lo que esté a mi alcance para descubrirlo- yo solo me aferró más a él y lloro- tranquila se pondrá mejor- suelto un largo suspiró
- eso espero-
Jamás en mi vida imaginé escuchar esto, o ver eso mi mamá esa hermosa mujer que hiso para merecer eso, ella siempre a sido tan buena persona ella no merece esto… ella no!
Estaba acostada en mi cama pensando un poco cuando el timbre sonó, me sorprendo un poco y bajo las escaleras abro la puerta y no veo a nadie.
Dirijo mi mirada a todas partes una y otra vez miró a él suelo y veo un pequeño sobre era muy parecido al que recibí en la mañana. Tomo el sobre y cierro la puerta tiene el mismo encabezado
Para mí Alter Ego
Querida Amelie no debes…
-Que es esto?- preguntó para mí misma- quién está detrás de esto?- escuché la puerta timbrar de nuevo sacándome de mi trance corro casi automáticamente y abro la puerta encontrando a Raquel
-estuviste aquí hace un momento?- preguntó ello solo niega
-no porque?
- por nada olvídalo- señaló para que entre- pasa
- como te fue en tu desayuno con Emanuel?
-bien- respondo
- bien?- pasa su mano por su cara- te reencuentras con el Amor de tu vida después de diez años y solo dirás eso?
-me encojo de hombro- que más puedo decir?- preguntó
- sos un caso Amelie- pone su mano en su frente- sos un verdadero caso perdido- mientras niega con la cabeza
-y tu no cambias Raquel, tu no cambias- ambas reímos- cuéntame cómo te fue todos estos años que estuve fuera
-bueno no hay mucho que contar- se quedó pensando un poco- lo mismo de siempre, trabajo y me divierto en mis horas libre- hiso una pequeña pausa- ya lo típico de mi… pero y tú?
-pues yo bien. Tengo un trabajo estable, de hecho, la mayor parte de mi tiempo estoy trabajando- solté un suspiro- ahora que lo pienso siempre estoy trabajando- negué con la cabeza a lo que ella estallo una carcajada- QUE? - pregunté
-Eso es tan típico de Amelie- volvió a reír, pero está vez me uní a ella
La tarde se fue rápido y había algo rondando en mi cabeza.
Tenía en mis manos el pequeño sobre ya lo había analizado de mil maneras posible, pero no tenía ni la más mínima idea de quién podía haberlo escrito
¡Genial! Recién estoy de regreso y ya me están jugando bromas sinceramente no extrañaba esto.
Tome las llaves del auto y mi abrigo para ir a casa de la Tía Adele.
Toque el timbre y Lugo de unos minutos Victoria abrió la puerta
-tía Amelie- me sorprendí al escuchar que se dirigirán a mí de esa manera. Pues yo no tenía hermanos era hija única y sinceramente jamás pensé escucharla- hola cariño- saludé ella abrió la puerta e hiso un gesto para que entrara- ¿está tu abuela? – pregunté ella asintió
-ya vuelvo voy a buscarla- salió casi corriendo yo me acerque y me acomode en el sofá
-Amelie hija cómo estás? - preguntó mientras bajaba las escaleras
- bien – hice una pausa- eso creo
- la viste cierto? – preguntó
- si- confesé
-y cómo está ella?
- mal tía- solté un fuerte suspiro- ayer estaba bien- tome aire intentando calmarme- pero, está mañana ni- ni siquiera me reconoció- eso fue todo solloce tan fuerte que ella se acercó a mí y me abrazo yo solo lloraba y las lágrimas recorrían mi mejilla con más frecuencia
- ya verás que se pondrá mejor- intento calmarme y acaricio mi cabello no sé cuándo ni cómo me quedé dormida en los brazos de la tía. Ella era como mi segunda madre siempre estaba ahí cuando más la necesitaba, era justo lo que necesitaba ahora que mi mamá no estaba.
No tengo ni idea de dónde sacaré las fuerzas para soportar esto, solo se que sería mucha
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Editado: 03.07.2021