Para que te quedes

4. Un poco del pasado

Horas después

—¿Y bien te gustó este lugar? —pregunto Elías cuando llegamos a un puente que era demasiado lindo, pues, aunque no era muy recurrido, según varias fuentes los atardeceres era un gran espectáculo la mayoría del tiempo

—Es obvio, este puente es famosísimo, por cierto —hable y asintió

—Estas serán las ultimas fotos y luego le serviré de Uber a usted señorita —dijo y asentí

Elías se encamino a donde ya se encontraba los demás, y me quede recostada en su moto pues si no estaba mal no se demoraría mucho ya que eran apenas dos fotos

Saque mi teléfono para tratar de tomar una foto al bello atardecer y no reflejaba lo mismo que mis ojos observaban

—Es increíble este atardecer —murmure para mí misma

Mi teléfono anuncio dos mensajes y por el tono sabía que era mi hermano, al ver que no respondía me llamo

Llamada

—¿Dónde estás? —pregunto algo enojado

—Con Romina —respondí de inmediato— ¿Paso algo?

—Ha llamado nuestra hermana y dice que no llegas a casa —menciono

—Olvide mencionarle que no llegaría rápido —dije

—Está bien, mereces salir, cuídate eso si —hablo de manera más relajada y suspire

—Si, gracias

—No te olvides que si mi madre llama le diré que yo fui el que te di permiso —dijo mi hermano

Fin de llamada

—Mi jornada de trabajo ha culminado con éxitos —dijo Elías llegando a mi lado

—De todos los atardeceres que he visto en mis cortos años puedo decir que este es el mejor que he visto —hablo cuando el sol se empezó a ocultar y se estaba tornando de diferentes colores entre anaranjado, violeta y celeste —¿Sabes, te has convertido en más que una amiga? —lo mire curiosa y sonrió—, pero venga señorita, que usted y yo nos tomaremos una foto

Me tomo de la mano y empezamos a caminar hasta las vigas del puente estructurado, primero acomodo su cámara y luego salió corriendo hasta donde me encontraba y sonrió, hice lo mismo que él y luego de un segundo se acercó de nuevo a su cámara y asintió

—¿Cómo quedo? — pregunte impaciente y él sonrió

—Perfecta —respondió y me acerque a él

—Quiero verlo —exigí y sonriendo negó

—Pronto las veras, hoy no es el día —pronuncio y le di un leve empujo—, oye que agresiva ¿Te han dicho que eres grosera?

—¡Exagerado! —exclame divertidamente y el negó de la misma manera

Nos quedamos en silencio por un buen momento mientras disfrutábamos del maravilloso paisaje, inconscientemente recosté mi cabeza en su hombro y aunque pensé que lo rechazaría, no fue asi, al contrario, sentí que se relajó más

No había experimentado este tipo de tranquilidad en una amistad, pues antes había tenido varios amigos que por supuesto lo eran por el simple hecho de que yo les gustaba y les parecía “atractivo” la manera fría que me comportaba con ellos y cuando uno los rechazaba se alejaban o a su vez me juzgaban

En dos ocasiones me había abierto de manera sentimental a alguien, pues en la primera fue algo no correspondido, algo momentáneo y fugaz, mientras que en la segunda fueron solo instantes, instantes donde aparentábamos y actuábamos como si fuéramos pareja cuando no era así, y cuando se dio esa oportunidad simplemente todo se esfumo de un momento a otro y terminó, y este último fue precisamente con James.

Lo teníamos todo para poder ejercer una relación, había comprensión, comunicación, sinceridad, llamadas, mensajes y un cariño mutuo, en una ocasión ambos nos sinceramos a tal grado de mostrarnos sin caretas y eso fue un paso importante, pero todo lo que empieza al revés en algún momento tiene que terminar y eso paso, nunca me había dado cuenta de lo toxico y celoso que podría llegar a ser James hasta que en una reunión armo un show completo.

5 meses atrás

La reunión familiar estaba transcurriendo de manera eficiente, pues mientras unos repartían alcohol, los otros bailaban, me sentía cansada asi que me encontraba en la mesa recostada aburrida y con sueño

—Vamos a bailar —propuso James y lo mire sin ganas de levantarme, toda la noche me había pasado bailando con él y odiaba que mis familiares lo consideren como mi pareja, cuando no era así, pero era consiente de que nosotros teníamos la culpa

—No, déjame descansar —dije y me miro enojado

 —Vamos, di que si —insistió y esta vez lo miré enojada

—No quiero James, espérate un poco, por favor —rechace una vez más su propuesta

James se alejó, entonces Diego se acercó a mí y sentó a mi lado

—  Bailemos, deja de estar amargada y sonríe —dijo y lo mire

—No quiero Diego, tengo sueño —respondí de inmediato y me miro de manera sonriente

—Anda a bailar con él —menciono mi madre, cuando vio las intenciones de él y sin ganas tome la mano de Diego




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