Desayuno
Me levanté temprano, un poco desorbitado porque no sabía en dónde estaba hasta que recapacité. Fui en dirección a un baño que estaba cerca de la habitación. En el lugar, encontré una toalla de baño doblada encima de una mesa, un jabón, shampoo y una nota que decía: “Para que los uses. Con amor, Stella”. Algo me decía que esa nota no la escribió Stella sino Sofía.
Después de ducharme y vestirme, fui al primer piso en dirección a la cocina. Cuando llegó sorprendo a Stella preparando el desayuno, ella me vio y se puso nerviosa. Era un momento incómodo hasta que rompí el hielo:
- Buenos días Stella. ¿Cómo amaneciste?
- Buenos días. Yo amanecí bien ¿Y tú?
- Bien, gracias ¿Qué preparas?
- El café, las tostadas y unos huevos revueltos.
- A mira que rico ¿Te ayudo en algo?
- No, no. Tú eres mi invitado. No te preocupes. Solo ponte cómodo.
Mientras ella estaba colocando la mesa Sofá se asomó desde el marco de una puerta y nos dijo:
- ¡Buenos días tortolitos!
Stella la regañó:
- ¡Sofía! No digas esas cosas.
Después de que Sofía nos molestara le ayudó y posteriormente tomamos desayuno. Era inevitable que Sofía nos siguiera molestando hasta que me acordé de algo que me ayudó a librarme de la situación:
- ¿Sabes una cosa Sofía? Tú también tendrás un romance.
- ¿A sí? ¿Y se puede saber con quién?
- Pues… con un amigo mío de infancia. Un tipo colorín, flaquito…
Sofía reaccionó con una enorme carcajada y posteriormente me dijo:
- ¿Te refieres a Pedrito? Jajaja. No me hagas reír… ese mocoso es un poco pavo y debilucho.
Me la quedé mirando con una sonrisa hasta que le dije:
- Bueno… ahora. Pero a futuro será un hombre muy inteligente, capaz de todo, exitoso y muy fuerte.
- Demuéstralo.
Saqué mi teléfono para mostrarle algunas fotografías de cómo estará en el futuro y ambas se impresionaron de su aspecto. A esto dijo:
- ¡Es increíble! Es todo un Adonis ¿En qué trabaja?
- Trabaja en un Taller Mecánico.
Stella interfirió diciendo:
- ¿En serio?
Contesté:
- Sí. Siempre le han gustado los automóviles y tiene el sueño de trabajar en la fórmula uno, algún día.
Sofía también dijo:
- Hablando de fotografías ¿No tienes alguna de nosotras?
- Espérame un momento…
Comencé a buscar algunas fotografías que había tomado en el futuro de ellas en el día en que fuimos a pescar al río con los niños, pero no las encontré, habían desaparecido. Era raro porque en ningún momento descuidé mi teléfono celular hasta que me percaté que si las fotos no estaban era porque en el futuro Stella estaba muerta. Les dije:
- No tengo ninguna.
Sofía preguntó:
- ¿Por qué no?
Stella había pensado en lo mismo que yo y le contestó:
- Hermana, eso se debe a que…
Sofía se dio cuenta de lo que pasó y su rostro cambió:
- ¡Ah claro! Se me olvidó.
Ante esto, Stella agregó:
- No te preocupes hermana, Mati lo va a solucionar.
Era increíble la fe que tenía en mí. El rostro de Stella se había llenado de entusiasmo. También, le dije:
- Es por eso que estoy aquí. Después de que lo logremos, volveré algún día con ustedes adultas al pasado. Es una promesa.
Ambas mostraron miradas de ilusión, Stella me dijo:
- Me gustaría mucho volver a esta época.
Le dije:
- Hecho, es una promesa.
Nos dimos la mano. También Sofía hizo el mismo gesto conmigo diciendo:
- A mí también.
Y ella juntó la mano junto con las nuestras. Terminamos el desayuno y decidimos poner manos a la obra. Yo iría a buscar a Kly al otro lado de la ciudad mientras que las chicas irían al supermercado a comprar víveres (No habría peligro hasta que llegase Yesenia).
Impaciencia
Bajé en dirección a la ciudad, la travesía no iba a hacer nada fácil ya que tenía que ser discreto y no seguir interfiriendo en la historia (Ya era suficiente con decirle a Stella que seríamos pareja y a Sofía que iría a ser polola de Pedro).
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Editado: 28.06.2024