Paradoja: Los viajes temporales del doctor Montes

Capítulo XVIII: La Batalla por la Supervivencia (2)

“Descubrimiento”

Rápidamente salí de la oficina de Miranda porque no quería seguir aguantando el dolor profundo que me embargaba y caí al piso de rodillas. Traté de aguantar las lágrimas que me salían y oculté mi rostro con mis manos. Justo en ese momento la pulsera sonó, sequé mis lágrimas y me contestó Hugo:

- Montes: Hemos descubierto algo.

- Hugo, no creo que sea el momento…

- ¿Pasó algo?

- Sí. Hoy pude confirmar que Carter asesinó a mis padres.

- ¡Que lamentable! Pero no te desanimes, aún queda la otra posibilidad.

- ¿De qué hablas?

- Como te Iba diciendo: hemos descubierto una pista de la carta de Turner.

- ¿Qué pista?

- La frase: “Niñito que sufres por el pasado, la Luz de la Gracia presente le indicará el camino del futuro” indicaba otra cosa. Bien deduces que tú eras “el niño que sufre por el pasado”. La frase “La Luz de la Gracia presente” apuntaba a la pileta del “ángel” y bien sabes que aquella escultura apuntó al lugar exacto de Carter, que descubriste que estaba muerto.

- Pero no entiendo nada. Se supone que ya no queda nada más.

- De seguro que no sabes que la frase “le indicará en camino” apunta a otra cosa ¿O no?

- ¿A qué?

- El “ángel” (o más bien el demonio) apuntaba hacia la casa de Carter, aunque el demonio muchas veces nos enreda y nos guía hacia un mal camino, en otras palabras, hacia la perdición. Por eso, la Luz de la Gracia indica el “contra-camino”, hacia la otra dirección con que el demonio nos guía. Si el demonio te condujo hacia la desesperanza, el “Contra-camino” de todo esto es que vayas en la otra dirección a la que apuntaba el demonio.

- A la Iglesia.

- Para ser más específicos, al lugar más destacado de un templo.

- ¡El Sagrario! ¡Si, ahora recuerdo! Una vez de niño fui al monasterio y era un pequeño fisgón. Fui al presbiterio y cuando me acerqué al lugar del Tabernáculo, un sacerdote me llamó la atención, pero no me reprendió, sino que me enseñó lo que había dentro de aquel objeto: Las Hostias consagradas. Pero había otro detalle incrustado en el tabernáculo, una frase que decía: “Kairós”.

- Sí. “Kairós” quiere decir “Tiempo”. Pero no hace referencia “nuestros tiempos” sino a “Los Tiempos de Dios”.

- Y si mal no recuerdo, los monjes tenían muy bien marcados los tiempos que inclusive colocaron una imagen de una mano (representando la mano de Dios) cerca de la pila bautismal. En el medio de la mano había un reloj que marcaba los tiempos del sacramento. ¡Ahora recuerdo la frase de me dijo Samantha! “No te olvides del lugar de tu bautismo”: La fuente bautismal. Aquella fuente posee un diamante encima de la tapa.

- La gema utilizada por los monjes benedictinos para enfrentar el problema de las brujas del tiempo. Una forma de restaurar todo a su orden.

- Pero, si es una gema de gran importancia ¿Qué hace ahí?

- No lo sé. Pero lo más seguro es que la gema sigua en el monasterio y debes ir por ella.

- Está bien ¿Y luego la traigo?

- Cuando la tengas te invocaremos con la llamada dimensional.

- Entonces voy para allá. Aunque… tengo una duda.

- ¿Cuál?

- ¿Quién se ocupará de Carter?

- Voy a enviar a tu otro yo para que lo recoja ¿En qué lugar está?

- En la estación de policía.

- Está bien, de ahí nos contactamos.

Batalla por la supervivencia

Cuando fui de camino al monasterio, la noche había llegado. Al llegar las puertas ya estaban cerradas. Recordé que el monasterio tenía una abertura en el muro lo suficiente como para que entrase una persona delgada como yo, así que me metí por ahí y me escabullí por los arbustos, luego caminé entre medio de los árboles hasta llegar a la plaza. Tenía que ser muy cauto ya que los guardias del monasterio ya que estaban rondando sin parar. Corrí sin hacer ruido de un pilar a otro y luego me percaté que la puerta del templo estaba abierta por lo que esperé unos segundos hasta que los guardias voltearon la mirada hacia las escalinatas y se fueron caminando por ese camino. Corrí sigilosamente hasta llegar a la entrada.

Todas las luces estaban encendidas y que no había nadie. Me dirigí directamente hacia la fuente bautismal y ahí pude divisar la gema encima de la tapa. Traté de sacarla con todas mis fuerzas, pero estaba muy bien incrustada. Pensé que sería mejor cortarla con un láser especial que me pasaron los “reguladores”, esos que cortan metales. Utilicé el láser con mucha cautela hasta que logré sacar la gema de la tapa e inmediatamente salí del templo.

Afuera me encontré con la sorpresa de que todas las luces que rodeaban la plaza del monasterio estaban encendidas y misteriosamente apuntaban cerca de la pila exterior. En ese espacio estaba Enrrico con una mirada muy extraña. Me sorprendió el hecho de encontrármelo ahí y me dijo:




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