Paradoja: Los viajes temporales del doctor Montes

Capítulo XXV: Desde el principio otra vez

La fórmula de reinicio
Al subir la colina, nos encontramos con muchos jóvenes recorriendo las calles por las altas horas de la noche. Entre ellos se encontraba un antiguo compañero de curso del 2010 llamado Diego, un joven de pelo acortado, tinte color café, de ojos café, vestía con unos pantalones de pitillo azul, zapatillas negras y un polerón amarillo. Lo quise evitar, pero éste me miró y saludó:
- ¡Montes! ¡Montes! ¡Montes!
Me vi en la obligación de volear y saludarlo ya que me insistía demasiado:
- ¡Hola Diego!
- Hasta que al fin me respondes ¿Por qué no lo hiciste?
- Perdóname, es que llevaba un poco de prisa.
- ¿Y a dónde vas con tanta prisa?
- Pues…
Cote interrumpió:
- Vamos a pololear.
Tanto yo como Diego, la miramos con mucho desconcierto. Diego me miró con mucha picardía y me dijo:
- ¿Eh…? ¡Pillín, pillín!
Estaba tan nervioso por la reacción de Cote que empecé a lanzar frases inentendibles. Cote le dijo:
- Perdónanos, pero queremos ir a un lugar romántico…
Diego se lanzó a reír y luego dijo:
- Jajajajajaja ¡Está bien, está bien! Vayan. Yo no diré nada.
Cote me tomó de la mano y ascendimos rápidamente por la calle empinada. En el camino le pregunté:
- ¿Qué fue eso?
Cote se avergonzó y agachó la cabeza, acto seguido me soltó de la mano y me dijo:
- Perdóname, pero había que presentar una excusa rápida para que nos dejara en paz…
- Eh… ¿ya?
- Además que…
- ¿Sí?
- Mejor olvídalo… Perdón.
- Está bien.
Ya lo veía venir, Cote revelaría sus verdaderos sentimientos para conmigo. Ella no iría a decir que me amaba tan así. Yo daba gracias a Dios porque la influencia de la bruja Yesenia no estaba presente en ella, y, desde que me la encontré de nuevo, podía percibir que el fondo ser de Cote estaba en paz, con mucha paz.
En fin, eran las ocho con cuarenta y cinco minutos cuando llegamos al bosque “El Clarión" y nos encontramos cerca de la casa de Oscar Kly. Tenía las luces encendidas y se veía la silueta de un hombre recorriendo el interior. Dije:
- Llegamos a la casa de Kly.
- ¿Te refieres a la casa del hombre del bosque?
- Así es.
Tocamos la puerta y Kly nos abrió. Él nos miró con mucha seriedad y dijo:
- ¡Ustedes!
Le dije:
- ¿Kly?
- Soy yo ¿Quién eres tú?
- Pensé que lo sabías ¿No se supone que eres una entidad que puede reconocer a los viajeros en el tiempo? ¿O me equivoco?
- No, no puedo reconocerte como tal… al menos que hayas venido hasta aquí por la transmigración temporal.
- Exacto.
Sorprendido por este dato, Kly dijo sin titubear:
- Cuando viajas a través de la transmigración temporal, pasas desapercibido y eres indetectable.
- No sabía eso… En fin, soy Emmanuel Montes, vengo del año 2020.
- Entiendo. De seguro que algo ocurrió para que vinieses aquí… Ella debe ser María José ¿No?
Cote se sorprendió y le preguntó:
- ¿Cómo sabe mi nombre?
Kly le respondió:
- Una anomalía ocurrió hace un par de días atrás. De alguna manera, estuvo involucrada contigo. Entren por favor, tendrás que decirme todos los detalles y también querrás información.
En efecto, nos ubicamos en la sala de estar de Kly. Le dije todos los detalles del futuro y de lo que hice en el pasado. Cote se quedó a mi lado, estaba un poco atemorizada (de seguro era por lo que le dijo Kly). En eso, Kly asintió diciendo:
- Ah, ya veo.
- ¿Sabes algunos detalles?
- Lo que sé es que hace horas, un hombre llamado Joel Heller vino a este día con la misión de asesinar a dos personas: los padres de Stella. Ella no pudo evitar sus muertes debido a que la máquina del tiempo bloqueó las horas de atrás del tiempo, así que, no teniendo otra opción, viajó al pasado y asesinó a Heller. Eso ocasionó una ruptura del espacio-tiempo, haciendo que una realidad virtual se entremezcle con la otra, es decir: una línea de tiempo se cruzó con otra línea.
Cote preguntó:
- ¿Y si hay una ruptura…?
La interrumpí, sabiendo hacia dónde apuntaba su pregunta:
- Eso quiere decir que el universo puede destruirse.
Ella exclamó asustada:
- ¡¡¡No!!!
Kly le tomó el brazo y le dijo:
- No temas.
Y luego me dijo:
- Montes, por lo que me has dicho es que en algún punto del espacio-tiempo un científico viajó al pasado e intervino y dio paso al proyecto “meta-humanos”. Solo necesitas averiguar “Cuándo fue”, pero debes hacerlo en el presente.
- Pensé que sabías algo al respecto…
- Lamentablemente no. El espacio-tiempo está mostrando muchas perturbaciones, esto impide hacer un análisis de los acontecimientos del pasado, presente y del futuro.
- Esto es complicado. Si no me queda otra debo averiguarlo por mi cuenta.
Metí mi mano en uno de mis bolsillos para mostrar la Esfera de los recuerdos. Y se me vino a la mente una cosa:
- ¡Santo Dios!
- ¿Qué sucede?
- Dijiste que solo pudiste detectar a dos viajeros del tiempo, eso quiere decir que… Teresa también viajó por este medio…
- Esto es una coyuntura muy compleja… Ante esto hay dos opciones: la primera sería enfrentarla, algo que no te podría garantizar. Y la otra opción sería que reiniciaras el día e impedir que Heller asesine a los padres de la mujer.
- …Y así impedir que Stella viaje al pasado. Es perfecto.
- No será tan así, Stella volverá.
- ¿Y por qué?
- Una cosa es el viaje del tiempo común con tu cuerpo, y otra es viajar con una máquina del tiempo, por ejemplo; la otra es cuando viajas con el alma, pasas desapercibido.
- A ya…
- Entonces… eso significaría que esto nunca habría sucedido.
- En efecto. Lo otro, si reinicias el día perderás uno de tus días plazo.
Ya veo…
- ¿Qué estamos esperando? ¡Hagámoslo!
Kly sacó su viejo libro de los viajes en el tiempo y buscó la fórmula ad hoc para estos casos. Para antes de que el viaje ocurriese, Cote me dijo:
- Mati, te quiero decir algo…
- ¿Qué sucede Cote? ¡Estás roja! ¿Estás bien?
- Bueno… est… ¡T-t-te amo!
- ¡Me amas…!
- Así es… me daba un poco de vergüenza decírtelo… p-pero que ya q-q-que vas a volver a reiniciar… yo olvidaré que esto ocurrió… al menos quiero que haya tenido un desahogo, aunque esa realidad desaparezca. Pero quiero que tú no lo olvides…
Le miré fijamente y contemplé sus ojos, que brillaban con mucha intensidad y se le comenzaron a salir las lágrimas. Le tomé del rostro y le dije:
- No olvidaré tu confesión… Jamás.
Terminada esta escena, Kly me pide que salgamos para el patio trasero. En el trayecto, Kly me entregó algunos detalles de importancia:
- Si te interesa, Heller llegará a las 9 am, cerca del laboratorio secreto de Citytroy, ubicado debajo de la casa “Austria”, después huirá hasta llegar a llegar a su casa. La mujer llegará inmediatamente al lugar, como las 10, después del corte. Tienes una ventaja táctica de viajar un poco antes al pasado.
Esto era perfecto. Podría impedir la muerte de los padres de Stella. Pero el gran problema sería que Stella llegará a perseguirlo de inmediato, también tendría que impedir la venganza de Stella. Lo otro sería que posiblemente Teresa haga lo mismo y retorne al pasado. Tendría que prever las posibilidades que se darían.
Kly realizó un conjuro que hizo que tuviera el mismo efecto desde que llegué al pasado. Cote se tiró al suelo de rodilla y comenzó a llorar, acto seguido me dijo:
- “¡No te rindas!”
Comencé a encogerme progresivamente hasta llegar al punto de ver todo negro.
Reinicio
Luego, abrí mis ojos lentamente y me percaté que estaba en mi habitación otra vez. Miré el reloj y eran las 7:15 de la mañana. Entonces escuché la voz de mi padre desde la cocina que me decía:
- Hijo, el desayuno está listo. Apúrate porque tu mamá hizo huevos revueltos.
Estaba vestido con mi piyama negro-naranjo. Voy al closet y saqué un buzo blanco con unas pequeñas líneas negro-naranjas y me lo puse, tal cual como había iniciado la vez anterior. Bajé al primer piso en dirección a la cocina, mientras que recordé que no podía repetir la rutina por lo que tuve buscar la manera de no ir con ellos a Misa. Mis padres estaban tomando desayuno. Mi madre me dijo:
- Buenos días hijo ¿Cómo amaneciste?
- Más o menos.
- ¿Qué? ¿Estás enfermo?
- Pues… así parece…
Mi padre preguntó:
- ¿Y qué te duele?
- Pues… amanecí con dolor de guata… algo convaleciente… creo que ayer comí algo que me hizo mal…
- ¿En serio? ¿No será una excusa para no ir a Misa?
- No… ¡Auch! Mejor déjenme en casa…
Mi papá me vio con sospecha y dijo:
- Mmm. No sé…
La reacción de mi madre fue distinta y me dijo:
- Está bien. Puedes quedarte, te llevaré un agua de manzanilla para que te repongas. Ojalá sea eso.
- Gracias.
- Pensándolo bien… me quedaré aquí para cuidarte…
- ¿Qué?
Mi padre reaccionó:
- ¿Qué fue eso?
- No, no, no es necesario que te quedes mamá. Con tal… puedo controlarlo…
- ¿Estás seguro?
- Sí, por esta vez me cuidaré solo.
Mi padre me dijo:
- Está bien. Pero tú no te mueves de esta casa por ningún motivo.
- Está bien, papá.
Increíblemente me creyeron. Ellos terminaron su desayuno. Mi mamá me fue a dejar el desayuno: un té de manzanilla, galletas de agua con quesillo. Mi mamá me miró y dijo:
- No hace falta que me mientas de esa forma hijo.
- ¿Crees que te estoy mintiendo?
- Te conozco muy bien… a mí no me engañas ¿Por qué?
Me quedé muy sentido por lo que le hice a mis padres, y no podía hacer nada ya que me había descubierto. No podía decirle la verdad, tampoco podía arriesgar la única oportunidad de arreglar las cosas. Se me ocurrió algo:
- Tienes razón mamá, lo siento. Me has descubierto.
- ¿Y entonces, qué es lo que pretendes?
- Lo cierto es que me quedé con juntarme con una persona en el centro, con un hombre en la casa “Austria”.
- ¿Con un hombre en ese lugar?
- Es para una investigación escolar. ¿Sabes de los rumores acerca de esta ciudad de los famosos científicos que quieren construir una máquina del tiempo?
- ¿Eh…?
Su expresión de asombro lo decía todo. Por lo menos yo si sabía que mis padres estaban involucrados en el proyecto, pero lo dejaron a causa de algunos científicos que pretendían utilizar la máquina del tiempo para otros intereses mezquinos. Entre tanto, proseguía con mi diálogo:
- El hombre es un aficionado y quiero que me ayude a que me dé algunas referencias acerca de ese mito.
Mi madre respiró un poco más aliviada, me miró y dijo:
- A ya, ahora entiendo todo ¿Pero por qué el secretismo?
- Temía que mi padre no me diera permiso ya que a él no le gusta que me involucre en esas cosas.
En efecto, mi padre no le gustaba que estuviera involucrado en investigaciones secretas, era algo que siempre me inculcó. En principio, no sabía el “por qué” lo hacía, pero eso me quedó claro cuando tuve ese encuentro con mis padres en aquella visión sobrenatural en casa de Kly. Mi madre me sonrió y me dijo:
- Está bien, hijo. Será nuestro secreto.
- Gracias mamá.
La abracé. Luego de eso, acabe con mi desayuno y mi madre se retiró con las cosas a la cocina. Siendo un poco más de las 9:20 de la mañana, mis padres se despidieron y se fueron en automóvil al monasterio.
Acto seguido, me preparé, tomé mi bicicleta y fui en dirección al centro de la ciudad. No había muchos vehículos y personas circulando por lo que me facilitó mi llegada a la casa Austria, serían las 9:40. La casa era grande y era como un oasis verdoso dentro del cemento de la ciudad.
Encuentro especulado
Antes de que comenzara a desarrollar toda la historia por delante, me detuve a pensar un poco en algunas cosas. Después de esto tendría que resolver la problemática de “Anónimus" y podría indagar un poco preguntándole a Heller para ver si sabe su identidad. ¿Por qué? Lo más probable es que sin el martirio de los padres de Stella el proyecto “Meta-humanos”, de igual manera se buscaría un chivo expiatorio.
Otra cosa que se me vino a la cabeza fue Teresa. No sabía qué decir de esto, más que los hechos ocurridos con Yesenia se estaban repitiendo de una manera más turbulenta (al menos con la primera bruja había una delicadeza).
Esta reflexión terminó abruptamente cuando percibí una extraña energía a unos metros. Acto seguido veo que un hombre apareció de la nada, cuando lo veo con mayor detención descubro que se trataba de Heller. Yo le grité:
- ¡¡¡Heller!!!
Él me miró con mucho asombro, ya de seguro que no se lo esperaba. Yo me fui acercando con mi bicicleta, por su parte se mantenía quieto. Cuando estábamos en una distancia prácticamente cercana me preguntó:
- ¿Quién eres tú?
- Soy Matías Montes, tú me conoces como el profesor de tu hija Lorena.
- ¿Qué? ¿Acaso eres un…?
- ¿…Viajero en el tiempo? Sí, lo soy. Pero he viajado por un método totalmente distinto a que tú viajaste hasta aquí: por la transmigración temporal. He venido al pasado por una razón: Impedir que cometas el mayor error de tu vida.
- ¿Vienes a impedir que mi esposa no muera? ¿Cierto?
- Pues…
Acto seguido, sacó un arma de su chaqueta y me apuntó diciendo:
- ¡Tú no me lo impedirás!
- ¡Oye! Detente. Sabía de esto… tal vez…
- ¡Cállate! ¡Tú te quedarás aquí y ni siquiera intentes moverte! Voy a entrar antes que mi esposa entre a la cámara de oxígeno experimental…
Me quedé quieto ahí mientras que Heller daba pasos en dirección a la Casa Austria sin descuidar su espalda y me seguía apuntando con su arma. Cuando penetró el edificio pude respirar con tranquilidad, pero decidí seguirle por detrás con mucho sigilo.
Me ubiqué detrás de una caseta de ingreso abandonada y de ahí pude observar, desde el interior de la casa que Heller caminaba: se paseaba rápidamente de un lado a otro hasta que se detuvo, levantó un jarrón antiguo que hizo que de una pared se abriera una compuerta secreta con una escalera que apuntaba hacia un subsuelo. Ingresó por ella y la compuerta se cerró automáticamente.
Ya iba a aventurarme por la casa cuando de repente comenzaron a circular unos hombres, aparentemente unos cuidadores y me obligaron a ocultarme detrás de unos barriles. Uno de ellos le iba platicando al otro: “que no se le olvidara el nombre de un loco empresario estadounidense, acto seguido entraron e ingresaron por la misma compuerta donde ingreso Heller. Pensé: “¿Son científicos?”
Cuando llegué a la puerta de afuera me percaté que los hombres le habían puesto llave, intenté e intenté abrir pero fue inútil. No me quedaba otra que encontrar otro ingreso. Di unas vueltas para mirar si encontraba otra puerta por el costado hasta que me percaté que una ventana tenía el cerrojo semi abierto, tomé una vara delgada, la introduje y pude lograr que la ventana se abriera. Acto seguido ingresé rápidamente a la casa.
Había entrado a una sala de estar con muebles antiguos. Me fui en búsqueda de aquella entrada principal por dentro, cuando encontré aquel jarrón, lo levante y la compuerta se abrió. Ingresé sigilosamente y bajé a un pasillo verdoso con mala iluminación, con muchas puertas metálicas, en eso la compuerta de ingreso se cerró. Me decidí escuchar puerta por puerta para ver si había algún indicio de que hubieran personas, eso hasta que llegué a la cuarta puerta mano izquierda donde se escuchaban levemente movimiento de maquinarias y algunos pasos por dentro. Cuando los pasos de algunas comenzaron a alejarse, me aventuré a ingresar.
Ahí dentro, pude contemplar que era una gran, gran, pero gran espacio de subsuelo, debajo de este recinto había muchas máquinas de experimentación. Cuando me percaté que había cámaras moviéndose por los techos me escondí dentro detrás de unos contenedores de basura. En eso veo que en uno de los contenedores habían unos implementos de trabajo: overol blanco, guantes verdes, máscara, lentes para cubrir los ojos, botas, y me los puse. Había una escalera que apuntaba a una sala vitrificada con algunas personas pasando por un registro. Uno de los sujetos que estaba registrando me miró y me dijo:
- ¡Contraseña!
- ¿Eh?
- ¡Dije: Contraseña!
Me puse muy nervioso ya que aquí podrían descubrirme, eso hasta que una persona me susurró:
- ¡Ya pues! Recuerda el nombre de un loco empresario estadounidense.
- ¿Eh…? ¿Donald Trump?
Sorprendentemente el guardia me hizo pasar. Luego caminé por un complejo sistema de áreas de experimentaciones y de análisis computarizados. Pude ver, además, que circulaban muchos científicos por el lugar haciendo cada cosa que en principio no entendería hasta que me percaté que estarían poniendo en marcha el proyecto meta-humanos.
En los parlantes se invitaba a todos los científicos desocupados a presenciar el experimento C-19.451 en el área A-43. Yo seguí a un grupo de científicos para ir al lugar en mención, ingresamos por un biombo gigante de descontaminación en dirección a una sala muy equipada con computadoras muy avanzadas, una camilla con una mesa de implementos, y un enorme estanque donde cabría una persona, anexada con dos maquinarias. A su alrededor habían muchas sillas, de las cuales algunas estaban ocupadas por algunos hombres con bata blanca. Mirándolos me percaté que ahí estaban los padres de Stella sentados primera fila. Un hombre nos mandó a sentarnos ya que estaba a punto de iniciar la prueba. En un estrado, un locutor habló:
- Damas y caballeros, sean todos bienvenidos a la prueba definitiva de la creación del “Meta-humano”, el experimento C-19.451. Como ya sabrán todos, durante estos años de trabajo se ha hecho muchos esfuerzos para conseguir al “Ser Humano” perfecto y hoy esto ha dado frutos. Agradecemos a las autoridades del mundo científico que han venido a presenciar este evento histórico, especialmente al alto comisionado de la biomedicina mundial, el Sr. Claus Von Lassen. Sin más preámbulos, les dejo a los científicos a cargo de la etapa final, que les expondrán: El señor Paolo De la Torre y su señora Amanda Figueroa.
Ambas personas subieron al estrado y mientras eso sucedía ellos recibieron muchos aplausos. Por el tanto que se preparaban para el procedimiento, yo me quedé pensando un poco: Por un lado iba una presenciar un hecho inédito para la humanidad, pero por otro lado una posible tragedia y podría darse a niveles macros (eso sí, siempre y cuando interviniera). Ahora, que lo pensaba más detenidamente, Heller vino con la misión de salvar a su esposa, que fue el sujeto de pruebas… tal vez podría cambiar esto objetando en algún punto de vista.
Paolo tomó la palabra, mientras que su esposa encendió las máquinas y preparaba algunos implementos.
- Muchas gracias a todos los presentes, pero agradecemos con todo afecto al hombre que impulsó este proyecto hace quince años atrás que lamentablemente no pudo estar aquí por motivos de fuerza mayor. Aun así, él está al tanto de lo que pasó con el experimento con algunos cigotos, en fase tres. Ahora, quisiera que pasara adelante la científica que se ofreció para la fase cuatro, la señora Lorenza.
Subió una mujer de ojos verdes, piel blanca, cabello encrespado color negro, con un traje especial. La señora Amanda la hizo recostar en la camilla y le inyectó algunos antídotos color rosado. El efecto de ese antídoto hizo que Lorenza perdiera el conocimiento. Paolo ordenó que la colocaran en el estanque de aire.
- Ahora, vamos a proceder a la nebulización con la fórmula meftina para lograr que su todo su cuerpo desarrolle inmunidad a toda enfermedad y heridas.
Levanté la mano para decirles:
- Disculpen señores pero ¿Existe una certeza de que la Meftina sea efectiva en el ser humano con esas cantidades?
Paolo me observó con mucha detención y me respondió:
- Lo cierto es que ya se hizo un cálculo con los cigotos que hemos intervenido con mucho éxito. No debería ocurrir un efecto secundario que afecte a nuestra voluntaria.
- Tal vez, pero…
Lorenza interrumpió nuestro diálogo y dijo:
- No perdamos el tiempo en este debate. Déjeme decirle, señor, que yo fui la que hice los cálculos de meftina y si algo malo ocurriese, yo me hago responsable, más aun si soy yo la que se expone.
- Es que en realidad pienso que haya muchas posibilidades que este experimento tenga solo una mínima capacidad de ser exitoso.
- ¿Y cómo puede estar tan seguro?
- Las cantidades pueden no ser las exactas…
Justo en ese momento, el representante de la Biomedicina mundial interrumpió muy exaltado:
- ¡Basta! ¡Estamos perdiendo mucho tiempo! ¡Y ustedes perderán mucho dinero si no logran impresionarme!
Le respondí:
- ¡Oiga! ¿No le preocupa la integridad de la salud de estos profesionales?
Él ordenó a unos guardias para que me saquen del biombo. Yo me paré y me enfrenté a los guardias con todo lo que sabía en artes marciales. Tomé uno del brazo y se lo torcí de manera de usarlo como muralla ante los otros siente que venían a mi asecho. Los enfrente dándoles golpes y patadas giratorias bien certeras eso hasta que uno de ellos sacó un arma y me apuntó. Me ordenaron a que soltase a su colega y accedí. Luego me redujeron en el suelo mientras los demás miraban atónitamente. El representante amenazó con quitarles fondos a su laboratorio si no procedían.
No les quedó otra, pusieron en el estanque de aire y se llenó de un gas color rojo. La dejaron así por unos dos minutos hasta que todo el gas desapareció. Terminado el procedimiento la sacaron del estanque y Lorenza recobró el conocimiento.
Fue así que le hicieron la prueba del corte de piel y en unos segundos se recuperó, como si fuera un truco de magia. Casi todos los presentes aplaudieron por lo visto, digo casi todos ya que me di cuenta que una persona miraba todo sin mover ninguno de sus músculos, me resultó muy sospechosa la cuestión.
- ¡Amigos! Contemplad un hecho nuevo para la humanidad: “Un Meta-humano”.
Las ovaciones llovieron por toda aquella sala, eso hasta que Lorenza empezó verse debilitada y se desmayó al suelo. Rápidamente comenzó a convulsionar ante la mirada atónita de los espectadores. Al instante se escuchó un grito desgarrador que provenía del biombo:
- ¡¡¡Nooo!!!
Miré al aquel sujeto y me percaté que se trataba de Heller, tenía su arma. En eso disparó a la cerradura y entró increpando a todos los presentes y en especial a los padres de Stella. Uno de los guardias que tenía un arma le apuntó, pero el reflejo de Heller fue rápido y le disparó dejándolo malherido. Ordenó a que todos se colocasen de pie y levantasen las manos.
Paolo y Amanda corrieron en dirección del estanque, mientras que Heller los apuntaba con su arma. En eso le grito:
- ¡¡¡Heller!!! ¡Detente!
Él me miró con asombro ya que a primera vista no me reconocía con todo el ropaje. Me preguntó:
- ¿Cómo sabes mi nombre?
Me saqué la máscara y me pudo reconocer. Me dijo:
- ¿Tú?
- Así es… no cometas un error que puede ocasionar una tragedia más grave a futuro…
- ¿Una tragedia? ¿Acaso no ves que estos imbéciles mataron a mi esposa?
- ¡Por favor, puedo arreglarlo! Solo necesito saber una cosa muy importante.
- ¿Cuál?
- Necesito saber la identidad de “Anónimus”, viajar al pasado e impedir que este proyecto se desarrolle.
- ¿”Anónimus”?
- Así es… solo deja el arma… y ayúdame…
- Jajajajaja. ¿Y crees que te voy a creerte, imbécil? Primero voy a acabar con estos hijos de p…
Heller se acercó rápidamente donde los padres de Stella y les apuntó con su arma. Se me vino a la mente aquella escena donde Stella intentó asesinar a Heller, con una mirada de desprecio por la vida, de odio, de venganza cumplida… Esa misma imagen quería evitar en ella, así que corrí lo más rápido que pude y me lancé encima de los padres de Stella mientras sentía que me penetraban dos balas: una por la espalda, y otra por la pierna izquierda. Acto seguido, se sintieron las alarmas de emergencia y otros guardias penetraron el lugar. Ya estas alturas Heller ya había huido.




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