Érase una vez, en este yermo con flora
Salió brotes rojos, verdes y también rosas.
Pero, el mal destruyó todo y la oscuridad aflora.
Y así es como se cuenta la historia de esta rapsodia.
Un héroe sale para acabar con lo predicho;
Un destino peligroso que abrirá un gran abismo.
Romperá las cadenas y seguirá su camino,
E iluminará todo a pesar de que sea un hastío.
Los ojos se abren del protagonista.
Estás encerrado en un lugar desconocido;
Fuiste por el gran valle de los malditos;
Saliste victorioso de esa batalla sin vida.
Y hay días y noches que guían;
Hay ciertos lugares que no gustarían.
Momentos y mementos que recordarías;
Pasajes que llenan tu vida vacía.
Según está profecía, un héroe destruirá la muralla;
Traerá paz al mundo y luego lo alaban.
No salió bien, y la luz quedó atrapada.
La claridad se deshizo por una sombra que contagia.
Y ahora quedas tú, ente sin futuro y presente;
Caminas por «casillas» que ni ves ni sientes.
Estás dispuesto a dar todo de ti y ser fuerte.
Ves un jefe y vas fuerte con tu espada y arremetes.
Insistes, aunque puede que te derroten;
Ganas al ser sin que pierdas el norte.
Suena un rugido de un dragón.
Sumerge tu alma en depresión.
También alcanzas a oír voces desesperadas.
Se presenta el Demonio de la Desconfianza
Y como no iba a arremeter con todo.
La espada gigantesca del Dios del Odio.
Pronto llega la esencia de un ser final
Que romperá las fantasías y se hará realidad.
Me da igual cuánto me rompan o insistan;
Este cristal se reutiliza y se recicla.
¿Me metes en fuego para fundirme? No me importa.
Resurgiré como el ave fénix resurge de sus cenizas;
Tanto odio hace que quieras mi cabeza en una soga.
Estás siendo utilizado de títere por una gran mentira
Y da igual cómo te pongas, tus ataques los esquivo;
Luego contraataco para vencerte en este duelo.
Tanto tiempo perdido y de tantos sacrificios míos
Valdrán la pena por ganarte cuando empiece este doble tempo.
Así que es mejor que te rindas, no tienes forma de ganar.
Deja de intentar hundirme la vida, yo no tengo rival.
Juro que cuando acabe estaré con una sonrisa, ya lo verás.
Cometiste muchas pesadillas y el karma se vengará.
Te arrepentirás de lo que hiciste, yo no tengo adversario.
Ya que el daño irreparable que cometiste está más que demostrado.
Suena un rugido de un dragón.
Sumerge tu alma en depresión.
También alcanzas a oír voces desesperadas.
Se presenta el Demonio de la Desconfianza
Y como no iba a arremeter con todo.
La espada gigantesca del Dios del Odio.
Pronto llega la esencia de un ser final
Que romperá las fantasías y se hará realidad.
Sombras iluminadas son la luz de mi templo;
Luces oscuras corrompen este amado pensamiento.
Un equilibrio acostumbrado al caos que cambian el tiempo
Y un desorden que se ordena cuando cae al suelo.
Nada sale bien, y el dolor consumió al héroe;
Este no se rindió porque todavía sigue por su gente.
Descrito en estos libros de los lamentos
Cada quién pasó por sus propios pecados.
Unos decidieron aprender y enseñar sobre ellos;
Y otros prefirieron acusar a otros, y no remediarlos.
¡Que cansancio!, mi cabeza ya está en el regazo
Intentando descansar y me siguen atormentando.
No me dejan en paz esos monstruos y me estoy agotando
De aguantarlos y aunque intente derrotarlos
Aparecen más y peores, son muy pesados como el wolframio.
Descongelando y derritiendo este negro hielo;
Editado: 12.11.2024