Llega una tempestad, para descubrir la verdad.
Siento una necesidad, de volver a tocar el mar.
Llegar lejos y navegar, a pesar de la dificultad
De viajar sin tranquilidad, con intensidad.
En un barco, navegando y tirando hacia el claro;
En un estado muerto y casi ya no aguanto;
Casi me quedo náufrago y me ahogo.
La profundidad del mar es tan vasta como el cosmos.
Por otro lado, remo hasta que encuentre tierra:
Llueva o nieva, da igual lo que sea.
Yo sigo hacia adelante, no importa cuánto tiempo me queda
Porque si frenas ya no habrá fuerzas «para subir escaleras».
Una nueva era; toco la puerta y resuelvo el acertijo.
Aunque me vaya mal, salgo de este laberinto.
Tan complicados algunos que son como jeroglíficos;
Para mí completarlos es mi desafío los cuales nunca dimito,
Y si no lo resuelvo hoy, lo buscaré en los libros:
Son mi conocimiento, son como mis sentidos,
Son mi fuerza vital, ya que me encantan los mitos
Y los recito en esta misa tan tranquilo como un río.
Pero, si me enfadas; cuidado, ya se oye la corriente.
Y como dice el dicho, cuidado con quién te metes.
Soy tan enigmático y tan raro como el éter
Que si bebes tanto del frasco te causo la muerte.
Por ende, en estos papeles hay que tomar nota:
Apunta con cuidado a la gente peligrosa
Que mete mucho la mano y te vigila:
Aquí yace un cuento que enciende esta pequeña travesía.
Una niebla salía por la puerta de una cripta,
Llena el habitáculo de un hedor a tubería
Podrida, como tu vida cuando insultas.
Disfruta lo que te quede, ya que no tienes cura.
Llega una tempestad, para descubrir la verdad.
Siento una necesidad, de volver a tocar el mar.
Llegar lejos y navegar, a pesar de la dificultad
De viajar sin tranquilidad con intensidad.
Mas la realidad y la fantasía son como sueños.
Llena con tristeza y alegría en destellos.
Movería todo el viento para percibir el sentimiento.
Y contar esta travesía de un viajero.
Llegando a la abadía, sale fuego por la chimenea.
Salgo de la marea, y me acerco a la aldea
Y siento mucha rea que ya me marea
Porque es fea y horrible tener esta cefalea.
Todas las tonterías que te cuentan son mentira como Dulcinea;
Y quién no lo entienda, un canal es la referencia.
Saco de un pozo seco agua gracias a una polea
Porque con mi empeño y esfuerzo, ella solo se crea
Tan buena como la miel y la jalea, ¡Qué honores!
Tengo tantas habitaciones que no sé con qué colores
Pintarlas de horrores, pero solo en ocasiones peores
Las que son mejores, las lleno de gratificaciones.
Mírate las manos quemadas y verás llagas.
Confío en que yagas todo ese día en la cama
Ya que necesitas curarte las heridas, para sanarlas.
Que se curen con paciencia y con calma.
¿De qué crees trata esta poesía inerte?
No tiene porque tratar de algo siempre.
Mereces el daño que haces porque cansas
Y desprendes toxicidad cuando hablas.
Eres un virus, te propagas como un bulo;
Un parásito que se alimenta con disimulo.
Cuerpo oscuro, emulas como una copia, ¡menuda oveja!
Tan molesto y tan inútil que te gana un saco de lentejas.
En estas rejas, encerrado en una jaula añeja,
En una calleja comprando la meta.
Y al final aprendes que esta vida es una mierda
Y se asemeja a un final sin ninguna moraleja.
Llega una tempestad, para descubrir la verdad.
Siento una necesidad, de volver a tocar el mar.
Llegar lejos y navegar, a pesar de la dificultad
De viajar sin tranquilidad con intensidad.
Mas la realidad y la fantasía son como sueños.
Editado: 12.11.2024