KAY
—¡Uno, dos y tres! ¡Promo XXI!
Todos lanzamos nuestros birretes por encima de nuestras cabezas y por un segundo todo queda en cámara lenta. La sonrisa de todos mis compañeros me hace examinarlos. Los abrazos de: ¡Lo logramos! No se hacen esperar. Cientos de sonrisas amplias no falsas adoran el rostro de la mayoría de mis compañeros. Una media sonrisa adorna mi rostro. «No los extrañaré a ninguno»
Una sacudida de hombros me saca de mis pensamientos y cuando me giro se trata de unas de mis compañeros, la cual me abraza sin previo aviso. Su baja estatura me obliga a que me incline y me obligo a ampliar una sonrisa en mi rostro.
—¡O sea my girl! —exclama apenas nos separamos—. ¡No tendremos que vernos más con esa pila de básicos! —celebra. «Yo tampoco te veré más a ti» pienso dentro de mí—. Este día es taaaaaan especial y que la esté pasando con my girl me hace sentirme tan nostálgica. ¡Quiero llorar! ¿Entiendes? —oculta su rostro entre sus manos y baño en saliva mis labios burlandome internamente lo hipócrita que es esta chica.
—¿De qué hablas chica? Si ya estaba cansada de tolerar a Kay —se había expresado con disgusto—. Pero al fin y cabo todo lo que me regalaba como sus perfumes, ropas y maquillaje valía la pena, en serio —suspiró y no había necesitado salir del cubículo del baño donde me encontraba para imaginarme como se aseguraba que sus pestañas postizas estuviesen en su lugar.
—Me voy —determino pasando por su lado sin darle alguna explicación.
—¿Por qué te vas? —me toma del antebrazo—. Aún falta la celebración que harán los chicos —me informa como si fuera lo más importante en ese momento.
—Pensé que no querías seguir compartiendo oxígeno con la pila de básicos de nuestros compañeros.
—Si, pero los chicos que organizarán la celebración son los de la clase C, los chicos que están buenísimos, eh —golpea mi hombro juguetonamente—. Todos están preguntando por tí, casanova. No se por qué preguntan tanto por tí.
«Es porque me los he follado a todos, de manera individual. ¿Debería decírtelo?»
Aunque la chica que tengo en frente de mí piensa que soy estúpida –cosa que no soy– debería estar pensando en este momento que debo estarme creyendo que su insistencia a que vaya a la celebración sea para que pasemos la última noche juntas como "amigas". Pero la verdadera razón por la que me quiere dentro es para poder ligar más con chicos. Llego a rechazar a chicos y chicas, y eso son los que ella usa a conveniencia.
«No soy estúpida, "amiga"» sonrió internamente.
—Bah, eso me aburre —realmente no, no me aburren las fiestas. Pero, no deseo obligarme a mi misma estar con una persona que no tiene buenas vibras. No suelo ser asocial, pero en estos momentos me encantaría ser así—. Esta babygirl se va —anuncié sonriendo, saliendo de la escena. Aún se escuchaba el bullicio de los estudiantes que se habían recién graduado.
—¿Por qué te vas? ¿Quieres ir al centro comercial, Kay? ¡Dimelo! —la ignoré escuchando sus gritos a mis espaldas pero solo me dedicaba en distanciarme de la aglomeración de estudiantes que estaban bajo la tuene sol que daba en el campo de fútbol. Aún cargaba la toga y si era honesta estaba acalorada.
Después de cambiarme en la soledad del baño de chicas, guardé mis pertenencias en mi bolso para lavarme las manos y salir para irme. La satisfacción en mi pecho se infla cuando mientras camino por los últimos pasillos de la escuela llevo mi título en mano. Después de años, meses, días y segundos salí de la escuela. Aún me falta la tan esperada universidad pero... Tengo que aprovechar la oportunidad de descansar.
Mis compañeros se habían alterado cuando se enteraron que fui la única de último año que no estuvo para postularse en alguna universidad. Todos se preguntaban:
¿Su familia habrá caído en bancarrota?
¿Qué? ¿Piensa valerse con solo ese título?
En realidad había decidido desde el principio del año escolar que cuando me graduara tomaría un año sabático. Igualmente desde que había entrado a la preparatoria estuve trabajando de medio tiempo en distintos lugares, sin incluir los trabajos virtuales que obtenía. Todo lo reuní para este momento, para valerme de mí misma.
Al salir de las instalaciones de la preparatoria observo el automóvil que se acerca a medida que salgo de la preparatoria. La ventanilla de lado del conductor baja y veo el rostro maduro de mi tutor legal, mi tío.
—¡Felicidades, Beckie!
Mi tío abrió la puerta de su lado y se bajó acercándose a mí, abrazándome cuando me tiene de frente. Sonrío y él besa mi coronilla hablándome de lo orgulloso que está de mí. Me guía hacia el lado copiloto del auto y me ayuda a entrar.
—¿La pasaste bien? —me pregunta poniéndonos en marcha—. Lo siento, no pude venir a la ceremonia. Estaba arreglando algunos papeles de la empresa, ya sabes... —me mira apenado.
—No te preocupes, la pasé bien —miento. Realmente si la pasé bien, lo sé muy bien, pero estar rodeada de personas falsas y que solo me trataban por la gran fortuna que me perseguía ni era jodidamente agradable, aunque ya me había acostumbrado desde hace tiempo.
—Me alegra saber eso —me sonríe y después de una visita al restaurante favorito de mi familia, nos dirigimos a casa. Mi tío sube el seguro de las puertas cuando estaciona dentro del estacionamiento de la residencia. El portero nos recibe con una sonrisa y me hace pregunta sobre mi graduación las cuáles contesto gustosa, es un señor agradable y que me ha visto al paso de todo este tiempo. Ingresamos a nuestra viviendo y paso de largo para dirigirme hacía mi habitación que queda en el piso de arriba. Antes de subir las escaleras que dan hacía mi dormitorio, mi tío me frena.
—Beckie, hoy cenaremos pizza. Tú tía lo traerá de camino a casa. Estaré en mi despacho si me necesitas.