Capítulo 2

—¿Qué? Lo siento mucho Sr Roberto—. Lo digo con las piernas temblando.

—No hay problema mi niña, además me siento un total extraño al escucharte decirme Sr Roberto, ¿Qué tal sí desde hoy sólo me dices Roberto?—Lo dice con una voz suave.

—Claro, y lo siento mucho por haberle hecho perder el tiempo—.

—Hablar contigo no es perder el tiempo—.

En eso mi corazón empieza a latir con el ritmo de mi teléfono, mi madre me está hablando.

—Creo que deberías contestar María Fernand—. Me lo dice con una voz suave y delicada

—De acuerdo—. Le contestó tartamudeando.

Era mi madre, me dice que debo llegar a casa rápido, creo que hablar con el hombre perfecto me hizo perder la noción del tiempo, pero al menos no la perdí en vano.

—Adiós Roberto!!!—.
—Adiós Fer!!!—.

Sentí que me iba a desmayar porque en la tarde aquel día lo vi en la tienda, y me preguntó que si por ahí vivía, contesté de manera amigable que sí, y que cualquier cosa que se le ofreciera le daría mi número de teléfono, me dijo que no era necesario pero aún así insistí en compartirlo por sí las dudas, creo que me vi un poco atrevida al insistirle tantas veces pero al fin si funcionó, llegue a mi casa muy contenta, mi madre noto ese cambio de mi carácter, pero decidió no preguntar nada, esperaba a que yo se lo contará, pero eso no pasó, ya que, ella conocía al señor Roberto hace muchos años, así que sería un poco extraño, decirle que me enamoré de él. Y además de que mis padres siempre fueron sus amigos, nunca lo aceptaría como quiero , ya que es 37 años mayor que yo, pero aún así es lindo poder amarlo como yo lo amó, me moriría por sólo un beso de su boca, pero en fin, creo que ya es hora de dormir, y creo que si tengo suerte lo podría soñar...

De repente siento mucho frío, creo que estoy en un congelador, estoy temblando, y en eso aparece Roberto, y me da su abrigo, siento muchas emociones a la vez, en ese momento mi frío se va, y estoy muy contenta de que el Sr Roberto éste a mi lado.
Tristemente empieza a sonar la alarma, y ahora si voy temprano a la escuela, pero no se si es algo bueno o malo, ya que, lo bueno es que llegaré temprano a clase de álgebra y a la vez malo porque no pude ver a Roberto.

Las primeras 4 clases fueron muy largas, pero en fin, ya era receso, en el momento que apenas voy a respirar, resivo un mensaje ,y con la alegría de pensar que podría ser el Sr Roberto, dejé caer mi celular, se quebró un poco, pero en fin, lo que me enojo más fue que la que me estaba hablando por teléfono era mi madre, avisandome que iba a salir de la ciudad por unas horas junto con mi padre, y que las llaves me las había dejado afuera de la casa debajo del tapete.
No contesté, porque si que estaba furiosa, entonces recordé que después tenía examen, todo eso me causó dolor de cabeza, así que me empecé a frustrar y así se me empezo a bajar la presión, a los pocos minutos ya sabía que estaba inconciente...