Sinopsis

Si centras tu mirada en Europa Occidental y la desvías un poco hacia tierras irlandesas, te encontrarás con Ludendore. Un pequeño país independiente de cualquier otro con más autoridad. Mantienen sus propias tradiciones y religiones, aquí no existe el evangelio, tampoco el cristianismo, ni ninguna selección religiosa que puedas imaginar. Pero eso poco importa. Si eres turista y vienes de visita, serás bienvenido. Este lugar mantiene una monarquía, así que le debemos respeto a la familia real: los Ludenberg.

Seguro seguirías los consejos de todos e intentarías alejarte de Kendall Dümbrogh, una joven atormentada por generaciones y eventos turbios de su pasado, su complicado presente y... ¿Su futuro? Te advierto que no querrás saberlo, ni formar parte de él.

El individualismo habita en cada ser humano, siempre logrando coexistir con lo escasamente aceptable para la sociedad. Los dones de Kendall no resultan aceptables para ella, ¿cómo sería calificada para el resto? Seguro como inaceptable.

Tú y yo sabemos que en ese lugar nada está bien, nada puede ser pintoresco y macabro a la vez. A este hecho me le atrevería a llamarlo "belleza quebradiza", que con tan solo una gota de agua podría quebrarse como un fino cristal.

Benjamin Ludenberg es una prueba de ello.

El menor de los Ludenberg es esa gota que rompió todo en miles de pedazos, agitando con descaro la estabilidad en la vida de todos y arrastrándolos hacia un tentativo caos. Yo no lo culpo, ¿cómo podría saber de estabilidad cuando recién salió de un psiquiátrico?

¿Qué pasaría si juntaras peculiaridades con inestabilidad? ¿Esperanza contra caos? Lo único seguro es que acabaría con la calma.

Te prometo que no es del todo malo, aunque para ti y para mí parezca el fin del mundo. Aun cuando se derrumbará ante Kendall todo lo que alguna vez conoció, aun cuando trae como consecuencia una irremediable lluvia de sangre sobre sí misma.

|| Confiar nunca ha sido una opción...||