Capítulo 1: Peligro por ser bonita (prólogo).

Las mujeres hermosas morían como si fueran personajes de una novela barata escrita por alguien que odia a las protagonistas. No había señales de lucha, ni de robo, ni de sexo forzado. Sólo cuerpos perfectamente colocados, como si alguien hubiera querido exhibirlos, no matarlos. El pueblo era uno de esos lugares olvidados por Dios y por el Estado, lleno de rumores, drogas y miedo disfrazado de rutina. Las autoridades estaban desbordadas, pero eso no les quitaba mérito a su ineptitud habitual. Si algo he aprendido es que donde hay sangre limpia, hay una mente sucia detrás."

"Dicen que los asesinos imitan lo que leen o ven. Como si necesitaran permiso de la ficción o de los rituales para cometer sus locuras. Pero yo creo que eso es una excusa barata. Nadie necesita un libro para matar. Lo que pasa es que no quieren aceptar que cualquiera puede hacerlo. Incluso ellas. Incluso tú. Incluso yo. Porque el asesino aquí no deja huellas, pero sí mensaje: solo mata a las más bellas. Y eso no es azar. Es obsesión. O peor aún... admiración.