Pensamientos de un joven miserable

Hipócritas

Unas sombras ajenas temerosas del sol,

destruyen la chispa del alma

y lo presumen con orgullo,

desprecian la esencia artística

por un título en lo alto.

Si usted amenaza a esos seres

con una vida acabada.

Paren sus aplausos a aquellas proyecciones que admiran con bocadillo en mano,

dejen de ir a museos con su orgullo floreciendo,

callen las melodías en sus vidas

que muevan sus pies en el aire,

paren de apreciar aquella arquitectura de piedra

llamándola la cima de lo creado,

renuncien a sus historias de tinta y papel

que los transportan a un mundo lejano.

Sólo en tal hazaña

dejarán de actuar ajenos a ustedes,

pues la belleza de lo propio creado

son los únicos colores pintados en sus grises paredes.

El arte los salvó de una vida insípida

y están dispuestos a acabar

con esas víctimas artistas.

Sepan

que por los ecos sin rumbo,

como se atreven a llamarles,

ustedes están en placer de sus obras

creadas en sangre.




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