Seguiré amándote igual,
pero ahora mi amor será distante.
Contemplaré tu caminar,
tu forma de mover los brazos al hablar,
la cara que pones cuando te preocupas.
Todo eso y más, lo veré desde allá,
desde el rincón donde me ocultaré
para no estar cerca cuando todo se derrumbe.
Tal vez es necesario que me vaya,
que entregue las armas,
que levante el orgullo que ha sido vencido.
Fallaste, fallamos; nos traicionamos.
Me iré como se van los cobardes:
en silencio y en medio del despecho.
Cargaré sobre la espalda el placer,
los recuerdos y los miles de besos.
Sostendré el corazón que se marchitó
por culpa de los dos.
Porque sí, mi vida,
prefiero amarte de lejos,
que morir a tu lado por la indecisión.