Juramentos en vano, mentiras.
Gozosos momentos que ahora se borran,
se marchitan y encima aflora el dolor,
el pesar del antaño, el recuerdo que lastima
del que fue un tiempo sin retorno,
porque los buenos tiempos se pierden,
cuando el veneno los profana, ahogándolos.
Querido mío, ¿acaso no lo ves?
¡Mi alma se está muriendo!
Flota herida sobre mí y está dispuesta a abandonarte.
¡No permitas que se vaya!
¡No dejes que se la lleve tu pasiva
y estúpida forma de hacer nada!
Recuerda, revive lo que fuimos,
lo que seguimos siendo a tu pesar.
No permitas que nos destruyan.
La hipocresía puede ser convincente,
pero hipocresía es al final.
Querido, mi alma se está muriendo
y está dispuesta a abandonarme,
a abandonarnos a los dos, hasta secarnos.