6.

Sabía que no debía cantar victoria.

En el fondo de mi corazón lo sabía.

Ahora, eso no tiene nada que ver con el hecho de que, aún así, me impresiona y me indigna a partes iguales que Wendell Altermayer este de pie, en la entrada del centro de estudios junto a lo que parece un gran grupo de soldados.

Él luce realmente como un hombre enojado, burlado, no lo culpo, pero yo también estoy así. Necesito mi espacio, mi independencia y lo necesito porque tengo que ver a Xander, saber qué pasó con él y ahora mi padre parece un obstáculo en mi camino, una piedra difícil de mover con la que no sólo me voy a tropezar, sino que voy a estrellarme como si de una pared de tratase.

Resoplo y Ethan se detiene a una distancia considerable que, por lo que leo en sus pensamientos, le hará escapar sin hacer daño a alguien, aún cuando lo único que ronda su cabeza es echar el coche encima a mi padre y a su grupito de soldados.

-¿Doy marcha atrás? -Pregunta Ethan, con la mano firmemente apoyada en la palanca de cambios.

-Nos seguirá a donde sea que vayamos -Responde William- Ha visto lo que hicimos, lo que Anahia hizo y quiere respuestas. Esta vez no creo que se trate de protegerla, solo quiere información.

-Bueno, yo no quería decirle que sabía hacer eso todavía, pero me saco de quicio y no puede contener la esfera de luz.

-Dudo mucho que solo quiera saber sobre Anahia -Magno observa a mi padre y al grupo que siguen delante de nosotros, pero ellos no se han movido, simplemente están ahí, esperándonos- Yo arrojé esferas de luz, Ethan hizo lo mismo desde el vehículo, sin contar que William derribó a unos ocho soldados, aún sin tener aura. Yo creo que tú padre quiere respuestas a por qué le ocultamos lo que podíamos hacer. -Analizo las palabras de Magno creyendo que tiene razón, pero queriendo confirmarlo.

Mi padre se mantiene impasible ante nosotros, su rostro no transmite nada y en este momento daría cualquier cosa por saber qué piensa.

Un momento.

Yo puedo saber que piensa.

Busco entre los pensamientos que inundan mi cabeza queriendo encontrar la voz de mi padre. Me esfuerzo por encontrarla, aunque solo sea un eco entre el mar de pensamientos intensos, desconcertados e intrigados de la gente que nos rodea.

Lo miro fijamente, queriendo encontrar una línea entre sus pensamientos y mi cerebro y mi búsqueda da fruto cuando su voz, furiosa, se escucha con fuerza en mi cabeza.

¡Me mintió!

Me han estado viendo la cara. Los cuatro. Y seguramente Jackeline y Sofía también.

Ella puede controlar su aura, su poder y me lo ha estado ocultando ¿Por qué?

¿Qué sabes, Anahia?

¿Acaso me has seguido? ¿Has averiguado algo de mí?

Frunzo el ceño sin entender sus pensamientos. ¿Has averiguado algo de mí? ¿Qué tendría que saber?

No, dudo mucho que ella lo sepa, me ha desafiado, se ha revelado contra mí, pero si ella tuviera una mínima pista estoy seguro que no estaría frente a mí, viéndome como lo hace.

Y ¿Qué hacen esos niñatos malcriados que no bajan del coche? Tienen mucho que explicarme, demasiado y cuando lo hagan, van a saber lo que es un entrenamiento de verdad, no más compasión, no más bene

-Anahia, ¿Qué piensa? -William llama mi atención. Le pido un momento y trato de encontrar la voz de mi papá nuevamente, pero no funciona, ya no la escucho.

Vuelvo a fijar mi mirada en él y busco ese hilo invisible, esa unión que me permitió ver su mente hace unos minutos, pero no está, no la encuentro, no encuentro su voz entre los pensamientos que rondan mi cabeza y eso me provoca que sienta dolor.

-¿Qué pasa? -Vuelve a preguntar mi hermano.

-He perdido sus pensamientos, no los encuentro.

-¿Cómo así que has perdido sus pensamientos? -Pregunta Ethan, confuso.

-Después hablamos de eso -Asegura William y vuelve a mirarme, buscando una respuesta.

-Está enojado y los cuatro somos víctimas de su enojo, pero eso no me interesa ahora, necesito llegar hasta Xander.

-¿Puedes dejar de pensar en ese niño por un momento? -Mi hermano gruñe y golpea la barra que atraviesa el todoterreno- Tenemos a Wendell enfrente, esperando que hagamos un movimiento para él decidir que hacer. Dices que está enojado con los cuatro, así que vamos a pasarla muy mal cuando nos ponga las manos encima.