Mes 14, día 19/4.109
Hace poco más de tres meses mi vida era lo que se podía decir, normal, y antes de eso, quizás unos tres meses antes, mi vida era completamente normal.
Tenía diecisiete años, tenía amigos, estudiaba, no tenía preocupaciones, excepto impedir que mi madre me comprometiera con Marcus, era una niña amada por sus padres, aunque eso no ha cambiado muchos, hay cosas que ya no tengo, como preocuparme porque mi madre me empareje con Marcus, pero hay cosas que tengo. Preocupaciones.
La principal de ella, es ocultar las nuevas habilidades que van surgiendo, ocultarlas de papá.
No he vuelto a crear o manipular nada con fuego, eso es difícil. He tratado de hacerlo, no digo que no, lo hago todos los fines de semana, sin descanso, pero el fuego no hace el más mínimo movimiento; a cambio, creo esferas de luz, esferas de energía, discos de luz y discos de energía, y he adquirido muy buena práctica con el proyectil, la forma en la que me defiendo.
Al principio fue complicado porque, si bien parece que tengo buena puntería, me equivoco en la vértebra a la que apunto y Jeremy siempre tiene que intervenir. Luego de nuestro altercado, todo ha ido bien, ya no pienso que sea un espía, aunque solo lo haya pensado unos minutos.
Con mi hermano, estamos bien, pero sigo esperando que él decida hablar sobre lo ocurrido con Jackeline, con quién, por cierto, todavía no recupero la relación de antes, no hay esfuerzo por parte de ninguna de las dos, es como si simplemente lo dejáramos estar, aunque Sofía si es un poco insistente en hacernos planes para estar juntas, como ahora, que me retiene en medio del campus mientras habla sobre lo que planeo para nosotras este fin de semana.
-Hace mucho tiempo que no hacemos un picnic y sería bueno ir a Deméter Perséfone y sentarnos en medio de las flores por horas, o simplemente caminar. -Ella comienza una especie de delirio en la que nombra toda la variedad de flores, árboles y demás que hay en la isla, incluso hace énfasis en esas que nos gustan a las tres.
La escucho y la escucho y estoy por decirle que si, que ha ganado, cuando Marcus se acerca a nosotras y nos interrumpe
-¿Podemos hablar? -Como sabemos que necesitan su espacio, Jackeline y yo damos media vuelta dispuestas a marcharnos y dejarlos solos, pero Marcus toma mi brazo y me detiene- Es contigo con quién quiero hablar -Me volteo y lo observo intrigada.
-¿Sucede algo?
-¿Podemos hablar a solas? -Jackeline abre sus ojos sorprendida y Sofía encarna una ceja hacia él.
-¿Por qué querías algo como eso? -Marcus nunca ha sido misterioso y mucho menos a querido hablar conmigo a solas, por respeto hacia Sofía y también creo que porque no se siente cómodo hablando conmigo.
-Es importante. -Evito preguntar si las chicas puede saberlo y decido que tal vez es algo vergonzoso o está preparando alguna sorpresa para Sofía, como la vez del enorme peluche. Así que asiento y el me indica con la cabeza que lo siga.
-Nos vemos al rato -Le digo a las chicas y sigo a Marcus hasta la parte más alejada del campus, donde nadie quiere llegar porque no es un lugar verde, es más un espacio seco que la administración se ha encargado de mantener para mostrarnos que no todo es verde y tiene flores. Me siento sobre un viejo árbol caído y aprieto mi abrigo con fuerza. Hace frío y el otoño se acerca- Tú dirás.
-Vi la medalla en el pecho de mi padre -Bien, ahora él tiene toda mi atención porque después de muchos meses, por fin tenemos algo de información en nuestras manos- Le pregunté que era y me dijo que era el emblema de un grupo, el símbolo que marcaría un antes y un después en la tierra.
-Eso suena aterrador.
-Trate de que no lo fuera para mí, me felicitaras al saber que me mostré interesado y pregunte si podía saber más.
-Si, definitivamente te felicitaré. Fue una buena acción.
-Me ofreció entrar al grupo -Lo dice tan rápido que por un momento creo haberlo oído mal, pero él lo repite y juro en que este momento Marcus es mi persona favorita.
-¡Qué bien!
-No he terminado -Su voz adquiere un tono diferente. Mira a los lados, asegurándose de que estamos solos y suelta la siguiente bomba- No voy a entrar -Entrecierro mis ojos ante lo cobarde que es. Sabía que no podía confiar o contar con Marcus al cien por ciento, es un niño de Papi y mami, un cobarde, un- Tu padre me negó la entrada -Freno en seco mis pensamientos y lo miro sin comprender- Mi padre iba a explicarme lo que era cuando apareció el tuyo, le preguntó que si podía unirme y tú padre fue rotundo al decir que no, no dio razones, no me explico por qué me estaba negando la entrada, simplemente dijo no y salió del despacho de mi padre. Él me dijo que lo sentía, pero que si Wendell no quería, yo no podía pertenecer al grupo. -Escucho asombrada lo que Marcus me dice y trato de recordar si he visto ese collar en el cuello de mi padre, pero nada, mi padre no tiene ningún collar, la única joya con la que lo he visto ha sido con su anillo de bodas y su reloj, nada más- ¿Estás escuchando lo que te digo? -Marcus sacude se mano frente a mi y decido prestarle atención.