Penumbra ©

16.

Mes 15, día 32/4.109

Es el último día del año.

El sol brilla en todo su esplendor en este lado del mundo, llenándome de calidez y de una agradable sensación de paz mientras estoy tumbada sobre una mínima porción de pasto, no muy lejos de la excavación.

Tenemos el día libre y sin embargo hay algunos que han tomado el día para seguir haciendo lo que hacen normalmente, soy una de ellos, pero en este momento estoy tan cansada que tomar un pequeño descanso es mi prioridad, suponiendo que no me quedé dormida y el pequeño descanso se convierta en una siesta.

-Deberías ir a dormir -Thael se pone ante mí y tapa el sol. Lo observo esperando que se quite de mi camino, en lugar de eso, él encarna una ceja y señala con su mano el área de las carpas- No es una sugerencia, es una orden. No has dormido en días hasta ayer y aun así tienes las marcas de las ojeras, ligeramente, claro está, pero, eso no te salva de que necesitas dormir, así que, por favor, se buena niña y márchate a tu tienda de campaña porque hemos decidido que tú si necesitas el día de descanso.

-¿Terminaste de persuadirme? -Cuestiono poniéndome de pie- Porque no ha funcionado para nada.

-Anahia -Me interrumpe y vuelve a señalar las tiendas de campaña- Ve a dormir y no salgas de ahí hasta que sea media noche y tengas una cara decente con la que despedir el año -Me da un ligero empujón y pone mi mochila con mis cosas en mi mano- Fuera -Suspiro y me voy caminando en dirección a las tiendas de campaña.

Tengo un poco de sueño, pero no puedo simplemente quedarme dormida porque, después de veinte días y un poco más, finalmente voy a volver a ver a Xander.

La idea me emociona y hace que grandes mariposas vuelen por mi estómago ante la idea de volver a estar junto a él. Lo he extrañado, más veces de las que voy a admitirme, pero espero poder estar junto a él y pasar una buena noche juntos.

Aferró mi mochila a mi pecho con fuerza y me adentro en la tienda esperando que cuando Xander llegue yo luzca un poco menos cansada.

Lucir cansada ha sido arreglado con facilidad. Unas buenas horas de sueño han hecho su magia y ahora yo luzco fresca como una lechuga, el problema es que no tengo que ponerme.

Nada.

Y estoy al borde de un colapso nervioso porque yo sabía que él vendría por mí y aun así no pensé en guardar algún vestido o alguna ropa que me hiciera ver bien y ahora lo lamento.

Prácticamente vacío el contenido de mi mochila sobre el piso de goma y aire de la tienda y rebusco entre mis pertenencias rezando porque alguna parte de mi haya guardado algo decente.

Grito de alegría cuando encuentro unos leggins de color y un suéter de punto de color verde esmeralda que combinan de maravilla con las botas altas marrón que traje para la excursión, el único problema ahora es que espero no verme como una muerta gracias al color de mi aura.

Como no sé a qué horas vendrá Xander por mí, tomo mis pertenencias y me encamino hacia el área de los baños para asearme. Me tomo mi tiempo mientras lavo mi cabello que ahora está demasiado largo llegando casi a medio muslo y uno vez termino de ducharme me cambio y organizo mi cabello en una trenza grande y gruesa de cuatro hebras. No tengo espejo para mirarme, pero tomo mi celular y saco una foto para poder verme bien. No luzco pálida y eso me alegra, la trenza de medio lado quedó muy bien y aunque me veo como una niña, me gusta el resultado.

Salgo del área de baños y cuando voy acercándome a mi tienda siento como mis vellos se erizan mientras el frío corre a lo largo de mi piel y me envuelve como una manta. Sonrío y miro la hora en mi celular. Son las diez y quince de la noche. Avanzo con grandes pasos hacia mi tienda y cuando estoy cerca veo la alta y formada figura de Xander. Esta de espaldas a mí. Me detengo a observarlo y una sonrisa se forma en mi rostro al darme cuenta de que está llevando un pantalón blanco junto a un suéter de manga larga azul oscuro y unos zapatos cafés. Él debería de saber que el blanco no le queda tan mal.

De hecho, le queda muy bien.

Estoy babeando por él cuando voltea hacia mí y me sonríe, haciendo que los dos hoyuelos aparezcan en sus mejillas y que sus ojos brillen con calidez. Le sonrío de vuelta y comienzo a avanzar hasta él, con grandes pasos que luego se convierten en un ligero trote y pronto estoy arrojándome a sus brazos.

Xander me envuelve por la cintura en un abrazo e incluso alza un poco mis pies del suelo mientras nos hace dar una vuelta. Cuando vuelvo a estar sobre mis pies, él deja un beso en mi frente y otro en la punta de mi nariz. Vuelve a sonreír.



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En el texto hay: union, magia, primer amor

Editado: 18.06.2018

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